[ GOIKO LLOBET ]
Cofundador de Growpro Experience (Merlbourne, Australia)
¿Qué trayectoria vital es la que lleva a un profesional de la consultoría a dejar la seguridad de un buen sueldo y un buen trabajo para vender cafés a las 6 de la mañana en una universidad de Melbourne? “Tanto Pablo (Gil, su cofundador) como yo queríamos emprender, pero cuando estás en España tienes mucho ruido alrededor, nunca es el momento para dejar el trabajo y lanzarte, daba todo mucho vértigo… Pablo había estado en Australia de intercambio y siempre me hablaba maravillas. Así que un día le dije: yo vendo todo y me voy a Australia, si quieres venirte vamos juntos y montamos algo allí.
Empezamos con una empresa de paddle y no funcionó, montamos una empresa de paellas gourmet que nos confiscaron en la aduana, vendíamos aceite de puerta en puerta… Sobrevivíamos con mil trabajos de batalla y, mientras, íbamos sacando alguna comisión ayudando a las universidades con los estudiantes extranjeros. Por este tema nos entrevistó algún medio español y la gente empezó a llamarnos a saco y nos dimos cuenta de que había una oportunidad que había que aprovechar. Así nació GrowPro,” explica
Goiko Llobet. La gran ventaja de Australia es que “tienes mil pequeños trabajos que te permiten subsistir mientras te centras en el proyecto que es un país con una economía muy fuerte y que abrir un negocio es rápido y gratis”. Hoy GrowPro cuenta con 125 empleados, tiene sede en Australia, España, Canadá, Irlanda y Malta y acaban de cerrar una ronda de 1,2 millones para reforzar la tecnología y el marketing. Hasta 2019 financiaron todo con sus propios fondos, “reinvirtiendo cada euro y enfocándonos desde el minuto uno en hacer negocio”. Antes de la pandemia facturaban 14 millones de euros, que se han visto reducidos a la mitad.
“En España es difícil abstraerse del ruido del entorno”