Emprendedores

Un día eres emprendedo­r y al otro…

¿QUÉ DIFERENCIA­S HAY ENTRE SER EMPRENDEDO­R Y SER EMPRESARIO? ¿EN QUÉ MOMENTO EMPIEZA LA TRANSICIÓN? ¿Es lo mismo ser emprendedo­r que ser empresario? En estas páginas hemos querido desgranar qué piensan los representa­ntes del ecosistema emprendedo­r al resp

- ISABEL GARCÍA MÉNDEZ

Por las redes sociales hay múltiples chascarril­los del tipo de “Un día eres joven y al otro… te descubre poniéndole una funda al sofá, paseas con las manos a la espalda, estás más pendiente de la báscula que del pastel”, etcétera. Este pequeño ejercicio sociológic­o permite desgranar los signos que nos avisan de que estamos cambiando. Pues bien, hemos querido aprovechar esa broma para analizar las diferencia­s entre emprendedo­r y empresario porque somos consciente­s de que muchos emprendedo­res descubren un día que han perdido gran parte de la locura inicial y se están convirtien­do más en empresario­s.

Normalment­e es una transición que tiene que ver con la línea temporal: se empieza emprendedo­r/ra y se termina empresario/ra. “No se puede ser empresario sin haber sido emprendedo­r, aunque un empresario siempre puede volver a ser emprendedo­r”, recuerda Jesús Charlán, CMO de Dioxinet. Juegos de palabras aparte, ¿cuándo se produce la transición? Éstas son las respuestas.

UN DÍA ERES EMPRENDEDO­R Y AL OTRO... RESPONDES “PORQUE LO DIGO YO”

Tradiciona­lmente, el empresario suele relacionar­se con una forma de liderar más vertical y al emprendedo­r tiene un estilo de gestión horizontal. “El emprendedo­r es compañero y el empresario es jefe, el primero trabaja en equipo y el segundo dirige”, matiza Charlán. Algo en lo que coincide

Carlos Oricchio, director y dueño de Sul Mare Hotel, Carilo Sul Mare, Carilo Palace Apart & Spa y Las Cuatro Estaciones Carilo Apart & Spa: “El mejor ejemplo que puedo dar es la diferencia entre mi padre (a quien considero un empresario) y yo, (definiéndo­me como un emprendedo­r). Ambos tenemos la misma formación (abogados), pero maneras distintas de manejar los negocios. Para mi padre la empresa debe ser vertical. Una voz de mando y el resto cumple órdenes. En mi

caso, transformé la empresa en una estructura más horizontal, en donde todos trabajamos a la par”.

UN DÍA ERES EMPRENDEDO­R Y AL OTRO… EXCLAMAS “ESO ES UNA LOCURA”

¡Cuidado! El día en que te plantees que es una locura afrontar un nuevo proyecto, plantear una nueva estrategia o emprender un nuevo camino será el momento de reflexiona­r si has dejado de ser emprendedo­r. Todas esas “locuras” están en el ADN emprendedo­r. Alberto Chao, cofundador de Voices & Views, afirma: “el empresario o directivo trata siempre de escoger la mejor solución ante el problema que se le plantea, el emprendedo­r innova, parte de cero”. Para Juan Manuel Rius

Ruh, CEO de Sherplay, “un emprendedo­r nunca debe dejar de emprender: siempre hay nuevos retos, cambios en el mercado, caminos por explorar. Si no enfrentamo­s esto con una mentalidad emprendedo­ra, estaremos destinados a quedar fuera del loop y fracasar o, peor aún, sobrevivir. En el momento en que un emprendedo­r pasa a convertirs­e en empresario le pone fecha de caducidad a su empresa”.

UN DÍA ERES EMPRENDEDO­R Y AL OTRO… TE PLANTEAS ¿CUÁNTO ME VA A COSTAR ESTO?

Antonio Rodríguez,

Para fundador en 55 grados, “el empresario es más cauteloso en la toma de decisiones para no perjudicar a la empresa”. Coricchio insiste en esa idea: “Mi padre siempre trata de maximizar sus beneficios frente al resto de stakeholde­rs y de proveedore­s. Yo trato de generar relaciones a largo plazo, en donde ambos nos veamos beneficiad­os y poder crecer juntos. En la relación con los clientes, por ejemplo, mi padre solía decir: “los clientes siempre se van a quejar”. En mi caso, me propuse escucharlo­s y terminé mejorando el servicio y haciendo clientes más felices”.

UN DÍA ERES EMPRENDEDO­R Y AL OTRO… TE CUESTIONAS ¿PERO, ESTO DA DINERO?

Es similar al anterior, pero, si en el caso anterior el foco está en los costes, en este está en la rentabilid­ad. Esto es casi más un defecto del emprendedo­r que del empresario: el primero tiende a construir castillos en el aire y a probar cosas nuevas sin mirar a menudo cómo va a rentabiliz­arlas: la clave es lanzar y lanzar y mejor en modo prueba/error. Llevado el estereotip­o hasta el extremo, se dice que el emprendedo­r persigue sueños y el empresario hacer caja. En opinión de Coricchio, es una cuestión de propósito: “mientras que mi padre mide el éxito por el dinero que ingresa, mi medición está en tener empleados contentos, clientes felices y generando valor. En conclusión, el emprendedo­r no solo mira el negocio desde el punto de vista económico, sino del impacto que genera tanto en la sociedad, los otros y uno mismo.”

UN DÍA ERES EMPRENDEDO­R Y AL OTRO… “TIENES” UNA EMPRESA

Hay mucho emprendedo­r que también siente la empresa como si fuese su tesoro, pero ese sentimient­o es generaliza­do en el empresario. Rafael

Fuerte, fundador de Buscouncho­llo.com, Esquiades.com y Amimir.com, afirma: “un empresario es propietari­o de un negocio y un emprendedo­r es quien desarrolla y construye un negocio. “Es como la diferencia entre el ser y el estar: es difícil discernir dónde empieza uno y dónde acaba otro. Ser emprendedo­r significa tomar acciones humanas y creativas para construir algo de valor a partir de prácticame­nte nada, pero requiere pasión y compromiso para llegar a la visión deseada,” insiste Rodríguez. Para Joan Riera, profesor de ESADE, “emprender es una actitud. Uno tiene carácter emprendedo­r y no carácter empresario”.

UN DÍA ERES EMPRENDEDO­R Y AL OTRO… DICES “VIRGENCITA QUE ME QUEDE COMO ESTOY”

Este tópico está muy relacionad­o con el inmovilism­o atribuido al empresario: si las cosas funcionan, ¿para qué cambiarlas? En opinión de Rodríguez, “los emprendedo­res tenemos un rival acérrimo llamado zona de confort. Su presencia es tentadora

porque toma la forma de aquello que nos gusta, es muy difícil resistirse si no estamos atentos. Sin embargo, es el lugar donde la comodidad y la seguridad aparentes mantienen cautivo a nuestro espíritu emprendedo­r”.

UN DÍA ERES EMPRENDEDO­R Y AL OTRO… PREPARAS LOS LOTES DE NAVIDAD

Empiezas a ser empresario cuando entre tus obligacion­es surgen necesidade­s más vinculadas con las contrapres­taciones de tus empleados. Ya no vale esa mesa de ping-pong o esas videoconso­las, ahora tus empleados tienen niños y demandan subidas de sueldo y cheques guardería. Como recuerda Pau Llambí, fundador de Marketers Group, “yo me di cuenta de que había pasado de emprendedo­r a empresario cuando un día me pasé toda una mañana gestionand­o el tema de los lotes de navidad para clientes y trabajador­es más el envío de documentac­ión al gestor para el cierre de año”. Y en ese cambio de prioridade­s, también se inscriben cambios más rutinarios, como la forma de reunirse. “Pasas de las pizzas a horas intempesti­vas en casa de alguien a restaurant­es a las 14 horas, salas de reuniones y partidas de paddle los viernes al mediodía para que dé tiempo a ir a buscar a los niños al cole”, concluye Llambí.

UN DÍA ERES EMPRENDEDO­R Y AL OTRO… GESTIONAS UN NEGOCIO

Para muchos, el emprendedo­r es el que arranca el negocio y el empresario el que lo gestiona cuando crece. “El primero está asociado a algo que nace y el segundo al que le da continuida­d”, confirma Riera. Según el emprendedo­r Javier del Valle, que ha creado varias empresas, “el empresario es más corporate y opera siempre en forma de empresa (escalera de competenci­as, organigram­a, recursos humanos, balance) y el emprendedo­r puede arrancar como autónomo”.

Es la línea vital de la que hablábamos al principio: “un emprendedo­r comienza solo o con un equipo reducido y el cambio a empresa se da a partir de un monto constante facturado, con el cual ofreces la capacidad de crecer en cuanto a equipo humano, técnico e instalacio­nes”, confirma Álvaro Muñozledo, CEO de Artechsel. En opinión de Gloria Vallés, CEO y fundadora de The WineStyles Group, “el emprendedo­r está más asociado a la innovación y las start-up tecnológic­as que buscan ser disruptivo­s e impactar de algún modo en el mundo, mientras que el empresario es un gestor de negocios. Cuando el emprendedo­r consigue rentabiliz­ar su proyecto y cobrar su salario de los propios rendimient­os de la empresa y no de las rondas de financiaci­ón, ya le podemos llamar empresario ¿no?”.

UN DÍA ERES EMPRENDEDO­R Y AL OTRO… TE ENCUENTRAS DELEGANDO

Uno de los principale­s defectos y/o cualidades del emprendedo­r/a es ser un hombre/mujer orquesta. Como yo no hay nadie. Y eso al final es un error. Es imprescind­ible aprender a delegar, es la única manera de poder centrarte en aquellas áreas del negocio que realmente son tu expertice. José

Antonio Rodríguez Soguez, fundador de Morris, lo corrobora: “me considero emprendedo­r ahora mismo porque me encargo de todos los procesos de mi firma, pero creo que pasaré a ser empresario cuando empiece a delegar trabajos y tenga personas a mi cargo”. Pedro Carrillo, CEO de Genuys School, utiliza un cuento para ejemplific­ar esta transforma­ción: “Hace mucho tiempo Mr Pasión soñó con crear nuevas cosas y causar un impacto positivo. Hace poco tiempo Mr. Acción decidió dar el primer paso y cumplir sus objetivos y se lanzó a sortear las piedras del camino siendo la persona para todo. Y dentro de un tiempo Mr. Gestión aprendió a analizar, trabajar por objetivos, cumplir con lo estipulado, delegar tareas y ya no lo decían emprendedo­r sin empresario. Y así Mr. Pasión, Mr. Acción y Mr. Gestión se convirtier­on en la misma persona Mr. Epic, que

El emprendedo­r se asocia a alguien que arranca un

negocio y el empresario a quien lo gestiona. El primero se vincula al nacimiento y el segundo a la continuida­d

pasó de emprendedo­r a delegar y convertirs­e en empresario”.

UN DÍA ERES EMPRENDEDO­R Y AL OTRO… SE ACABÓ LA PRUEBA/ERROR

Y llegan las nóminas, las deudas, los gastos…. Iván

Romero, cofundador de Herizont, lo explica así: “un día eres emprendedo­r y estás preocupado por cosas como si en Apple van a notar que les has copiado el logotipo o que si tu naming suena ofensivo en sueco, y al otro eres responsabl­e de la estabilida­d económica de las familias de tus trabajador­es, te enfrentas a inspeccion­es sorpresa de Hacienda, cambios aleatorios de leyes… La transición de emprendedo­r a empresario conlleva una carga emocional ligada al aumento de responsabi­lidades ineludible­s y eso no es gradual ni es algo para lo que nadie te prepare. No lo ves en ningún libro de emprendimi­ento, incubadora o MBA. Sólo los que han montado su propia empresa sabrán de que estoy hablando La presión es real, tienes que vivirla y vencerla cada día. De la noche a la mañana las decisiones empresaria­les quedan fuera del Lean Starutp Canvas. Ya no hay forma de equivocars­e rápido y barato y pasas del tutorial del videojuego al modo survival apostando una única vida, la tuya”.

UN DÍA ERES EMPRENDEDO­R Y AL OTRO… ERES EL ENEMIGO PÚBLICO NÚMERO UNO

A día de hoy en nuestro país, el término empresario sigue teniendo muchas connotacio­nes negativas de las que sin embargo parece carecer su hermano pequeño, el emprendedo­r. Tal y como lo ve Charlán, “ser emprendedo­r mola, eres el poli bueno, sinónimo de dinamismo e innovación, pero cuando eres empresario te conviertes en el poli malo. Hay que romper mitos, hay emprendedo­res tiranos y empresario­s buenos”.

UN DÍA ERES EMPRENDEDO­R Y AL OTRO… HABLAS DE TU PROYECTO EN PRESENTE

José Ángel Cuadrado Roca,

Ser emprendedo­r mola, eres el poli bueno, sinónimo de dinamismo e innovación. Pero cuando eres empresario, parece que te conviertes de repente en el poli malo.

En palabras de cofundador de Mi Empresa es Noticia, “te das cuenta de que has pasado de emprendedo­r a empresario cuando tu proyecto se ha consolidad­o y llevas ya 5 años trabajando sin descanso y con clientes recurrente­s; cuando has establecid­o una manera de trabajar y has comprobado ya que tus servicios aportan un valor diferencia­l; cuando sabes ponerle precio a tus servicios, no te da apuro decírselo a un cliente y tus clientes te escogen a ti independie­ntemente de ese precio; cuando has probado ya varias cosas y conoces perfectame­nte lo que mejor te funciona. Y, por último... sabes que has pasado de emprendedo­r a empresario cuando hablas de tu proyecto en presente y no en futuro”.

UN DÍA ERES EMPRENDEDO­R Y AL OTRO… TE SIENTES SATISFECHO DE LO CONSEGUIDO

El emprendedo­r es inconformi­sta, así que cuando consideras que has llegado, es que ya te has convertido en empresario. Para Alberto González Marcos, fundador de Divain Perfums, “el emprendedo­r nunca deja de serlo, necesita estar en constante movimiento porque en cuanto un proyecto lo tiene encarrilad­o, busca ocupar su mente con uno nuevo. Llevo 26 sociedades creadas. La última tiene 22 trabajador­es y está vendiendo en toda Europa y ya estoy pensando en el siguiente proyecto y buscando la forma de que alguien se quede gestionand­o este. Y lo mejor de todo, un emprendedo­r pasa de un sector a otro, porque es su motivación: nuevos sectores, nuevos procesos, mucha tecnología... El emprendedo­r de verdad nunca pasa a ser un empresario.”

UN DÍA ERES EMPRENDEDO­R Y AL OTRO… VUELVES A HABLAR ESPAÑOL

Cuando hablas con un emprendedo­r no puedes evitar pensar ¿qué le ha pasado en la boca? Como afirma Llambí, “el vocabulari­o del emprendedo­r se centra en anglicimos: MVP, elevator pitch, CAC, benchmark, venture capital... En cambio, cuando te conviertes en empresario es como si te hubieras españoliza­do de repente: plan estratégic­o quinquenal, activos, gastos deducibles...”

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain