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LAS MAYORES ECONOMÍAS DEL MUNDO ALCANZAN UN PACTO HISTÓRICO SOBRE UN IMPUESTO MÍNIMO DE SOCIEDADES DE AL MENOS EL 15%. LA DECISIÓN TENDRÁ QUE RATIFICARSE EN JULIO DURANTE LA REUNIÓN DEL G-20.
En un pacto histórico firmado a principios de junio en Londres, las potencias del G-7 han acordado promover un impuesto mínimo de sociedades de “al menos un 15%” y la imposición a las empresas con márgenes de beneficio superiores al 10% de que paguen al menos una parte de sus impuestos en el territorio en el que operen, y no donde tengan su sede.
CONTRIBUCIÓN FISCAL
El acuerdo establece que los gigantes tecnológicos multinacionales hagan una mayor contribución fiscal. El tipo impositivo del 15% marca un mínimo, lo que abre la puerta a elevarlo como había propuesto Estados Unidos. Francia, por ejemplo, aspira a una cifra común más alta.
Además, el acuerdo indica que aquellas grandes compañías que obtengan “un margen de beneficios del 10% o más” deberán pagar al menos un 20% de los impuestos sobre sus beneficios globales en los territorios donde operen, y no solo donde tengan la sede social. Queda por decidir el listado definitivo de “grandes compañías” que quedarán sometidas a la nueva medida.
CITA EN JULIO
Más allá de lo acordado por los ministros del G-7 (Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, Canadá, Italia y Japón), para que se convierta en una realidad ya sólo queda que el pacto sea analizado en la reunión de ministros de Finanzas del G-20 —países desarrollados y emergentes— y de gobernadores de bancos centrales que se celebrará en julio en Venecia.
Tras el acuerdo de los Siete y el planteamiento oficial de EE UU, el 15% gana cada vez más peso. Esta propuesta es menos ambiciosa de la que inicialmente avanzó Biden (21%) y defienden países como Francia.
Según los representantes del G-7, nos encontramos ante un primer paso que fija una postura contundente para frenar la elusión fiscal de las grandes corporaciones, que según la OCDE, resta cada año unos 200.000 millones a las arcas públicas de los Estados.
A este respecto, justo cuando se firmaba el pacto saltaba la noticia del último ejemplo de los cuantiosos ahorros que logran las grandes corporaciones gracias a los paraísos fiscales. Una filial de Microsoft, llamada Microsoft Round Island, no desembolsó ni un solo euro en impuestos el año pasado, a pesar de declarar un beneficio 260.000 millones de euros. La firma, radicada en Bermudas, carece de empleados, solo dispone de directores
Así, de prosperar esta iniciativa, los paraísos fiscales pueden tener los días contados.
La elusión fiscal de las grandes corporaciones resta cada año unos 200.000 millones a las arcas públicas