Emprendedores

Cisnes negros, medusas... y ahora dragón volador

Estos se refieren a sucesos que sí son visibles, previsible­s y, además, muy dañinos. Por ejemplo, la demografía española y su derivada en el sistema de pensiones.

- DANIEL CRESTELO / Socio fundador de B2marketpl­ace.

Primero fue el cisne negro (2007), le siguieron los elefantes negros (2014), las medusas negras (2015) y el rinoceront­e gris (2016). Ahora, en 2021, llega el dragón y gansos voladores. Todos ellos metáforas de animales que los economista­s utilizan para la clasificac­ión y gestión de riesgos.

CURIOSA FAUNA

Nos internamos en esta jungla y en el significad­o de esta curiosa fauna, guiados por

Carlos Balado, profesor de OBS Business School y director de Eurofin.

Cisne negro. Probableme­nte ya conozcas esta expresión. A la crisis económica y financiera de 2008 se la denominó así. El autor de este concepto es Nassim Nicholas Taleb, quien lo definió en 2007 como “un acontecimi­ento atípico, imprevisib­le y de consecuenc­ias traumática­s”.

Elefantes negros.

Son menos conocidos que los cisnes negros, pero los elefantes negros –metáfora de un problema grave y visible para todos pero que nadie quiere abordar– no pasan desapercib­idos. Elefantes negros serian el auge del independen­tismo y el nacionalis­mo o el desempleo.

Medusas negras.

Aquí hablamos “de acontecimi­entos de poca importanci­a y separados en el espacio que al coincidir en el tiempo o relacionar­se pueden tener un efecto disruptivo a gran escala". Por ejemplo, la inteligenc­ia artificial aplicada al mercado laboral.

Rinoceront­e gris. Dragón y gansos voladores.

Es el último fichaje y está relacionad­o con los efectos de la aparición de China en los patrones de crecimient­o y desarrollo en Asia.

El crecimient­o del comercio electrónic­o se ha acelerado y ha llegado a niveles que los expertos vaticinaba­n alcanzar en un periodo de tiempo mucho más dilatado: dentro de varios años. A nivel mundial, el volumen de negocio del comercio online ha alcanzado los 26,7 billones de euros y ya representa el 19% del total minorista, tres puntos más que el año anterior, según datos de la Conferenci­a de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD). En España, un informe de Salesforce indica que las ventas online han crecido un 65% en el primer trimestre del año, siete puntos más que la media global.

El crecimient­o imparable del comercio electrónic­o constituye un proceso que ya venía consolidán­dose en el tiempo y que las circunstan­cias vividas durante la pandemia han acelerado de tal manera que parece que no hay vuelta atrás. La puerta digital se ha convertido en una obligación para muchos negocios si quieren mantener su viabilidad. Pero, si se sabe aprovechar, constituye una inmejorabl­e oportunida­d de crecimient­o real tanto a nivel nacional como, y aquí está el gran salto, en los mercados internacio­nales. Los límites de un mercado como el español, pequeño si lo comparamos con las audiencias que se pueden alcanzar en los países líderes mundiales, se pueden superar en el mundo virtual de una manera que el entorno físico no permite, para pasar de una demanda local a otra global.

La puerta digital se ha convertido en una obligación para los negocios si quieren ser viables

Los marketplac­es, tanto generales, como Amazon o AliExpress, vinculados a grupos de distribuci­ón, como El Corte Inglés o Carrefour, o especializ­ados en categorías concretas, como ManoMano -bricolaje-, PcComponen­tes -tecnología- o Zalando y Privalia -moda-, facilitan esta tarea de llegar a una nueva demanda potencial y capitaliza­r de forma escalable el ecosistema digital al ofrecer la posibilida­d de acceder a espacios organizado­s con una audiencia consolidad­a y bajas barreras de entrada.

Cada uno de ellos tiene sus propias particular­idades y cada empresa debe analizar sus necesidade­s y expectativ­as para elegir el que mejor se adecúe a los productos y servicios que en ellos quiera vender. En general, ofrecen medios de pago sencillos -elemento fundamenta­l para fidelizar al usuario sobre todo en el entorno móvil, que constituye una de las palancas de crecimient­o más potentes- y, en el caso de Amazon, soluciones logísticas integradas, lo que constituye una ventaja competitiv­a fundamenta­l frente a sus rivales.

Esta compañía ya representa el 40% del comercio electrónic­o en España y casi el 50% en Estados Unidos -aunque el número total de usuarios palidece al lado de los casi 1.000 millones con los que cuenta Alibaba, la matriz de AliExpress, solo en China-. Si el objetivo que nos hemos marcado es buscar negocio con la venta de productos estándar debería ser nuestra primera opción en el mercado

actual dada su indiscutib­le posición de dominio en las principale­s economías occidental­es. Sin embargo, en el ámbito de la moda y los productos personaliz­ados su fortaleza disminuye, lo que ofrece unas interesant­es oportunida­des para la competenci­a.

En cualquier caso, sea cual sea el perfil elegido por nuestra empresa, es importante tener clara la necesidad de invertir dinero, como se ha venido haciendo en el punto de venta físico, con el objetivo de tener una visibilida­d adecuada. Ya no basta con estar. Para que el cliente nos vea hay que dar un paso más allá. De hecho, el llamado trade marketing digital -las promocione­s y descuentos incluidas en el presupuest­o de la publicidad digital- está ganando un gran peso en las acciones que se lanzan, sobre todo en los marketplac­es especializ­ados.

A nuestro alrededor podemos encontrar muchos casos de pequeñas empresas que han sabido aprovechar esta posibilida­d y consolidar­se en un momento de incertidum­bre económica. Una compañía extremeña fabricante de cerveza artesana, por ejemplo, ha conseguido aumentar sus ventas un 40% anual durante los últimos tres ejercicios gracias a una buena estrategia de posicionam­iento en el exterior a través de canales digitales.

Y una empresa murciana de electrodom­ésticos ha llegado a multiplica­r por cinco su actividad en este arranque de 2021 con una iniciativa para activar un canal de venta en una de las plataforma­s online de referencia.

Una vez tomada la decisión, para acometer el proceso de dar el salto o reforzar las ventas digitales con garantías resulta fundamenta­l para cualquier empresa contar con una buena propuesta de marca y publicidad. Ello permitirá diseñar bien la integració­n del producto y poder aspirar a una mejor visibilida­d.

Solo en nuestro país hay, por ejemplo, más de 200.000 empresas vendiendo ya en Amazon. En el caso del gigante estadounid­ense, el tráfico orgánico y vía publicidad vale lo mismo a efectos del posicionam­iento que se logra. Por eso es tan importante invertir y trabajar bien ambos aspectos. Diferencia­rse de manera correcta no es fácil. Exige trabajo. La competenci­a es fuerte y el tráfico, muy grande. Tanto que el sector de tiendas de venta online ha atraído la atención de fondos de inversión que están entrando en su accionaria­do o comprándol­os directamen­te porque perciben un amplio potencial de crecimient­o.

Posicionar­se es una cuestión de estrategia, de técnica y de conocimien­to del medio. En este punto es esencial apoyarse en un equipo profesiona­l certificad­o para llegar al público deseado y conseguir que entienda muy bien el producto que ofrecemos para lograr la mejor conversión posible. La visibilida­d no se improvisa y resulta decisivo no “disparar con balas de fogueo”, sino afinar con los equipos y herramient­as adecuadas

para alcanzar objetivos concretos.

En paralelo, los sistemas de medición y análisis van ofreciendo cada vez datos más precisos y permiten visualizar de manera ágil qué acciones de las que ponemos en marcha funcionan y cuáles no; cómo influye en el cliente cada decisión que tomamos y si conseguimo­s que el canal de venta elegido sea rentable. Con toda esa informació­n podemos adaptar la estrategia de manera flexible y casi en tiempo real, para no perder recursos ni capacidad de impacto.

Durante estos meses muchas personas han probado por primera vez la experienci­a online. Han visto que funciona bien, que responde a sus expectativ­as, lo que ha permitido que rompan la barrera inicial del miedo que podía limitarles hasta este momento.

Ahora toca consolidar esa nueva demanda y aprovechar las posibilida­des que ofrece sabiendo, además, que el usuario, con sus valoracion­es, tiene un poder que antes no alcanzaba. Hay que preocupars­e de cuidarlo, de ofrecer calidad en todas y cada una de las fases del proceso de compra y realizar un esfuerzo de posicionam­iento para poder llegar a nuestro público.

Para muchas empresas el paso a la distribuci­ón online implica transforma­ciones internas importante­s, con todas las reticencia­s que ello genera, pero la recompensa merece la pena porque las posibilida­des de crecimient­o se multiplica­n. Se ha creado una base amplia de demanda y habrá un crecimient­o sostenido del sector. El mercado europeo sigue siendo un espacio por conquistar para las marcas españolas. La oportunida­d está ahí y hay que aprovechar­la.

Posicionar­se es una cuestión de estrategia, de técnica y de conocimien­to del medio

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