LA CONFIANZA: EL COMERCIO MÁS ANTIGUO DE ESPAÑA
Se llamaban tiendas de ultramarinos porque lo que se vendía en ellas eran productos procedentes de ultramar. Hablamos del café, de muchas especias, del chocolate o del bacalao que, a día de hoy, sigue siendo el producto estrella de La Confianza, que antes que una tienda de ultramarinos fue una especie de tienda al estilo del Oeste Americano donde tanto podías comprar unas legumbres como una botella de ron o un rifle. Así fue como la concibió su propietario original, Hilario Vallier, allá por 1871. Procedente de una familia acomodada con raíces en Francia, decidió asentarse en Huesca y montar un establecimiento. Lo hizo en pleno centro de la capital, la hoy denominada Plaza Luis López Allué (conocida como Plaza del Mercado). Siguiendo las normas del movimiento arquitectónico ‘higienista’ del momento, Vallier ordenó construir un edificio con grandes ventanales y una amplia puerta que favoreciesen la entrada de la luz y el aire para mantenerlo ventilado.
De la misma manera que la ideó el fundador, la heredó el segundo propietario, Fulgencio
Peláez, quien se hizo con el negocio en 1909, tras el fallecimiento del francés. El nuevo dueño se mantuvo al frente hasta, mas o menos, mediada la Guerra Civil. Como ayudante, había contratado a Víctor Sanvicente y, siguiendo la costumbre de la época, fue al aprendiz al primero en ofrecer la titularidad de la tienda cuando decidió abandonarla. Desde entonces y hasta la actualidad, es la familia Sanvicente la que regenta La Confianza, hoy de la mano de Víctor Villacampa Sanvicente, cuarta generación e hijo de María Jesús Sanvicente, aún propietaria y, a sus 77 años, con ‘mando en plaza’ detrás del mostrador.