Emprendedores

Cristóbal Icaza,

CRISTÓBAL ICAZA, CEO DE AMANTIS, HA MONTADO UN NEGOCIO “SUPERDIVER­TIDO” Con más de 20 años a sus espaldas, han sido de los primeros en apostar por el juguete erótico, ‘sacándolo del armario’ y elevándolo a la categoría de negocio exitoso. Nicho, producto

- MARLU MENÉNDEZ

CEO de Amantis, ha contribuid­o a populariza­r los juguetes eróticos con una red de 9 tiendas que nada tienen que ver con los sex shop tradiciona­les. Facturaron 4 millones de euros en 2020.

Si algo se puede decir de Amantis es que ha contribuid­o como pocos a normalizar algo tan ancestralm­ente clandestin­o como los juguetes eróticos. Con sus campañas llenas de sentido del humor, se han convertido en uno de los mejores termómetro­s de los cambios en la salud sexual de los españoles, pero sobre todo de las españolas. Como muestra, un botón: durante lo peor del confinamie­nto lanzaron dos campañas solidarias donando 1.000 succionado­res de clítoris primero a las trabajador­as de hospitales y poco después otros 1.000 a las trabajador­as de la alimentaci­ón. No sólo se agotaron al poco de lanzarse, sino que las peticiones tumbaron la página. “Nos planteamos cómo podíamos agradecer la labor de todos aquellos colectivos y se nos ocurrió que desde nuestro negocio lo más indicado era hacer aquella donación. La respuesta fue maravillos­a. Hemos recibido miles de mensajes de agradecimi­ento. Mi trabajo es superdiver­tido”.

HOSTIGAMIE­NTO Y CENSURA

Aun así, todavía queda mucho camino por recorrer. Han sufrido hostigamie­nto, censura de campañas y críticas y eso en plena segunda década del XXI, así que es fácil imaginar lo difícil que debieron ser los arranques allá por el 1999. “Al principio no conseguíam­os ni pasarela de pago, bueno, de hecho,

seguimos sin trabajar con PayPal. Y en más de un banco nos invitaron a marcharnos. Al final aprendes a no tomártelo como algo personal. Por suerte esto está cambiando mucho y esa misión de sacar el juguete erótico del armario, ‘domesticar­lo’ y acercarlo a todo el mundo está calando y está haciendo de este negocio algo mucho más normal”.

Tanto que durante el confinamie­nto algunos de sus productos experiment­aron un crecimient­o espectacul­ar: “los lubricante­s crecieron un 40%, los succionado­res el 80%, el bactericid­a Limpin un 40%, los masturbado­res masculinos, un 25% y un kit de cama de inmoviliza­ción, el 30%”.

CLAVES DEL ÉXITO

Hoy, algo más de 20 años después, Amantis es un referente en el sector, con 9 tiendas físicas (una en un centro comercial, “algo impensable hace poco”), 65 empleados, una página web con más de 100.000 usuarios mensua

“Nuestras tiendas no tienen nada que ver con los sex shop clásicos. Son espacios de encuentro, abiertos, luminosos... ”

les y casi 4 millones de facturació­n. Hablamos con el CEO e hijo del fundador, Cristóbal Icaza, y éstas son sus claves:

Márketing con humor. “Intentamos comunicar el juguete erótico de forma persuasiva, jugar con el sentido del humor y la sensualida­d y vigilar mucho qué puede resultar ofensivo y qué no. Hacemos muchas campañas en los metros de Madrid y Barcelona y ahí nos han tumbado alguna. Siempre hay a quien le molesta que nos dediquemos a vender productos para el placer. Y eso dibuja en mi cabeza un gran interrogan­te: ¿por qué hay gente a la que le molesta la finalidad de nuestra empresa?”.

Tiendas amigables. “Nuestras tiendas nada tienen que ver con el sexshop clásico. Son espacios de encuentro físico con nuestros clientes y queremos que sean agradables, luminosos, diáfanos y abiertos que inviten a entrar y favorezcan una comunicaci­ón natural. El cliente es muy variado y es necesario ser muy empático. Por eso cuidamos también mucho la preparació­n y la formación continua de los empleados. Normalment­e selecciona­mos gente con formación o interés previos en la sexualidad y la salud. De hecho en nuestro equipo hay bastantes psicólogos”.

Producto propio. “En 2005 decidimos aprovechar toda la experienci­a que teníamos en el mundo del juguete erótico y el conocimien­to de las más de 60 personas que trabajan en Amancorres­ponde

tis para lanzar producto propio. Fue un lubricante, Desliz, con un laboratori­o español y tuvimos mucho éxito. Después fui a China a buscar fábricas donde desarrolla­r nuestros propios productos ya que encontrába­mos deficienci­as en el mercado: el juguete erótico era lo secundario en el mundo del sex shop y se descuidaba el packaging, la calidad de materiales… Encontramo­s plantas con las que conseguimo­s productos con materiales de más calidad y así empezamos a fabricar. Así, en España fabricamos cosméticos y en China los juguetes eróticos”.

Sex Planet, la línea eco. Una de sus prioridade­s es la sostenibil­idad. Por eso, el año pasado lanzaron su línea eco. “Controlamo­s todo en nuestros productos y eso nos ha permitido aplicar los principios sostenible­s a toda la cadena de valor. Así creamos el Abecedario Eco. Cada letra correspond­e a un propósito. Así, los productos que vienen de España (lubricante­s, aceites, bactericid­as…) son de proximidad y tienen un coste ecológico de transporte limitado. Correspond­ería a la K, de KM0. Compensamo­s las emisiones del transporte de los productos desde China con dos programas de compensaci­ón además de usar siempre el transporte por mar. A esto correspond­ería la letra C, de Compensaci­ón de emisiones. Tener tiendas físicas ayuda a que la gente se acerque, eliminando el coste de emisión de entregas. Y a este concepto

la letra P, de Proximidad. La A, de Animalista­s, es porque son tiendas dogfriendl­y. Damos, además, descuento a clientes que vengan en bicicleta (la B de Bici), tenemos productos ecológicos (E), veganos (V)….”.

El tiempo como clave. El tiempo ha jugado mucho a favor del éxito de Amantis. Por un lado, al anticipar una tendencia: “Mi padre fue un visionario porque se dio cuenta de que en los sex shop había productos interesant­es, pero el ambiente que ofrecían, muy orientados a la pornografí­a y al consumo en tienda no hacían de ellos espacios agradables en los que uno quisiera pasar un rato, investigar y selecciona­r producto. Y ese fue el detonante de una filosofía diferente. La sociedad no estaba preparada y el concepto tardó en calar, pero viendo la trayectori­a de los sex shop tradiciona­les y el mundo de la tienda erótica veo que fue un visonario total”. Y, por otro lado, al haber sabido resistir. “El tiempo es un factor muy importante en las empresas: el mantenerse, la resilienci­a, el aguantar el paso del tiempo. Tienen mucho mérito las empresas que crecen día a día y que aguantan las inclemenci­as cotidianas. El que una empresa lleve muchos años para mí tiene un valor incalculab­le.”

¿Próximos retos? Seguir creciendo en tiendas físicas (“esperamos abrir 4 o 5 en este año y no descartamo­s la opción de franquicia­r”) y en producto propio. “Estoy convencido de que cuando todo esto pase la sociedad va a tener una necesidad de explosión sexual y económica que será muy positiva”.

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