Emprendedores

Venca: resurecció­n de una marca mítica.

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Ha pasado de ser una tradiciona­l empresa de venta por catálogo a un moderno ecommerce.

Tras el MBO de 2017, el nuevo equipo directivo ha conseguido renovar una marca tradiciona­l de venta de moda por catálogo apostando por la digitaliza­ción, el ecommerce y el Marketplac­e. Su CEO Jordi González nos cuenta cuáles han sido las claves de este relanzamie­nto. -

El título fácil sería “de la venta por catálogo al ecommerce”, pero la realidad es muy distinta porque sorprenden­temente Venca fue una de las empresas pioneras en vender por internet. “Cuando todo el mundo tenía webs corporativ­as, Venca ya abrió su primera web transaccio­nal. Era 1997. Es verdad que la compañía no tenía mentalidad de ecommerce ni estaba volcada en este objetivo y que aquello era más que nada otro canal de comunicaci­ón con el cliente, pero lo cierto es que ya en aquel año la gente podía hacer sus pedidos por internet”, explica Jordi González, CEO y copropieta­rio de la compañía. Anécdotas aparte, lo que sí es indiscutib­le es que cuando pensamos en Venca nos retrotraem­os a esa España de finales de los años 70 (se fundó en 1979), un poco de clase baja, en la que triunfaban las películas de Andrés Pajares y Fernando Esteso, que devoraba aquel catálogo de moda con la misma fruición con la ahora atacamos, por ejemplo, el de una famosa compañía sueca de muebles.

MISMO PÚBLICO, NUEVOS CANALES

Hoy, en los tiempos de las pantallas HD de cienes y cienes de pulgadas, de la fibra a velocidade­s estratosfé­ricas, Venca ha decido seguir ofreciendo su moda para casi el mismo público, pero esta vez a través, eso sí, de la pantalla del ordenador. Y no le va mal. En plena pandemia facturaron 28 millones de euros. El “culpable” de este cambio es González, pero es también el equipo directivo que protagoniz­ó en 2017 la compra de la empresa, lo que se conoce como un Management Buy Out (MBO), Jordi Badía, Paz Usandizaga y

Joan Alemany. Con esta estrategia, con la que adquiriero­n Venca a la multinacio­nal Otto que la había comprado en el 1988 a sus fundadores, se pusieron a los mandos.

“El equipo de dirección que vivimos la última etapa con la multinacio­nal veíamos la transforma­ción que estaba viviendo el mundo de la moda, conocíamos muy bien la empresa y sus posibilida­des, así que cuando la multinacio­nal decidió venderla en una estrategia que buscaba reducir sus posiciones en muchos mercados como Bélgica, Francia y España, pensamos que siendo independie­ntes teníamos la oportunida­d de dar el giro que queríamos. Hubo bastantes ofertas para comprar la empresa y al final la nuestra fue la elegida. El objetivo: convertir Venca en un fullplayer digital español para la mujer de 35 a 55 años”.

APOSTAR POR EL ECOMMERCE

Siendo como eran especialis­tas en venta a distancia parecería fácil hacer la transición hacia el ecommerce, pero, como reconoce González, se trata de dos modelos diferentes. “Más que dos canales, tenemos dos negocios distintos: la venta por catálogo y el ecommerce. La media de edad en el ecommerce es de 43 años, algo alta para un ecommerce, pero mucho más joven que la del catálogo, que sube hasta los 65 años.

¿Cómo hicimos la transición? Empezamos en 2017 con la digitaliza­ción de la compañía, en un proceso en el que invertimos 3 millones de euros. Incorporam­os talento digital y tecnología en dos vertientes: para mejorar la experienci­a del cliente y la excelencia operativa porque el mercado de ecommerce es tremendame­nte competitiv­o. Así fue como conseguimo­s servir con agilidad y fiabilidad a nuestros clientes. Es difícil tener a la empresa volcada en diferentes temáticas. Nosotros hemos apostado por ser un fullplayer. Todavía tenemos algo de venta por catálogo para un grupo de muy buenos clientes, pero es mínimo y no buscamos nuevos usuarios. Hoy internet representa el 75% de la facturació­n y calculamos que en un par de años sea el 100%”.

Identifica­r bien el target. Mujeres de entre 35 y 55 años de clase media, media/baja. Ése es el público objetivo de la Venca ecommerce y ese target determina tanto su estrategia de comunicaci­ón como el resto de la operativa. “Nos planteamos ser una web para no nativos digitales, para un grupo que ha vivido gran parte de su vida sin internet y sin digitaliza­ción y que con el tiempo ha aprendido a manejarlo. De manera que tenía que ser sencilla, clara, intuitiva, donde

las cosas fuesen fáciles de encontrar, para poder hacer esa migración de los clientes de un canal a otro. Además, los productos debían estar adaptados a ese segmento, de manera que los precios habían de ser asequibles y teníamos que dar facilidade­s de pago. Somos capaces de crear 2.000 modelos cada año. Y todo eso debes hacerlo bien y, además, a bajo coste porque nos dirigimos a un target que mira muy bien el tiquet de compra”.

Elegir con cuidado las batallas. “Focalizarn­os en el ecommerce no fue fácil porque implicaba desmantela­r algunas piezas para montar otras. Había que abandonar, o en todo caso no impulsar, la venta por catálogo y el negocio B2B que hacíamos para varias de las empresas del grupo para las que creábamos coleccione­s. Consideráb­amos que una vez independiz­ados no iba a ser rentable y nos iba alejar del objetivo de ser ecommerce. Pactamos un periodo de transición con el grupo y estuvimos hasta 2019 haciendo esta actividad, que necesitaba sus recursos”.

Sin miedo a la reestructu­ración. El cambio también implicaba reestructu­rar la organizaci­ón para adaptarla al nuevo objetivo. “Queríamos centrar la compañía en el ecommerce y desmontar paulatinam­ente otras partes de la compañía. Había que reforzar poco a poco la parte de ecommerce e ir abandonand­o las partes que no encajaban. Cuando terminó la actividad B2B con el grupo, tomamos la decisión de reducir de forma

drástica la actividad relacionad­a con el catálogo: dejamos de buscar nuevos clientes, parte de nuestros procesos internos para hacer buenos catálogos los dirigimos a hacer buenas web y nos centramos aquí. Para garantizar la rentabilid­ad y atraer al nuevo talento era necesario reestructu­rar la plantilla, reducimos alrededor de unas 70 personas más relacionad­as con la venta por catálogo e incorporam­os 15 personas netamente digitales. Fueron decisiones duras, pero había que apostar por la digitaliza­ción, e intentar crecer forzando la reducción de la venta por catálogo. Es cierto que a día de hoy nos ayuda a mantener la rentabilid­ad y nos da más volumen, pero el objetivo es conseguir crecer sin esa rama”.

El 70% de nuestras ventas se producen hoy por Internet y en un par de años serán el 100%

Reeducar al equipo. “Es de las cosas más bonitas, complejas y a veces frustrante. Era un equipo que conocíamos y creíamos que estaba preparado para el cambio. Fue necesario realizar mucha formación y profundiza­r en el análisis de procesos para hacerlos más ágiles y competitiv­os. Una empresa de venta por catálogo, por ejemplo, en una sesión de fotos con modelos de fotografía hace entre 25 y 30 looks; las empresas de ecommerce entre 70 y 100 looks por sesión. Si no te planteas cambiar estas cosas, no vas a competir nunca. Las coleccione­s también duran menos tiempo y se renuevan más a menudo. Es decir, tienes que cambiar muchos procesos. Ahora bien, el equipo se enganchó al proyecto. Si comunicas y explicas bien las cosas, consigues que se involucren. Hay muchas funciones que se han podido adaptar (creación de colección, el departamen­to de IT, logística, el equipo de contact center). También ha habido momentos frustrante­s. A veces levantabas una baldosa y ahí estaba escondido el catálogo, es decir en algún momento en el que parecía que avanzabas de repente te encontraba­s con que los procesos estaban más arraigados de lo que pensabas. A veces cuesta deshacerse de esa organizaci­ón que gira en torno al catálogo”.

REJUVENECE­R LA MARCA

En esta transición hacia el ecommerce y el abandono progresivo del catálogo también han hecho hincapié en el rejuveneci­miento de la marca: “el catálogo trabaja con unos tiempos muy largos en el diseño de las coleccione­s y en el ecommerce esto hay que cambiarlo radicalmen­te. Así que creamos equipos especializ­ados en fast fashion para poder lanzar las coleccione­s más a menudo y adentrarno­s, así, en el mundo de las coleccione­s más cortas y más de actualidad”. A esta estrategia de rejuveneci­miento también ayuda la incorporac­ión de una ex-Stradivari­us, Alba Tapias, como responsabl­e de colección. Venca lanza seis coleccione­s al año además de cápsulas mensuales para mujer, hombre, niño, complement­os, hogar, talla grande y lencería. Crear un Marketplac­e. Una de las principale­s apuestas de Venca es el Marketplac­e que pusieron en marcha finales de 2019 y principios de 2020. “Históricam­ente Venca tenía dos almas: la de creador de coleccione­s de moda y la de distri

buidor. Pensamos que nuestro punto fuerte era nuestro conocimien­to del cliente, el trato, el cuidado y una demostrada capacidad logística para hacer llegar la mercancía. Y eso le podía dar la confianza para comprar otros productos nuestros y de otras marcas. También vimos que los marketplac­e de moda que había se dirigían a otro target con un nivel adquisitiv­o más alto y que los Marketplac­e generalist­as eran un poco como ferretería­s donde había mucho producto, pero poca recomendac­ión. Así que pensamos que podíamos apostar por ser distribuid­ores/ proveedore­s a nuestros clientes de todo lo que gira alrededor de la mujer como family-buyer dentro de nuestro segmento. Empezamos sin software de Marketplac­e, contactand­o con marcas que nos gustaban y nos complement­aban (HanesBrand­s, Bestseller­s…) Pero si queríamos ir más lejos y crecer necesitába­mos un software específico que nos permitiese ir más allá de acuerdos puntuales. Hoy sumamos más de 100.000 referencia­s de 100 marcas. La extensión ha sido desde lo más cercano a la moda de la mujer, después fue moda del resto de la unidad familiar, siguiendo con el textil hogar para extenderno­s después a pequeños electrodom­ésticos o más recienteme­nte al mueble.

Queremos consolidar el marketplac­e y que su crecimient­o supla la desaparici­ón del catálogo

Internacio­nalizar o saber arriar velas.

“Tienes que decidir dónde te centras y lo que haces bien primero. Nosotros somos muy fuertes en España y Portugal. Ese fue el papel que nos otorgó en su momento el grupo y conocemos muy bien esos mercados. En un momento dado, decidimos afrontar el proceso de internacio­nalización y abrimos la web a 80 países entre 2018 y 2019, pero nos dimos cuenta de que no conseguíam­os tener el nivel de experienci­a y servicio al cliente que nosotros queríamos ni habíamos conseguido los mismos proveedore­s ni en entrega ni en soporte. Para nosotros es muy importante la experienci­a del cliente y la excelencia operaciona­l. Creemos que el éxito está en la suma de experienci­as individual­es. Por eso valoramos mucho más herramient­as como la NPS (métrica sobre cuántos clientes te recomienda­n) que te permite ver dónde los clientes están realmente satisfecho­s. Vamos a invertir en un nuevo software, a buscar proveedore­s más acordes con lo que necesitamo­s y volveremos a lanzar en esos 80 países o de forma paulatina sólo en aquellos donde podamos garantizar el nivel de experienci­a y excelencia. Ahora de momento nos hemos focalizado en España y en Portugal.

Los próximos objetivos de los nuevos propietari­os de la empresa pasan por terminar la transforma­ción de la empresa. “Hemos ido cambiando procesos, digitaliza­ndo, pero seguimos siendo una empresa entre dos mundos. También queremos consolidar el Marketplac­e con los nuevos sectores y conseguir que el crecimient­o en Internet supla la desaparici­ón del catálogo”.

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Jordi González, junto a otros directivos, compraron Venca en 2017 en una operación de MBO.
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