PIPAS A PRUEBA DE CRISIS
Piponazo fue la marca de pipas más comprada durante la pandemia. “Cuando nos confinaron yo creo que el mejor plan era Netflix, cerveza y pipas. Incluso te diría que con este aumento del consumo de pipas recuperamos a consumidores que habían dejado de consumir y llegamos a consumidores nuevos.” Hoy Grefusa cuenta con tres plantas: una en Alzira (Valencia); otra en Aldeamayor de San Martín (Valladolid) y la tercera en Soure (Portugal) de las que salen cada día 400.000 bolsas de pipas: cerca de 100 millones de bolsas al año. Da trabajo a 648 personas y, tras la reestructuración de 2020, cuenta con tres marcas: Grefusa, Míster Corn y Snatts.
Grefusa nació en 1929 de la mano de José Gregori, que comercializaba frutos secos y legumbres no procesados. En la postguerra, con la liberalización de los cereales, la empresa estuvo a punto de quebrar “porque los cereales que venían de Argentina o de EEUU, eran mucho más baratos. Para salvar el negocio familiar se incorporó la segunda generación que dio un salto de creación de valor al tostar los frutos secos. La segunda generación estaba formada por mi tío Alfredo, que era el presidente, y mi padre, Agustín, que eran gemelos idénticos, pero de carácter completamente diferentes. Yo no me quería unir a la empresa familiar porque había tenido muy mala experiencia. En 3º de BUP suspendí Matemáticas y me castigaron a trabajar en la empresa cargando y descargando sacos. Mi tío me sedujo animándome a colaborar en la innovación. Empecé como comercial en Campo de Gibraltar y poco a poco fui subiendo posiciones hasta que en el 2000 me nombraron director general”. Su objetivo: profesionalizar la empresa. “Desarrollamos un protocolo familiar para la cuarta generación y montamos un consejo de administración con consejeros independientes.”