¿LOS CLIENTES PUEDEN SEGUIR EXIGIENDO PRECIO E INMEDIATEZ?
La globalización ha tenido en la eficiencia logística una de sus máximos aliados. Hoy es posible consumir naranjas sudafricanas antes de que maduren las valencianas, y también comprar el último cargador móvil en un ecommerce chino, y recibirlo en una semana. La globalización ha sido uno de las realidades más transformadoras de la economía mundial, pero la duda es si ha malcriado a un consumidor acostumbrándolo al ‘lo quiero más barato y lo quiero ya’. En el análisis de la actual crisis de suministro sobrevuelan realidades como la del pienso de tu mascota, que recorre 6.982 kilómetros antes de llegar a su cuenco (estimación de Amigos de la Tierra), pero sobre todo hasta donde podrán seguir estresándose los plazos del comercio mundial y los modelos de producción. El análisis más inmediato de los expertos habla de que no hay vuelta atrás. Sin embargo, la realidad contrasta con esperas cercanas a los seis meses para hacerse con algunos modelos de bicicletas eléctricas o de semanas para hacerse con un pc-gamer. Y aquí llega la advertencia para el empresario, porque algo está cambiando, al menos en este momento.
“Antes identificabas una oportunidad de negocio y podías reaccionar lanzando un pedido que podrías tener disponible para la venta en dos o tres meses”, explica Ignacio Bartolomé Ceo de How2Go, “pero ahora desde que yo lanzó el pedido hasta que me llega, puedo manejar plazos de seis meses o más. Por eso, el empresario debe estar seguro de si la demanda que está detectando ahora, se va a sostener en esos plazos, porque puede que solo la dé salida en el mercado el que primero llegue con su mercancía”.