SELECCIONAR A LOS MÁS CAPACITADOS: “EL TAJO DECIDE”
Un equipo de alto rendimiento está formado por los mejores. No todo el mundo vale. Pelayo: “Las matemáticas no fallan. Han llegado 100, pero no hay plazas para todos, y eso no es una amenaza ni meter presión, es un hecho. Las matemáticas me dicen que sobran más de 80 policías”. Realizar esa selección supone poner a prueba de manera continua a los aspirantes para ir evaluando sus capacidades y respuestas ante los desafíos que se les presenta. Los instructores o formadores deben estar atentos no sólo a los resultados de las pruebas sino también a los gestos menores.
Pruebas en equipo en las que tan importante como el resultado es analizar la disposición de cada miembro para la resolución de desafíos, evaluar los gestos, la proactividad, la sinceridad, el liderazgo... Un ejemplo: la prueba de recoger unos casquillos de bala en el cauce del río. En la serie, la mecánica de este juego consiste en que el grupo elija a cuatro de sus miembros para llevarla a cabo. No es tan importante que encuentren todas las vainas sino la actitud del resto de los compañeros que están en la orilla. Eso es lo que escrutan los instructores con sus miradas. Pelayo: “Las pruebas de las vainas que montamos en el Tajo es una puesta en escena. Todo lo que está pasando allí es mentira. Lo que estamos buscando es ir dos pasos hacia el interior de cada uno. No mirar a la cara sino un poquito más allá: cómo se comportan, si se interesan por lo que hacen, un gesto, una mirada, un comentario a un compañero que escucho”. Para el instructor Barroso: “Sólo observando la participación de cada uno puedes percatarte de quién tiene iniciativa, y sabe que hay que sacar el proyecto adelante, o quién se esconde dejando pasar el tiempo y participando lo menos posible. Y eso tampoco nos interesa”.