ACTITUDES LAS TRES IMPRESCINDIBLES
Ahora les toca el turno a las actitudes con C. A esas habilidades, mal llamadas “blandas”, que configuran el otro lado de la balanza: la actitud resiliente, la actitud creativa y la actitud humilde.
1 ACTITUD RESILIENTE: EL EMPRENDIMIENTO
ESTÁ LLENO DE ADVERSIDADES.
Cuando consigues que algo funcione, tras muchas piedras en el camino, de repente se estropea. En algunos casos por una falta de visión a largo plazo y en otros casos no sabemos por qué razón, pero pasa y no puedes rendirte. Eso es la resiliencia, la capacidad de afrontar la adversidad una y otra vez sin tirar la toalla.
No la confundas con la terquedad o cabezonería, el resiliente sabe cambiar de tercio o como se dice en el mundo emprendedor, pivotar. El resiliente se distingue del terco porque tiene:
Gran capacidad de improvisacion: es flexible y se siente cómodo actuando fuera de los límites de lo convencional
Gran capacidad de resistencia: convierte las situaciones de estrés o presión en situaciones naturales. No siente la responsabilidad como un peso insoportable, sino que la abraza sin temor a lo que pasará.
Gran capacidad resolutiva: para cada problema o reto que se le plantea, siempre tiene una o varias soluciones. Mantiene la calma y es proactivo.
2 ACTITUD CREATIVA: CONECTAR PUNTOS ES LA MAYOR AFICIÓN DEL EMPRENDEDOR NATO.
Cualquier idea es susceptible de mejora. Le gusta construir y rodearse de personas creativas que le mantengan en un estado de alerta continua.
No juzgar es uno de sus mantras: nada es correcto, nada es incorrecto. Todo vale y todo aporta, incluso aquello que aparentemente no aporta.
La casilla de salida de un emprendedor suele ser la casilla cero, cero recursos, pero mucha imaginación para convencer a otros y a si mismo de que todo es posible.
3 ACTITUD HUMILDE: MANTENER BAJO CONTROL EL EGO ES UNO DE LOS GRANDES DESAFÍOS DEL EMPRENDEDOR.
Saber que el error es humano y que no eres infalible te ayudará a la hora de avanzar. Tus ideas de negocio no son siempre las mejores. Déjate acompañar y no te deslumbres con el éxito alcanzado. Celebra los logros, pero mantén los pies en el suelo.
Recuerda la diferencia entre Tiger Woods y Rafael Nadal, el primero estuvo a punto de echar su carrera como golfista por la borda a causa de múltiples adicciones, el segundo ha sido capaz de gestionar con serenidad y humildad su meteórica carrera.
Saber que el error es humano y que no eres infalible te ayudará a la hora de avanzar