Calvo, la ventaja de ir siempre por delante
¿Quién no conoce el atún Calvo, la marca más popular de atún envasado, al menos en España? Lo que quizá no sepas es que gran parte de su éxito se debe a su capacidad visionaria, que les permitió adelantarse al resto de la industria en cuanto a diseño, producto e incluso en creatividad.
Fueron los primeros en lanzar el atún en lata redonda de pequeño formato, la primera marca de conservas que se anunció en un horario de máxima audiencia… Lo que hoy parece tan cotidiano como comprar el atún en pack de tres latas, resultó una idea arriesgada en su momento. Pero acertaron, así como en el resto de innovaciones por la que apostó la compañía desde sus comienzos.
Esta capacidad de creatividad y visión, entre otros factores, han convertido a Calvo en una de las mayores compañías conserveras del mundo, que al año comercializa más de cien mil toneladas de producto terminado y cuenta con cinco mil empleados en el mundo.
DE UN PEQUEÑO ALMACÉN GALLEGO
La historia de Calvo se remonta a 1940. A partir de un pequeño negocio familiar, un almacén de coloniales en la localidad gallega de Carballo, Luis Calvo Sanz puso en marcha un proyecto empresarial basado en la elaboración y comercialización de pescado enlatado. Eso, tras varios intentos fallidos con las conservas de vegetales y de carne. La primera fábrica de Calvo, en esta localidad gallega, era una modesta instalación con 25 trabajadores que realizaban el empacado a mano con el producto que llegaba a los puertos de la Costa da Morte.
UN PROYECTIL Y MUCHA MAÑA
A comienzos de los años cincuenta se vivían tiempos difíciles para conseguir maquinaria de empacado de pescado. Luis Calvo usó su ingenio y desarrolló su propio sistema para enlatar atún a partir de una pieza de tostar café y un casco de proyectil. La nueva empacadora resultó más rápida (36 latas por minuto), eficiente y daba un mejor resultado final que las que existían hasta el momento. Llegaron a vender más de cuatrocientas en todo el mundo.
Uno de los dos hitos más importantes en la compañía, a mediados de los años sesenta, fue la apuesta firme por el atún claro: por su sabor y capacidad nutritiva. Pero también, porque permitía romper la tradicional estacionalidad del sector. El atún claro era entonces un producto novedoso, que no envasaba casi ninguna otra conservera. Hoy es
la variedad que supone más del 90% del atún vendido en España.
Poco después, innovaron con la lata redonda y pequeña para distinguirse del resto de conservas de atún. Un formato que triunfó: hoy en día, más del 90% de las latas de atún que se comercializan en España son en este formato, lanzado en 1965.
Años más tarde, en 1978, marcaron aún más su diferenciación con el lanzamiento del pack de tres latas. La idea se le ocurrió a Jose Luis Calvo, hijo del fundador, tras observar cómo se empaquetaban las cervezas en Alemania. El formato resultó práctico y todo un éxito. Tanto, que se ha convertido en un estándar en todo el mundo.
La innovación, siempre presente en el ADN de la compañía, fue dando lugar a otros lanzamientos, como la primera conserva de atún bajo en sal, en 2001. O la última novedad que acaban de lanzar en 2021: una nueva lata con tecnología patentada “Vuelca fácil”.
UNA FLOTA PROPIA
Pero volvamos a finales de los 70, cuando la compañía tomó una decisión estratégica ante el aumento de la demanda: desarrollar su propia flota que permitiera asegurar el aprovisionamiento en materia prima, además de garantizar la calidad y sostenibilidad del conjunto de la actividad.
Su primer atunero, el Montecelo, tenía una capacidad de 200 toneladas. A punto de entrar en la década de los 80, Calvo ya estaba situada como la tercera conservera española y la primera en conservas de atún.
“El buen hacer de esta familia y el éxito del producto que producíamos entonces nos llevó a las primeras exportaciones. La primera, a Uruguay, fue modesta pero luego siguieron muchas otras y en los 90 la expansión al exterior se aceleró. Y así hoy, en 2022 contamos con presencia en 70 países”, explica Enrique Orge, director general en Europa de Grupo Calvo.
Su expansión global se desarrolló con acciones como la adquisición, a principios de los años 90, de Nostromo –la marca de conservas de pescado con mayor tradición en Italia– o la construcción, en 2003, de una planta de procesamiento en El Salvador. La adquisición de Gomes da Costa, el primer grupo conservero de Brasil, en 2004, les dio acceso a un mercado de más de 250 millones de personas, en el cono sur de América. Su fábrica de Itajaí abastece a países como Brasil, Argentina o Uruguay, entre otros.
La búsqueda de mercados internacionales con un alto potencial de crecimiento, les llevó a China en 2009. Para ello, llegaron a un acuerdo de comercialización de sus productos con la empresa alemana de distribución Metro Group, ya presente en este mercado.
“CLARO, ES CALVO”
Hay momentos inolvidables de los anuncios de televisión. Y Calvo fue artífice de uno de ellos.
Acertaron de lleno con ese diálogo “irracional” de pocos segundos, pero muy efectivo protagonizado por los entontes muy conocidos actores Juanjo Menéndez y Jesús Puente. “Es atún claro… claro. Y se llama Calvo… claro”.
A pesar de resultar una decisión arriesgada –un anuncio de conservas en horario de máxima audiencia en los años 80 era casi impensable–, el efecto fue drástico: catapultó el nombre de la marca a millones de hogares e hizo que incorporasen el atún claro a su cesta de la compra.
CRECER, PERO CON CONCIENCIA
Desde sus inicios, el grupo Calvo se declara defensor de una gestión ética y responsable del negocio. Fue una de las primeras empresas del sector pesquero en apostar por la profesionalización de la Responsabilidad Social Corporativa y su integración en el comité de dirección.
En la última década, la compañía ha puesto el acento en la sostenibilidad con distintas acciones.
“El compromiso, la calidad, la innovación y las personas han sido nuestra seña de identidad desde el comienzo y lo son todavía hoy. El equipo es el motor de todo nuestro grupo y el compromiso que tienen en los proyectos es una ventaja competitiva y nos gusta pensar que nuestros trabajadores están orgullosos de crecer con nosotros”, expresa el director general en Europa del Grupo Calvo.