Año nuevo, vida de siempre... O quizá no
Recuerdo muy bien la emoción que experimenté la primera vez que conocí al autor de un libro. Alfredo Rodríguez Marrón, el vecino de la casa de verano de mis padres publicó, cuando yo era niño, una novela titulada ‘Año nuevo, vida de siempre’ y se lo regaló a ellos con una dedicatoria manuscrita.
Escribir un libro y que te lo publiquen es uno de los hitos del éxito, más allá de la célebre frase del árbol y el hijo. Me sentí orgulloso de mis padres, por ser amigos de un escritor y también de mi vecino, por haberlo logrado aprovechando el tiempo de su reciente jubilación. Es difícil de explicar la sensación que tuve, pero fue parecida a la que uno puede sentir si le toca la lotería al de al lado. El éxito está tan repartido que le puede ‘tocar’ a tu vecino... puede caer cerca. Mi cultura del esfuerzo ha mejorado bastante desde entonces, tengo que remarcalo por si acaso.
Poco supe del contenido del libro (entonces sólo leía tebeos), pero siempre he pensado que debía ser la historia de una decepción. Cada año nuevo nos planteamos las promesas más ambiciosas para cambiar por completo nuestros malos hábitos y, por qué no decirlo, es común que nos desinflemos rápidamente.
Tengo la solución para eso: el libro ‘Hábitos Atómicos’, de James Clear. La tesis es que las promesas de cambio se basan en el objetivo -adelgazar, por ejemplo- cuando lo que de verdad funciona es activar la identidad -soy delgado, en el mismo ejemplo-. Si te concentras en la identidad y defines los procesos, el resultado llegará.
Quizá es un rasgo clave en los emprendedores de éxito y no hemos reparado mucho en ello. Los miembros del club de los 100 Emprendedores, que este mes renovamos, han puesto el foco en captar e impulsar el talento... y lo han conseguido de manera destacada.
Distinguimos por segunda vez consecutiva a 100 emprendedores destacados para el año que comienza. Forman parte de nuestra comunidad (no se trata de un ranking, insistimos) y vamos a hacerles el mejor acompañamiento y cobertura a nuestro alcance.
Son nuestra guía para dar pasos sólidos en el año que comienza.
Escucho a muchas personas decir que 2023 se presenta con muchas amenazas. No digo que no sea cierto. Lo que es indiscutible es que la incertidumbre es algo consustancial a la vida de las personas y, por tanto, también a la de las empresas.
El año que entra estará lleno de incertidumbres, como el que abandonamos. Depende de nosotros, como siempre, que el resultado sea bueno. Y si no lo es, depende de nosotros definir en qué medida nos va a afectar en nuestras vidas personales.
Este año nuevo no trae vida nueva, trae la de siempre. Esa en la que nosotros influimos mucho más de lo que creemos. Depende de lo atómicos que nos atrevamos a ser. Quizá ser atómico traiga suerte...
Este año trae la vida de siempre. Esa en la que nosotros influimos mucho más de lo que creemos. Depende de lo ‘atómicos’ que seamos