LA TIERRA ES PLANA
La Tierra mediría 9.000 km de un extremo a otro. Los defensores de que es plana ganan adeptos tras la cobertura que han hecho los medios de un congreso internacional en los EEUU. Unos hablan de debate absurdo… Pero, ¿hay algo más?
Resulta extraño que en pleno siglo XXI haya gente que piense que la Tierra es plana. Todavía hay personas, con estudios, que creen que, por ejemplo, la carrera espacial es una conspiración. Los “tierraplanistas” han organizado recientemente un congreso en Carolina del Norte, que pretendía reunir pruebas y denunciar lo que creen es la mayor conspiración de la historia. Lo bueno del caso es que los medios de comunicación de todo el mundo se han hecho eco de sus proclamas sembrando confusión con titulares llamativos como: “La Tierra ni es plana ni es una esfera perfecta”; o “La teoría de la Tierra plana gana popularidad”. Hasta algún astronauta ha participado en la polémica para desmentirles. Nos referimos, en concreto, al primer cosmonauta español, Pedro Duque, quien a través de Twitter contestó a las afirmaciones del autor de un libro titulado Tierra Plana, la mayor conspiración de la historia, donde difunde, a través de su canal, barbaridades como que “una élite mundial que gobierna en la sombra, ha sumido a la humanidad en la más profunda ignorancia acerca del mundo en el que vivimos. A través de la NASA –continúa explicando–, del sistema educativo y de los medios de comunicación, nos han hecho creer que la Tierra es una esfera giratoria que viaja a enormes velocidades por el espacio exterior”. Quien esto escribe es Óliver Ibáñez, un joven Youtuber con más de 90.000 seguidores que asegura que “los poderes ocultos que gobiernan en la sombra han sustituido nuestro mundo real por una Matrix creada a partir de teorías engañosas”.
¿Cómo es posible si el concepto de la esfericidad de la Tierra data al menos del siglo VI a.C.? En efecto, los filósofos griegos como Pitágoras y, con posterioridad, Parménides y Empédocles, coquetearon con esta idea que se mantuvo hasta nuestros días, pero en 1956 se creó la International Flat Earth Society con el objetivo, tal y como defienden en sus estatutos, de “redescubrir hechos olvidados y oponerse a asunciones teóricas dogmáticas” así como “ayudar a establecer los Estados Unidos del Mundo en esta tierra plana”. ¿Acaso no hay miles de imágenes espaciales que acreditan que nuestro planeta es una bola azul en el sistema solar?
Para los conspiracionistas como Ibáñez y los apenas 500 miembros de la Flat Society está claro: el hombre no ha llegado a la Luna, todo fue recreado en un plató de televisión y las imágenes desde el espacio son diseños informáticos. “No es que nosotros digamos que están hechas por ordenador –argumenta–, son los propios trabajadores de la NASA quienes lo denuncian”. Ibáñez se refiere en concreto a Robert Simmon, diseñador y formador en visualización de la agencia espacial norteamericana, cuyo trabajo consistía en retocar imágenes de fotos satelitales clonando nubes o creando simulaciones a partir de datos que le proporcionaban. Simmon reconoce que hubo un punto de inflexión cuando “al convertir el espectro radiométrico sólo aparecían tonterías. En las imágenes que me pasaba la NASA me estaban mostrando lo que querían que viera y yo aplicaba todo a un modelo esférico porque en las imágenes el horizonte siempre era plano”.
El último modelo de nuestro planeta divulgado por la Flat Earth Society sostiene que vivimos en un disco plano de 9.000 km de profundidad, cuyo centro es ocupado por el Polo Norte y en la periferia, un muro de hielo de 45 m de altura hace de límite exterior para evitar que el agua de los mares se vierta al espacio. Han de saber que los defensores de la Tierra Plana tampoco creen en la gravedad.