UN SUJETO AISLADO
Como dijimos, según estas teorías un tanto arriesgadas, una serie de estos individuos que no evolucionaron se fueron quedando en las zonas más remotas e inhóspitas, acorralados por sus descendientes, los cuales sí fueron ganando en destreza e inteligencia, haciéndose líderes y, en definitiva, apartando a los menos evolucionados hacia el olvido, acelerando su extinción, como es lógico en toda evolución de la vida. Pero esto puede significar también que un número no determinado de aquellos seres poco evolucionados, hubieran sobrevivido en sus remotos y abruptos parajes hasta fechas bastante próximas a nosotros, dando lugar a encuentros y relatos con seres humanos en la actualidad, como queda demostrado en la zona norte de la Península, así como en otras partes del mundo, como el famoso Yeti del Himalaya, el Bigfoot americano, el Alma euroasiático y otros similares.
Por eso, diversos autores explican cómo esta hipótesis podría ser posible, ya que animales que en el resto de Europa se extinguieron, en la península Ibérica habrían conseguido sobrevivir. Eso sí, en lugares apartados y remotos, como el Lince Ibérico –Lynx Pardinus– o el asno salvaje, el zebro –Equus Hydruntinus–.