LAS CIVILIZACIONES PERDIDAS DE LA AMAZONÍA
Si los fondos marinos no dejan de arrojar sorpresas respecto a la existencia de antiguas civilizaciones de las que nada sabemos (ver cuadro en páginas siguientes), lo mismo puede decirse de la selva amazónica. Por ejemplo, en el Departamento brasileño de Amazonas, al norte de Perú, se halló hace algunos años un templo con unos muros casi perfectos en los que destacaba una clara policromía. Nada se sabe sobre sus constructores. Tampoco de los responsables de los 269 amontonamientos de tierra de forma rectangular y triangular, esparcidos en un área de 15.000 kilómetros cuadrados en plena Amazonía occidental. Junto a los mismos, la arqueóloga de la Universidad de Pará (Brasil) Denise Schaan y su equipo encontraron restos de cerámica y lo más impresionante: cientos de esculturas que representaban rostros humanos y que los especialistas dataron entre 3.000 y 7.000 años atrás. Según Schaan, los amontonamientos serían plataformas ceremoniales de una desconocida civilización que se desarrolló en medio de la selva hace miles de años: “Estos movimientos de tierras sólo pudieron haber sido realizados por una gran población que trabajase de forma coordinada”, aseguró. Por su parte, Helena Lima, de la Universidad Federal del Amazonas (Brasil), declaró que las esculturas y los fragmentos de cerámica sugieren que en un pasado remoto existieron en plena Amazonía una serie de ciudades interconectadas. En marzo de 2013 tuvo lugar otro hallazgo que también puede cambiar lo que sabemos hasta el momento sobre los primeros pobladores de América. En un abrigo rocoso situado en el Parque Nacional de la Sierra Capivara, en el estado de Piauí (Brasil), un equipo dirigido por el arqueólogo Eric Böeda, de la Universidad París X, y la geóloga Christelle Lahaya, de la Universidad Burdeos 3, encontró una quincena de herramientas de piedra, cuya antigüedad dataron en 22.000 años. Por tanto, parece claro que hubo poblaciones en América mucho antes de la cultura Clovis –que se desarrolló hace unos 12.000 años en el sur de EEUU–, considerada por muchos especialistas la más antigua de América.