La Razón (Madrid) - Especiales
Martin Scorsese
Director de cine
SiempreSiempre dijo que en la comunidad italoamericana de su Queens natal había dos opciones para los niños de los 50: ser sacerdote o gángster. Él optó por el cine, pero sin dejar atrás ambas obsesiones. Ahora, al cabo del camino, a sus 77 años, nos topamos con la enésima maravilla del director de «Taxi driver»: «El irlandés» tiene algo de autohomenaje y canto de cisne, de reencuentro en el asilo de viejos amigos: Joe Pesci, Robert de Niro, y por primera vez junto a Marty, Al Pacino. Es el sueño hecho a la medida del «scorsesiano». Un filme que actúa como cierre y compendio de una trilogía junto a «Uno de los nuestros» y «Casino», incluso con derivaciones a modo de prólogo hacia «Malas calles». Scorsese, bajito, dicharachero, se metió este mismo año en un jardín: decir que Marvel «no es cine». Pecado capital para una industria que vive del rodillo superheróico. No en balde, este firme defensor de la sala, ha tenido que transigir con Netflix, capaz de poner 175 millones de dólares allí donde otros hacen oídos sordos a un genio sin igual. Es hora de defender el cine que nos ha educado. Los gángster con dilemas religiosos, los jesuitas con sangre en las manos, los boxeadores tristes en blanco y negro... El Universo Cinemático Scorsese, vivo a sus 77 años.
Es hora de defender el cine que nos ha educado. Los gángster con dilemas religiosos, los jesuitas con sangre en las manos