La Razón (Madrid) - Especiales
Ricky Rubio
Jugador de baloncesto
RickyRicky Rubio debutó en la Liga ACB en 2005. Lo hizo con 14 años, 11 meses y 24 días. Fue y sigue siendo el estreno más precoz en la historia de la competición. La afición del Joventut acostumbraba a cantarle aquello de «Ricky, Ricky, Ricky, abusón, abusón, abusóooon...». En China, en la Copa del Mundo que ganó España, al mejor Ricky le pudieron cantar lo mismo. El segundo oro mundialista del baloncesto español estuvo marcado por la ascendencia del base en el juego del equipo y por su elección como Jugador Más Valioso (MVP) del campeonato. Su padre, Esteve Rubio, lo confesó en LA RAZÓN antes de la épica semifinal ante Australia: «Tiene las mismas sensaciones que cuando era cadete. Se ve muy superior a los demás, se siente con mucha confianza y lo transmite en la pista». Por eso desde el primer día de concentración fue el único que se atrevió a hablar abiertamente de que el objetivo era ganar el oro. Tenía una corazonada porque se lo había prometido a su madre Tona, que falleció en 2016 víctima de un cáncer de pulmón. Con 29 años, después de 14 como profesional, Ricky tiene nuevos desafíos. Ya ha cumplido otra de sus promesas con la creación de la Ricky Rubio Foundation, una organización dedicada a la lucha contra el cáncer. ¿La siguiente? Ganar la NBA. En los Suns de Phoenix ha empezado la nueva etapa.
Desde el comienzo del Mundial tenía una corazonada porque se lo había prometido a su madre Tona, fallecida de cáncer en 2016