La Razón (Madrid) - Especiales
El baile continúa
Una legislatura fugaz, dos elecciones generales en siete meses y un multipartidismo creciente marcan el nuevo ritmo político
ElEl año político en España termina donde comenzó. Con la meta convertida, de nuevo, en la casilla de salida. En enero, Pedro Sánchez negociaba con los partidos independentistas el proyecto de Presupuestos que había acordado previamente con Podemos y, ahora, el líder socialista ha cerrado 2019 sentado a la mesa con ERC y JxCAT para que éstos avalen su investidura y, por extensión, la coalición alumbrada súbitamente con Pablo Iglesias en La Moncloa. Entre ambas negociaciones ha pasado casi de todo: unas elecciones anticipadas por el «no» del Congreso a las cuentas de Sánchez, comicios autonómicos, municipales y europeos, otra legislatura fallida y una nueva cita con las urnas en noviembre. El 10-N dibujó un Parlamento aún si cabe más complejo y las nubes del bloqueo político parecen lejos de disiparse. Sin mayorías claras ni a izquierda ni a derecha y en mitad de un escenario de interinidad que lo describe mejor que nada una cifra: el Ejecutivo ha superado el umbral de los 200 días desde que está en funciones. El huracán electoral se llevó por delante a uno de los protagonistas de la escena política de la última década: Albert Rivera se despidió de la vida pública tras el batacazo de Ciudadanos. También propició la vuelta a la arena nacional de Íñigo Errejón, alejado, sin embargo, del papel determinante con el que construyó a toda prisa el proyecto de Más País. El flanco del centro derecha no ha sido ajeno a los nuevos tiempos. Tras protagonizar el peor resultado electoral en la historia de su formación, el presidente del PP, Pablo Casado, logró apenas seis meses después recuperar parte del terreno perdido y consolidar su liderazgo interno. El hundimiento naranja llevó aparejado el espectacular crecimiento de Vox hasta alcanzar su actual condición de tercera fuerza. Y mientras, alejadas de este baile de nombres, de posibles pactos y de quinielas sobre el futuro político, las reformas y leyes que el país necesita siguen esperando en un cajón.