La Razón (Madrid) - Especiales
Franco sale del Valle
LaLa imagen hubiera parecido surrealista tiempo atrás, pero la mañana del 24 de octubre de 2019, entre quienes fuimos testigos de la llegada del helicóptero que transportaba los restos de Francisco Franco al cementerio de Mingorrubio (Madrid) planeaba la sensación, después de tanta espera, de que se vivía un momento histórico. El «caudillo» había dejado Cuelgamuros, no al tercer año –como en la novela de Vizcaíno Casas– , sino casi 44 después y transportado por sus deudos en el mismo féretro en el que se expuso su cadáver en 1975. Terminaba así una larga batalla judicial emprendida por la familia para hacer frente a la gran promesa estrella anunciada por Pedro Sánchez en junio de 2018, nada más poner pie en La Moncloa.
Una maraña de recursos comenzó a continuación por parte de los nietos del dictador, con el abogado Luis Felipe Utrera-Molina al frente del equipo jurídico y Francis Franco como portavoz eventual, por un lado, y la Fundación Nacional Francisco Franco, la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos y la comunidad benedictina de Cuelgamuros, por otro. Consiguieron retrasar la fecha del 10 de junio que había fijado el Gobierno porque el Tribunal Supremo estimó que había que esperar a una decisión final para evitar un daño irreparable. Pero rechazada la única alternativa ofrecida por la familia, la Catedral de la Almudena, el Alto Tribunal zanjaba cualquier esperanza y daba vía libre a Sánchez, que lo dispuso todo para que esa fría mañana de octubre Carmen Polo descansara, como siempre quiso, junto a su Paco, como así le llamaba. A la salida, el rostro de Francis Franco era todo un símbolo del desenlace para los MartínezBordiú. Todavía les queda un recurso ante Estrasburgo. El epílogo por escribir.