La Razón (Madrid) - Especiales
Fichar cada mañana iba en serio
ElEl registro horario de la jornada laboral ha cumplido siete meses desde su puesta en funcionamiento, pero las dudas sobre la aplicación de la norma no han cesado todavía entre muchas empresas, sobre todo pymes y micropymes. Sin embargo, Inspección de Trabajo dejó ya atrás la moratoria que había otorgado en los primeros compases y ya ha abierto miles de expedientes a empresarios que han incumplido esta normativa, aunque la mayoría de estos procedimientos en curso todavía no han derivado en una sanción firme. No obstante, si las empresas implicadas no rectifican en el periodo establecido, el expediente terminará con la temida sanción económica.
Desde que entró en vigor la aplicación oficial de la normativa, todas las empresas españolas –tengan uno o miles de trabajadores– tienen la obligación legal de contar con un sistema de registro de la jornada laboral, en el que debe constar la hora de entrada y salida del puesto de trabajo de cada empleado de forma diaria. El objetivo es tener un control real de las horas extra que realiza cada trabajador, para que éstas sean abonadas y cotizadas a la Seguridad Social. En España, según cifras de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre de 2019, se realizaron seis millones de horas extraordinarias a la semana, de las que prácticamente la mitad, 2,9 millones, no se pagaban ni, por tanto, se cotizaban.
Su implantación ha resultado más que difícil en muchos casos, sobre todo en algunos sectores muy sensibles a las jornadas laborales sin horarios preconcebidos, como en el caso de los agricultores, pescadores, comerciales o profesiones liberales. Y tampoco se ha visto un incremento significativo en el número de horas cotizadas, apenas un 2% en el tercer trimestre