La Razón (Madrid) - Especiales
Y la historia de Europa se detuvo
El incendio de la catedral gótica de París dio la vuelta al mundo. Ocho meses después aún está pediente de afiaznar el edificio
No,No, no era una «fake news» pero se convirtió en tendencia, en una de las noticias más buscadas. Palabra del oráculo Google. La imagen de la majestuosa catedral de Notre Dame ardiendo dio la vuelta la mundo en cuestión de segundos. Fue el 15 de abril y contuvimos, sí, el aliento cuando Nuestra Señora se tiñó de rojo. La flecha, enhiesta, caía al suelo a plomo y la cubierta sufría tremendos daños. La causa de las llamas no se han aclarado aún. Obras, un pitillo mal apagado, una alarma que sonó, sí, pero tardó en atenderse... Al día siguiente el presidente de Francia ponía plazo a la restauración del templo. Cinco años, dijo. Ya ha pasado casi uno y el perímetro alrededor del edificio sigue vallado. La enorme cantidad de plomo fundido tiene la culpa de que no se pueda pasar. Ni siquiera se abrirá en Navidad. Mientras, los millones que se esperaba que llegaran como el maná de las grandes fortunas se hacen esperar. Notre Dame se convirtió en un pastel demasiado goloso para no tratar de catarlo con un proyecto de restauración. Hubo algún estudio de arquitectura que llegó a idear una piscina al aire libre para la techumbre arrasada. Un delirio. Ocho meses después, la zona sigue estando contaminada y las obras no avanzan. La simbólica aguja ya no existe pero se levantará una nueva y solamente afianzar la estructura para que el edificio no se desplome costará 85 millones de euros. Cuando eso se consiga la zona estará fuera de peligro. La iglesia no se puede ver de cerca ni tocar. ¿Hasta cuándo? El general Georgelin, responsable de coordinar los trabajos de restauración, se ha aventurado a dar una fecha: «El 17 de abril de 2024 os emplazo a un ‘‘Te Deum’’ en la catedral», ha dicho a los fieles. Lo anotamos en la agenda. Para eso faltan cinco años y unos cuantos millones más.