La Razón (Madrid) - Especiales
«La cirugía de la diabetes será la más realizada»
La laparoscopia es una técnica mínimamente invasiva muy utilizada en las intervenciones de pacientes con problemas digestivos. Reduce el dolor, evita infecciones y tiene un mejor resultado estético al no dejar marca
EElEEl Centro Laparoscópico Dr. Ballesta recibió el Premio a la Excelencia en la Cirugía por su excelente preparación y conocimiento de esta técnica. La laparoscopia permite evitar la cirugía abierta convencional con el uso de una pequeña cámara que se introduce en el abdomen. Esta técnica mejora los procedimientos quirúrgicos en tres niveles. «Provoca muchísimo menos dolor que cuando hay que abrir a un enfermo, evita infecciones y tiene un mejor resultado estético», explica el doctor Carlos Ballesta, director del Centro Laparoscópico.
Este centro aúna una técnica muy sofisticada con tecnología muy avanzada que debe ser manejada por personal especialmente cualificado. «No hay nada que no se pueda hacer si tienes el personal adecuado y está suficientemente entrenado», indica Ballesta. El Centro Laparoscópico ha desarrollado unos instrumentos y organizado la unidad con el objetivo de hacer todos los procesos por laparoscopia. Durante este año, el doctor Ballesta accedió a operar a uno de sus pacientes más mediáticos. Teo Rodríguez, un joven valenciano con obesidad mórbida que llegó a pesar cerca de 400 kilos, casi se había dado por vencido. Este médico era el único que ya había realizado intervenciones a pacientes con un peso superior a los 300 kilos. «Cualquiera no puede operar a una persona con ese peso. Necesitas que el instrumental sea específico para esa intervención», indica. Éste es un caso aislado, pero muestra la falta de centros específicos de cirugía laparoscópica. En este sentido, en España hay grandes centros especializados en laparoscopia, pero pocos si se compara con el resto de Europa.
Pero el Centro Laparoscópico no solo está especializado en pacientes con obesidad. La filosofía que caracteriza a sus profesionales es hacer lo mejor para las personas. «La vida no son medallas, nosotros tenemos una parte vocacional. El médico de verdad se ve frustrado cuando no consigue dar lo que el paciente espera de él». El suyo es un complejo médico de alta tecnología evaluado por la Federación Internacional de Cirugía de la Obesidad (IFSO, por sus siglas en inglés), concediéndole la distinción de Centro de Excelencia en Cirugía de la Obesidad. El elevado prestigio les ha llevado a que sus intervenciones sean recomendadas para otros centros por la IFSO.
Es el caso de la cirugía de la diabetes tipo 2, un proceso quirúrgico que no se realizaba hasta que el Centro Laparoscópico comenzó a hacerlo en 2011. En España hay seis millones de diabéticos. Muchos, la mayoría, no saben que es una enfermedad que se puede operar. Forma parte de otra enfermedad más compleja que se llama síndrome metabólico. Esto quiere decir que, además, el paciente sufre hipertensión, hígado graso, colesterol o problemas cardiacos. Con la operación se pone fin al resto de complicaciones con una efectividad del 98%. La cirugía busca modificar las hormonas que interactúan con la insulina para que el páncreas sea capaz de segregar la suficiente que esa persona necesita. Ballesta no duda de que será la intervención «de vanguardia y que más se hará en España en el siglo XXI».
Hoy en día todas las cirugías digestivas se pueden hacer por Laparoscopia, lo que pasa es que «no todos los cirujanos están preparados o equipados para hacerla. Las enfermedades más frecuentes tratadas con esta técnica son la hernia estomacal, la diabetes, la obesidad y el cáncer de colon. «Hemos hecho estudios anuales para demostrar que la mejor indicación y la mejor forma de curar a estas personas es por laparoscopia», afirma.
El 39% de los adultos en el mundo tiene sobrepeso, según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es un problema grave de salud que no se soluciona obligando a pagar dos asientos de avión a una persona con obesidad. Parte de la sociedad considera que el paciente es obeso por su culpa, cuando en realidad hay una hormona que regula la saciedad y el hambre. «El obeso no es que no tenga voluntad, es que tiene unos niveles de esta hormona tan altos que lo descontrolan. Por eso cuando hacemos dieta estamos de mal humor».