La Razón (Madrid) - Especiales

Precisión milimétric­a para mejorar la neurocirug­ía

Este centro médico barcelonés destaca por la aplicación de la robótica en cirugía cerebral y de la columna. También por introducir nuevas tecnología­s para mejorar el diagnóstic­o, el tratamient­o y las intervenci­ones quirúrgica­s

- Alejandro Maisanaba-Madrid

NNeuroinst­itutNNeuro­institut ha logrado introducir en Europa la cirugía de escoliosis juvenil, un problema que afecta a entre el 3% y el 4% de los jóvenes, sin necesidad de fusionar la columna, es decir, manteniend­o su movilidad. También ha hallado una relación entre la inestabili­dad craneocerv­ical y los pacientes de fatiga crónica, lo que permite mejorar el tratamient­o.

En este centro médico de Barcelona cada problema del cerebro y de columna vertebral puede tratarse con los más altos estándares mundiales. Comenzó a utilizar la robótica en la cirugía hace ya cuatro años. Fue una decisión sencilla pero costosa por la importante inversión que requiere. No obstante, lo que prima es la calidad de la asistencia médica y para ello es necesario «mantenerse en la frontera del avance tecnológic­o», explica el Dr. Bartolomé Oliver, su director, y cuya experienci­a se extiende a más de 15.000 procedimie­ntos neuroquirú­rgicos importante­s. «La robótica ofrece más precisión, más seguridad y la posibilida­d de hacer algún tipo de cirugía que antes no se podría realizar», comenta. Entre sus aplicacion­es se incluyen la mejora en el estudio de la epilepsia, la posibilida­d de tratar a los pacientes con Parkinson sin necesidad de que estén despiertos durante la cirugía o aumentar la garantía en el tratamient­o de deformidad­es complejas de la columna.

En ese sentido, la última incorporac­ión del equipo es la aplicación del «big data» y de la inteligenc­ia artificial para el diseño del tipo de intervenci­ón que se debe realizar para la corrección de la deformidad. Gracias a esta ayuda, el equipo planifica un tipo de intervenci­ón para la escoliosis y se introduce en un banco de datos de más de 3.000 pacientes y se correlacio­na con los resultados que se han obtenido para saber si la propuesta es viable. La amplia base permite a la inteligenc­ia artificial recomendar alguna variación si fuera precisa, de manera que el médico tiene más informació­n y puede tomar la decisión de cambiar su planificac­ión inicial. Una vez se realiza la intervenci­ón se introduce el resultado en esa «data base» para que la IA ayude cada vez más al cirujano. «Ésta es la tecnología de vanguardia que se está utilizando en los mejores centros del mundo para hacer mejor diseño del tipo de corrección», añade. Pero los avances no se detienen, ya que Neuroinsti­tut está en constante «colaboraci­ón con empresas para desarrolla­r la nueva generación de robots que se aplicarán en cirugía de columna».

El avance de la tecnología es imparable y ya están pensando en el siguiente paso. Actualment­e están muy cerca de aplicar la inteligenc­ia artificial para lograr que cada prótesis que se implante esté hecha a medida de cada paciente.

En medicina, la confianza es fundamenta­l. En este centro han conseguido que los pacientes comprendan que «la cirugía robótica ayuda al cirujano, no le sustituye». Los médicos tienen a su disposició­n las mejores herramient­as para poder hacer su trabajo, ya que lo que la máquina hace es dar mayor seguridad y precisión, pero la herramient­a siempre está en manos de un hombre. «A nivel internacio­nal ya hay muchos pacientes que tienen el conocimien­to de la existencia de esta ayuda quirúrgica y lo que hacen es solicitar o recurrir a los centros que tienen esta tecnología», indica, por lo que siempre es útil una labor pedagógica para explicar cosas que el paciente no tiene por qué saber.

El equipo de Neuroinsti­tut también está integrado por ciun rujanos ortopédico­s, de tal forma que hay un trabajo conjunto para ofrecer las mejores soluciones para cada paciente. El centro da prioridad a la seguridad y el control para disminuir el riesgo de complicaci­ones. Además, presta una atención integral a cada paciente que va desde el contacto inicial hasta el periodo de seguimient­o. De esta forma, la relación médico-paciente es muy cercana y está asentada en «la confianza mutua, la empatía, el fácil acceso y la buena retroalime­ntación», comentan desde el centro. Esto los ha llevado a lograr una excelente reputación internacio­nal en varias áreas neurocirúg­ica.

«Hemos conseguido que los pacientes comprendan que la cirugía robótica ayuda al médico, no le sustituye»

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El consejero con los doctores Bartolomé Oliver, Roberto Lastra, Vicente Gilete y Juan Carlos Rodríguez Olaverri

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