La Razón (Madrid) - Especiales
El retorno de talento para trabajar por patologías y no por especialidades
Tras 17 años en Bélgica, donde creó y dirigió la Unidad de Cirugía Endocrina, Metabólica y de la Obesidad en la Clínica Saint Jean de Bruselas, la doctora Constanza Ballesta decidió regresar a casa «un poco por creencias»
PParaPPara ella volver ha supuesto todo un esfuerzo psicológico y económico. Con una familia formada e instalada en Bruselas, la doctora decidió regresar a Barcelona con su marido y sus hijos. «Este último año ha sido más difícil de lo que pensaba. Tenía miedo por el sacrificio que le estaba pidiendo a mi familia y por volver a demostrar mi talento», reconoce. Es por eso que el Premio Extraordinario al Regreso de los Cerebros Médicos y Científicos significa mucho para ella, ya que reafirma su dura decisión y le anima a seguir trabajando. «Es muy importante ver que la gente reconozce el esfuerzo que hice al irme y el que hago al regresar», señala. Francia, Brasil, Italia, Bélgica… miles de kilómetros a sus espaldas para ahora afrontar esta nueva etapa en «casa» con un horizonte lleno de desafíos y proyectos.
Constanza Ballesta es una reconocida experta en Cirugía Endocrina gracias a su excelente trabajo con víctimas de accidente nuclear de Chernóbil que desarrollaron un cáncer de tiroides. Su filosofía de trabajo le ha llevado a aprender en las clínicas más prestigiosas del mundo y a dominar seis idiomas. Ballesta se siente «orgullosa» de haber trabajado en los mejores hospitales. «Cuando ves los centros de referencia, aprendes mucho y sabes a lo que quieres aspirar». Salir de España le ha permitido cuestionarse continuamente su método de trabajo. «Lo peor es pensar que eres el mejor y no reflexionar sobre si lo que estás haciendo se puede hacer mejor», indica. A nivel personal, confiesa que fue todo un reto comenzar de cero una y otra vez. En su mochila trae todos los conocimientos que ha ido adquiriendo en el extranjero, pero también una gran cantidad de experiencias que «me han permitido ser lo que soy ahora». Durante los últimos años, se ha preocupado por «dejar a España bien alta». Ahora recuerda que la primera vez que fue a Bélgica le dijeron que «siendo mujer y cirujana me iban a contratar porque les hacía falta mano de obra barata, pero que no me podría quedar». Al final,acabó siendo la responsable de una Unidad de Cirugía impulsada por ella misma.
Hace poco más de un año que fue nombrada codirectora del Centro Laparoscópico de Barcelona y ya se ha ganado su lugar. Acrtualmente se halla inmersa en la creación de la Unidad de Cirugía Endocrina, Metabólica y de la Obesidad, algo que choca con la forma de trabajar del sector sanitario en España. El proyecto será realidad en enero y consiste en dejar de trabajar por especialidades y centrarse en tratar patologías. «Lo ideal es que el paciente vaya a un médico y que le solucione todo», explica. Aunque se trata de un concepto pionero aquí, afronta el reto con la seguridad que le da su experiencia. «Los pacientes te lo agradecen muchísimo porque se sienten más seguros», recalca.
Estos departamentos multidisciplinares permiten también agilizar las consultas, pero se requiere tener una mentalidad de equipo. «Lo importante ya no es el médico. Hay que ser menos estrella y priorizar al paciente sobre ti mismo. Todo lo que sea beneficioso para ellos, es bueno para ti». Ballesta cree que éste será el sistema del futuro. Todavía hay mucho camino por recorrer, pero la doctora percibe una «voluntad de cambiar la forma de trabajar». ¿Cuál es el problema? «Que, por un lado, la creación de estas unidades requiere una inversión de tiempo y dinero que la sanidad pública no se puede permitir. Y en el ámbito privado hay poca mentalidad de grupo, y eso es algo que debe cambiar».
No obstante, cree que los médicos españoles no tienen nada que envidiar a sus compañeros europeos. “Se nos ve en congresos, publicaciones y somos líderes en trasplantes. Podemos estar muy orgullosos de los médicos que tenemos con una motivación alucinante. Es admirable lo que se ha logrado hacer con pocos recursos».
«Me dijeron en un hospital que siendo mujer y cirujana me iban a contratar porque necesitaban mano de obra barata»