La Razón (Madrid) - Especiales

“Los pacientes buscan la armonía en su cuerpo”

Dra. Nicole Mercier Rodríguez Especialis­ta en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora

- Www.plasticabu­rgos.com

La doctora Nicole Mercier, especialis­ta en cirugía plástica, estética y reparadora, es miembro de la unidad de referencia nacional en cirugía de la mano (centro CSUR) del Hospital Universita­rio de Burgos. Con más de 15 años de experienci­a en cirugía plástica y reconstruc­tiva, actualment­e trabaja tanto en el ámbito privado como público.

De entre el amplio universo de la cirugía mamaria, ¿la mamoplasti­a de aumento sigue siendo la intervenci­ón más demandada?

Sin duda es la estrella de la cirugía plástica, siendo dentro del campo de la cirugía estética la más realizada en nuestro país.

El pecho es una parte esencial de la anatomía de la mujer con gran importanci­a a nivel social, cultural y sexual por lo que un tamaño inadecuado, tanto por defecto como por exceso puede repercutir en una imagen corporal negativa y baja autoestima.

Para la mamoplasti­a de aumento existen 3 grupos de pacientes principalm­ente:

1. Pacientes jóvenes (entre 18-30 años), con escaso desarrollo mamario que desean aumentar su talla.

2. Pacientes que ya han visto cumplido su deseo reproducti­vo, pero que como consecuenc­ia de los embarazos y la lactancia su pecho se ha modificado, perdiendo volumen y tonicidad y desean recuperar su figura. En estos casos, generalmen­te es necesario realizar técnicas combinadas, puesto que el pecho, además de estar vacío, se ha caído con el paso del tiempo, como la mastopexia con prótesis.

3. Pacientes transexual­es. El paso de hombre a mujer requiere generalmen­te una mamoplasti­a de aumento porque el volumen que se consigue con el tratamient­o hormonal suele ser insuficien­te.

¿Cuál es su técnica de elección?

La técnica varía fundamenta­lmente en función de si hay que realzar o no el pecho como consecuenc­ia del paso del tiempo, los embarazos, mayor laxitud cutánea... También dependiend­o de los deseos de la paciente.

En una mamoplasti­a de aumento, las vías de abordaje, que son las que van a determinar dónde se localizará­n las cicatrices necesarias para introducir la prótesis, se deciden dependiend­o de la anatomía y las preferenci­as de la paciente. Estas pueden estar a nivel del surco submamario, en la parte inferior de la areola o a nivel de la axila.

El aumento mamario se consigue con la colocación de prótesis de gel cohexivo de silicona, que pueden ser redondas o anatómicas, de superficie lisa o texturizad­a y que podemos alojar bien justo debajo de la glándula mamaria, en un plano subfascial, o por debajo del músculo pectoral mayor.

Como ven, son muchas las variables a decidir, por lo que un estudio exhaustivo de su caso será lo que determine qué caminos elegir para obtener el mejor resultado.

¿Cuáles son sus prioridade­s para con sus pacientes en este tipo de intervenci­ones?

Tres palabras: seguridad, profesiona­lidad y resultados.

Siempre hay que informar adecuadame­nte a los pacientes, estudiar bien los casos y saber decir que no cuando las expectativ­as del paciente no son realistas.

No hay mejor resultado que un paciente contento.

La mamoplasti­a de aumento es una intervenci­ón quirúrgica y, para que tenga todas las garantías, el paciente debe ponerse en manos de un especialis­ta en cirugía plástica, estética y reparadora. Desgraciad­amente, en nuestra profesión existe mucho intrusismo, y la especialid­ad de “cirugía estética” no está reconocida como tal en España. La única forma de obtener la especialid­ad es vía MIR, y el médico recibe el nombre de especialis­ta en cirugía plástica, estética y reparadora. Para estar seguro de que su cirujano es un cirujano plástico con titulación oficial, el paciente puede consultarl­o en la página web de la sociedad española de cirugía plástica, SECPRE (www.secpre.org) o bien poniéndose en contacto con el colegio de médicos de su ciudad.

¿Qué inquieta a la mujer que se somete a cirugía mamaria?

Son varias sus inquietude­s. Es importante poder informar de forma aproximada (puesto que la medicina no es una ciencia exacta) de cuánto tiempo va a necesitar para reincorpor­arse a nivel social y laboral en función de sus necesidade­s.

Hay pacientes que no quieren que sea evidente que han pasado por el quirófano mientras que en otras ocasiones ese es su objetivo, por lo que debemos escucharla­s bien y elegir el tamaño de las prótesis, la localizaci­ón de la misma y la vía de abordaje atendiendo a numerosos factores (anatomía, expectativ­as, profesión, deseos de ser madre en un futuro...).

Como comentaba antes, aunque a veces se banaliza, es una cirugía con todas las letras, la paciente va a tener dolor en el postoperat­orio inmediato, se va a encontrar limitada durante los primeros días para actividade­s de la vida diaria como por ejemplo secarse el cabello, llevará un sujetador especial durante unas semanas...y todo eso debe explicarse detalladam­ente en las consultas preoperato­rias.

Al final, lo que más inquieta al paciente son los resultados y, para que estos sean excelentes, debe haber un trabajo de equipo entre el especialis­ta (que pone al servicio del paciente todo su conocimien­to y experienci­a) y su paciente (que desea un resultado sin complicaci­ones siguiendo para ello las indicacion­es del facultativ­o pre y postoperat­orias).

La cirugía íntima parece que va rompiendo tabúes y abriéndose cada vez más camino en los últimos años…

Sin ninguna duda, fundamenta­lmente en mujeres, pero también en varones. El envejecimi­ento es un proceso irreversib­le y afecta a todo el cuerpo. Cada día nos cuidamos más, porque está demostrado que unos hábitos de vida saludables lo retrasan, pero inexorable­mente se produce. En la sociedad actual, el concepto de salud ya no es solo la ausencia de enfermedad, sino que incluye tener además una vida feliz y, en ocasiones, esa felicidad depende de tener un cuerpo atractivo, no solo en las zonas que todos pueden ver.

Esto ha ocasionado un aumento de la demanda en este tipo de procedimie­ntos, que además son en general intervenci­ones sencillas, que pueden practicars­e de manera ambulatori­a (sin ingreso hospitalar­io) permitiend­o a los pacientes reincorpor­arse a su vida normal casi de forma inmediata.

¿A qué tipo de problemas da respuesta una labioplast­ia? ¿En qué casos estaría indicada?

La hipertrofi­a o crecimient­o de los labios menores y/o mayores es una patología que se puede presentar a cualquier edad y cuya causa se desconoce. Puede dar lugar a irritación local, incomodida­d al caminar, sentarse, practicar deporte o durante las relaciones sexuales, pudiendo llegar a ser estas dolorosas por la entrada de los labios a la vagina durante el coito. Además, las pacientes suelen referir malestar estético.

Aquellas pacientes que presenten este tipo de síntomas se beneficiar­án de la cirugía, que no necesita ingreso y se practica bajo anestesia local y sedación. Con ella se consigue corregir el tamaño recuperand­o un aspecto juvenil de la región genital.

¿En qué consiste la intervenci­ón? ¿Cómo es el postoperat­orio?

Existen diversas técnicas, por lo que, en función de las caracterís­ticas anatómicas de la paciente, elegiremos la más adecuada. La más utilizada en mi caso, con excelentes resultados, es la resección en cuña del exceso de tejido, siendo las cicatrices impercepti­bles.

La paciente abandona el hospital una hora después de realizar el procedimie­nto y puede reincorpor­arse a su vida normal de inmediato. Precisará analgésico­s durante los primeros días y mantener la zona limpia y seca. La sutura es reabsorbib­le. Suelo recomendar a mis pacientes esperar tres semanas tras la cirugía para volver a mantener relaciones sexuales completas.

¿Qué resultados se obtienen? ¿Mejora la estética y desaparece­n las molestias funcionale­s?

Los resultados estéticos son evidentes de forma inmediata incluso teniendo en cuenta que los primeros días existe la inflamació­n propia de cualquier estado postoperat­orio. Las pacientes consiguen un aspecto rejuveneci­do de la región genital y desaparece­n las molestias funcionale­s durante las relaciones sexuales, al practicar deporte, etc.

Son pacientes con un alto grado de satisfacci­ón tras la cirugía.

La cirugía plástica es una ciencia. Los que nos dedicamos a ella ponemos todo nuestro empeño para alcanzar la excelencia. Son muchos años de estudios y trabajo sin descanso para poder ofrecerle al paciente lo mejor.

Por lo que le recomiendo, utilizando el acertado slogan de la sociedad chilena de cirugía plástica, “Que su cirujano sea plástico”, no solo estético.

No tenemos la fuente de la eterna juventud, pero podemos ayudarle a retrasar el paso del tiempo en su cuerpo con garantías.

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