La Razón (Madrid) - Especiales
Alarmas y candados digitales para combatir los ciberataques
SGS cuenta con más de 140 años de experiencia. Con su división de Servicios de Confianza Digital lucha contra el cibercrimen, el mayor enemigo de empresas y gobiernos
EnEn la era de la digitalización, la tecnología no puede ser identificado como un enemigo. Como suele ocurrir con todos los avances de la historia, los efectos dañinos por los que acaban siendo demonizados estos progresos proceden del mal uso que algunas personas hacen de ellos. Los ataques a empresas y particulares través de la red se han multiplicado y surge la imperiosa necesidad de protegerse contra unos enemigos invisibles. Las alarmas y candados físicos cuentan con una versión digital para dar solución a uno de los grandes retos del sector público y privado: la ciberseguridad. Ante este desafío, SGS, una compañía con más de 140 años de experiencia, y, más en concreto, su división de Servicios de Confianza Digital (Digital Trust Services), ha sido reconocida por su liderazgo en aportar soluciones.
El extenso currículum de SGS comenzó a labrarse en 1878 gracias a sus labores de inspección, vigilancia y certificación. Con el devenir de los años, la empresa radicada en Suiza comenzó su andadura en España (1929) y diversificó sus funciones hasta introducirse también en el universo de la seguridad digital. «La ciberseguridad es una necesidad transversal hoy en día y uno de los mayores retos del mundo moderno», señala Sergio Lombán Lage, vicepresidente de SGS Digital Trust Services. «El cibercrimen es actualmente el mayor riesgo de cualquier empresa a nivel mundial. Para los gobiernos esto no es diferente. El dominio del ciberespacio es donde hoy se libra una guerra, que ya es una realidad reconocida, por la primacía de la información y la influencia. Finalmente, para los ciudadanos, nuestras libertades personales se ven también amenazadas por el uso malicioso de la tecnología, por lo que podemos decir que pocos retos actuales amenazan de tal manera a la sociedad en su conjunto», alerta Lombán.
La división de SGS cuenta con cuatro pilares que sostienen sus galardonadas soluciones de ciberseguridad. El primero de ellos son los productos y sistemas seguros, enfocados a certificar y ensayar servicios tecnológicos seguros. El segundo, las redes, comunicaciones y nubes seguras, cuyo objetivo es aportar monitorización en redes públicas y corporativas. El tercer tercer lugar lo integran los sistemas de gestión y certificaciones personales en seguridad informática, una sección que también se dedica a formar a profesionales en ciberseguridad. En última posición, pero no menos importante, se encuentra la integridad de datos, un concepto que hace referencia al establecimiento de métodos para verificar y generar trazabilidad sobre los datos online.
El sector público español ha demostrado estar preparado contra la ciberdelincuencia: «Hay una estrategia clara por parte de nuestro Centro Criptológico Nacional. En este sentido el Esquema Nacional de Seguridad es el camino a seguir», apunta Sergio Lombán. Sin embargo, «en el ámbito privado, las empresas están reaccionando de manera desigual», apostilla. «Cada vez vemos más claro cómo hay un pelotón de cabeza que se toma en serio este ámbito, pero vemos también muchas empresas completamente en pañales. Debemos esforzarnos en que el aumento de la ciberseguridad sea parejo en nuestro sector privado, puesto que se puede afirmar que, dada la mayor interconexión que existe hoy en las relaciones empresariales, sin seguridad de ‘rebaño’ no hay verdadera seguridad», añade.
El auge del teletrabajo y la importancia que la digitalización ha ganado durante el estado de alarma también han supuesto una llamada de atención para las compañías españolas, explica el vicepresidente de SGS Digital Trust Services: «Muchas empresas se han dado de bruces durante la pandemia con la realidad de que no estaban preparadas para mandar a trabajar a sus casas de manera masiva a su plantilla. También quedó patente que las soluciones de seguridad estaban obsoletas, ya que se centran en proteger el puesto de trabajo físico dentro del edificio de la empresa». Ahora que las soluciones de movilidad «han hecho que el trabajador pueda independizarse de la infraestructura física de la empresa», la ciberseguridad no puede ir a la zaga», alerta Lombán.
El teletrabajo ha puesto de manifiesto la necesidad de actualizar soluciones de seguridad solo pensadas para el puesto físico