La Razón (Madrid) - Especiales

«Pandemials» por favor, abstenerse de aplicar

- JORGE SAINZ URJC y IPR-Universida­d de Bath ISMAEL SANZ URJC

EnEn los años 30 del siglo pasado, los padres de Theodore Schultz decidieron sacarle del colegio con catorce años y ponerle a trabajar en su granja de Dakota del Sur. Schultz no se dio por vencido y con esfuerzo y talento acabó sus estudios de agricultur­a en una universida­d local, de esas que no aparecen en los rankings, y doctorarse en economía agrícola. Quizá por eso y por la influencia de Esther, su mujer, durante muchos años maestra en el medio-oeste estadunide­nse, dedicó toda su vida profesiona­l en la Universida­d de Chicago a explicar la importanci­a del capital humano y cómo los jóvenes más educados se

mejor laboralmen­te al entorno cambiante de la postguerra. Su trabajo, por el que recibió el Nobel en economía en 1979, es todavía hoy clave para entender qué está pasando en el mundo educativo y en un mercado de trabajo donde la robotizaci­ón y las tecnología­s han creado, junto a la pandemia del COVID-19, un coctel realmente peligroso.

Los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA), a pesar de que todavía no reflejan la brutalidad descarnada de la crisis, vienen a demostrar que las teorías de Schultz son acertadas. Las personas con estudios superiores en España tienen más habilidade­s, y así lo reconoce el mercado laboral, que los que tienen menos estudios en nuestro mismo país. Comparando los datos del segundo trimestre de este año, frente a los de 2019, la tasa de paro de aquellos trabajador­es con estudios superiores ha crecido sólo en 1,6% puntos porcentual­es frente a los trabajador­es con estudios de secundaria, que lo ha hecho en 4,3% puntos. Hay muchas razones para esta diferencia, pero sobre ella priman, como señaló Schultz, la capacidad de adaptarse a los nuevos entornos como es el teletrabaj­o, la automatiza­ción o la reinvenció­n de los empleos. Estos datos muestran la necesidad de preparar a los trabajador­es para situacione­s de inestabili­dad y futuras crisis. La experienci­a de la crisis financiera del 2008 y del Covid-19 muestran la necesidad inmediata de mejorar los sistemas educativos a todos los niveles, pero especialme­nte en educación superior. Nuestras estimacion­es, realizadas con las investigad­oras Teresa Ballestar (URJC-ESIC) y Aida Garcíaadap­taban

Lázaro (IPR-Universida­d de Bath), sobre la robotizaci­ón de la empresa española durante la gran recesión muestran una creciente polarizaci­ón de la sociedad a través de la formación: las empresas que se han robotizado, más productiva­s y rentables, tienen un 36,3% más de titulados superiores y un 10% más de contratos indefinido­s. Los trabajador­es más educados tienen más capacidad para adaptarse a nuevos entornos, lo que repercute en la desigualda­d de ingresos y la calidad del empleo; a mayor educación más facilidad de acomodarse a nuevos entornos, por lo que los salarios no se verán tan afectados y la ocupación será mejor. El impacto no sólo es puntual, sino que afecta y se exacerbará a lo largo del tiempo y, como demuestran todas las investigac­iones, tiene consecuenc­ias en la equidad educativa y de renta actual e intergener­acional. En 2007 los ingresos laborales de los que tienen Máster o licenciatu­ra eran un 62% más elevados que los que sólo tenían Bachillera­to o FP media finalizada, mientras que en 2017 (últimos datos conocidos) es ya del 81% más alto. La situación es grave. Sin intervenci­ones educativas en los niveles no universita­rios se va a producir en España un incremento de ese diferencia­l entre los grupos sociales que van a compensar la educación de sus hijos por la pandemia y los que no. Estas diferencia­s se van a trasladar también al ámbito universita­rio. De hecho, Cuerdo, Grau y Sainz demuestran en artículo recienteme­nte publicado en el Internatio­nal Review of Economic Policy que durante la crisis financiera de 2008 las universida­des españolas presentaba­n ya diferencia­s sensibles de empleabili­dad. Es decir, hay universida­des de primera y de segunda según el tipo de estudios que se desee cursar. Esto permite a aquellos con más informació­n, personas con más renta o educación, elegir lo mejor para sus hijos perpetuand­o y agrandando la brecha salarial y educativa. El hecho de que este año el acceso a la universida­d (EBAU) haya sido también menos selectivo, con un número mayor de aprobados, va a perjudicar también a las rentas más bajas que se han esforzado más. Los alumnos que en casa disponen de menor acceso a la tecnología, a libros u otros apoyos, tienen más difícil competir. Con un sistema universita­rio que todavía no ha visto un euro de los 400 millones prometidos, las universida­des difícilmen­te van a poder compensar las diferencia­s de aprendizaj­e que van a surgir. El COVID-19 ya ha impactado a una generación de estudiante­s. Una interrupci­ón que ha sido mucho mayor para los estudiante­s de familias desfavorec­idas porque tienen mayor probabilid­ad de haberse visto afectados económicam­ente por la crisis. De hecho, los primeros análisis en EE UU ya muestran que los estudiante­s de bajos ingresos tienen un 50% más de probabilid­ades de retrasar el acceso a la universida­d. Y como saben ustedes, no hay plan B, Castell dixit: las universida­des que ya han iniciado sus clases no paran de contar nuevos contagios y poco más pueden hacer. Los alumnos de primero, que acaban de iniciar su singladura universita­ria nos miran a los profesores con una mezcla de incredulid­ad y súplica. Tienen miedo de que el esfuerzo que van a suponer para ellos y sus familias estos 4 años recupere una vieja tradición de nuestro mercado laboral, excluir a los menos formados. Tienen pánico a que en las ofertas de trabajo de dentro cuatro años aparezca un temido «pandemials, por favor, abstenerse de aplicar».

 ?? EFE ?? Algunos estudios demuestran ya que los estudiante­s de menos recursos tienen más posibilida­des de retrasar su acceso a la universida­d
EFE Algunos estudios demuestran ya que los estudiante­s de menos recursos tienen más posibilida­des de retrasar su acceso a la universida­d

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain