La Razón (Madrid) - Especiales
El despertar de la primavera en
La menor de las Pitiusas es un Edén durante la estación de las flores
Formentera...Formentera... ¿en primavera? ¡Sí, por supuesto! La menor de las Pitiusas es mucho más que un destino estival de sol y playa. Y la estación de las flores transforma la isla en un auténtico Edén. Un paraíso floral sobre las tranquilas aguas del Mediterráneo que invita a descubrirla con un atrezzo distinto al habitual: con sus campos, dunas y costa salpicados de colores y aromas; los de amapolas, margaritas, gladiolos... ¡e incluso orquídeas! Un patrimonio vegetal digno de admirar con un senderismo relajado... complementado con tentadoras citas deportivas y experienciales. ¡Bienvenidos!
La naturaleza de Formentera se presenta de manera tan austera como privilegiada. Con la precipitación media más escasa de Baleares, la vegetación de la menor de las Pitiusas es capaz de mostrarse ante el visitante con todo su esplendor en primavera, cuando las «joyas naturales» empiezan a brotar como por arte de magia.
Adentrarse en sus bosques, dominados por sabinas y pinos, es también descubrir otros estratos herbáceos dignos de admirar. En lugares donde las condiciones del suelo permiten mayor densidad y desarrollo aparecen las máquias (arbustos de altura entre 50 cm y cuatro metros) e incluso especies como el madroño. En los de menor densidad hay mayor diversidad de especies, como el romero, el brezo, las jaras o los aromáticos tomillos. La Mola y Cap de Barbaria son las zonas donde los hábitats forestales se encuentran mejor representados. Estos ecosistemas forestales son esenciales para retener el agua de las lluvias y servir de refugio a la fauna silvestre.
Formentera también sorprenderá al visitante por su flora, en la que reinan las orquídeas. Existen hasta 17 especies autóctonas distintas que crecen bajo condiciones muy particulares y son conocidas por sus estrategias de polinización, basadas en el «engaño» a determinados insectos. Parte importante del suelo de Formentera está dedicado a la agricultura, con la higuera (símbolo de la isla) y la vid como cultivos más extendidos. Y una interminable lista de plantas de preciosa floración primaveral llenan de aromas y colores los paisajes agrícolas y caminos interiores: amapolas, caléndulas, margaritas, gladiolos... Muchas plantas silvestres que aquí crecen han sido utilizadas por sus propiedades medicinales o culinarias; como el tomillo cabezudo (para elaborar licor de hierbas), las collejas (verdura que es ingrediente principal de un plato autóctono, el cuinat, típico de Semana Santa) o el hipérico (con el que se elaboraba un aceite de importantes propiedades curativas).
Las playas de Formentera acogen algunos de los sistemas dunares mejor conservados de las Baleares, como en Ses Illetes, Cavall d’en Borràs, Levante, Migjorn o s’Alga (isla de s’Espalmador). Y las plantas que crecen sobre ellas, con sus raíces profundas, retienen el sustrato arenoso y las fijan. Estas dunas albergan diversas comunidades de plantas, como la rubia marina, el rábano de mar, la campanilla de las dunas o la azucena de mar.
Especies únicas en las salinas
También las salinas son un hábitat de gran singularidad donde crecen especies únicas. En Formentera se ubican en las inmediaciones del estany Pudent, en el estany des Peix, y en la pequeña laguna de s’Espalmador. Aquí aparecen diversas especies endémicas, como Limonium formenterae, Limonium wiedmanni o Limonium gosii. Y en el Camí des Brolls, además de su ruta ornitológica, hay algunas zonas de vegetación ligada al agua dulce, como eneas o carrizos.
Asimismo, los acantilados de la Mola y Cap de Barbaria, lugares de peregrinaje para admirar los amaneceres y atardeceres, custodian especies vegetales de gran valor, como el «palmito», única palmera autóctona de este territorio. Y La Mola es rica en endemismos, como la Saxifraga corsica subsp. cossoniana, diminuta planta de flores blancas. El endemismo genera encanto por su rareza y Formentera atesora más de una veintena de plantas endémicas. Todo este patrimonio floral puede identificarse a través de un catálogo expuesto en la web: (www.formentera.es/planifica/folletos-mapas-y-guias/).
Pero además de por su floración, Formentera cautivará a quienes se dejen tentar por ella esta primavera de forma activa y cultural. Los amantes de la bicicleta podrán disfrutarla con la VII Volta Cicloturista Formentera (unisportconsulting. com/formenterabttrace/), el 9 y 10 de abril, en dos etapas de 72 kms cada una para dar esa vuelta en dos sentidos. Y los runners, con la VII Carrera Far a Far (17 de abril), para recorrer los 26 kms que separan sus dos carismáticos faros: Cap de Barbaria y La Mola. La misma distancia pueden realizarla en plan caminata popular quienes solo deseen relajarse andando.
Mayo también viene cargado de propuestas primaverales. Para los gourmets, los «Fines de Semana Gastronómicos» (primero y segundo del mes). Los apasionados de la cultura digital no deben perderse «Formentera 2.0» (www. formentera.es/formentera-2-0), cuya 10ª edición se desarrollará del 5 al 8 de mayo. Ese mismo fin de semana hay una alternativa distinta que propone un viaje celestial: «Formentera Astronómica» (www.formenteraastronomica.com), que del 6 al 8 de mayo celebra su 2ª edición. Y antes que finalice mayo otra tradicional cita, esta vez con la imagen: «Formentera Fotográfica» (www.formenterafotografica.com/es/), del 26 al 29 de mayo, que también alcanza su 10ª edición. Más información en: www.formentera.es.