La Razón (Madrid) - Especiales
Hostería del Laurel, bocados únicos en el barrio de Santa Cruz
Este mítico establecimiento es una cita obligada cada vez que se visita la capital hispalense
ViajarViajar a Sevilla en primavera siempre es un buen plan, pues la ciudad muestra su cara más animada. Más aún si se escoge la Semana Santa, cuando la capital del Guadalquivir vive uno de sus momentos más emocionantes. Y puestos a sumergirse en la esencia de Sevilla, nada mejor que recorrer su casco histórico, salpicado de bares y restaurantes con solera y alma única.
Si queremos adentrarnos en uno de los locales más peculiares y populares del centro de Sevilla, dentro del mítico barrio de Santa Cruz, la cita obligada es Hostería del Laurel. Fue precisamente entre estas paredes, allá por 1844, cuando el ilustre poeta y dramaturgo vallisoletano José Zorrilla se alojó en ella mientras escribió su obra más conocida «Don Juan Tenorio». Se dice que gran parte de su inspiración para la creación de sus personajes y encuadre de la historia vino dado por quienes le rodeaban en aquellos momentos.
Y de aquellas vivencias todavía queda hoy el alma de una Sevilla que sigue embriagando al viajero. Situada en la plaza de los Venerables –una de las de mayor encanto del casco histórico de Sevilla–, a pocos pasos de la Catedral o el Alcázar, Hostería del Laurel cuenta con una variada carta que sabe combinar la cocina tradicional con un esmerado servicio de restauración, así como una completa carta de vinos.
Una vez en su interior, después de reparar cada detalle de forma pormenorizada, toca el momento de darse un homenaje, aunque bien merece la pena comenzar con un pequeño aperitivo en la barra del bar, cita indiscutible para cualquier andaluz. Para picar algo encontramos una amplia variedad de ensaladas, revueltos y, por supuesto, las exquisitas chacinas procedentes de la Sierra de Huelva, un manjar que no hay que dejar de probar en ningún caso.
Para comer sin prisas, entre los platos fuertes hay delicias tanto de carnes como de pescados y en ambos casos la excelencia del producto está más que garantizada, pues se apuesta por productores españoles de primer nivel. En el caso de los pescados siempre proceden de la costa de Cádiz y de la de Huelva, de la que obtienen principalmente el marisco. Este es uno de los secretos que asegura la excelente calidad del producto y la frescura del mismo, pues llega al plato prácticamente recién sacado del mar. Y cuando se trata de carnes, la mirada se pone en el norte, de donde proceden los principales proveedores, seleccionando las viandas más sabrosas, así como los lechones y lechazos.
Terraza y salones
Lo mejor de La Hostería del Laurel está en sus mesas, y estas pueden encontrarse tanto en su coqueta terraza, arropada por las típicas fachadas del barrio de Santa Cruz, o por sus amplios salones. La terraza exterior a la sombra de los naranjos de la hermosa Plaza de los Venerables se convierte en el sitio perfecto para tomar unas cervezas fresquitas y degustar unas buenas tapas y raciones.
Para quienes opten por entrar en el interior del establecimiento, la oferta es más que variada, según las necesidades de cada momento. De hecho, La Hostería del Laurel cuenta con los mayores salones de todo el barrio de Santa Cruz para la celebración de comidas de grupos y organización de eventos, hasta una capacidad máxima para unos 180 comensales. En estos casos es posible elegir entre una serie de menús variados, tanto a base de tapas y raciones como de platos, de diversos precios, aunque también se elaboran menús a medida según las peticiones especiales de cada cliente.
Sea cual sea la opción elegida, la Hostería del Laurel es uno de esos lugares emblemáticos que hay que visitar cada vez que se viaja a Sevilla. Es una obligación.
POR RAQUEL BONILLA