La Razón (Madrid) - Especiales
El golf abría el cielo en el torneo de LA RAZÓN
Encin Golf Hotel acogía el XXXVI torneo de golf celebrado por el periódico, con la ilusión de sus jugadores por volver a colocar sus «tees» en el campo
ElEl cielo encapotado de Madrid daba la bienvenida a un día nublado, pero emocionante para los amantes de uno de los deportes más elegantes del mundo. El último martes de marzo reunió en el Encin Golf Hotel de Alcalá de Henares (Madrid) a más de una centena de jugadores dispuestos a disfrutar de un día de juego en el nuevo torneo de golf de LA RAZÓN. La lluvia llamaba a la puerta, pero parece que nadie la dejó entrar, pues lo que se presentaba como un día bajo el agua, resultaron ser unas espléndidas horas de sol primaveral de ensueño. Los jugadores no tenían excusa para no hacer un partido excepcional, y así fue. Colocaron sus «tees» en el campo, respiraron hondo y dieron sus mejores golpes.
La jornada comenzó a primera hora de la mañana. El reloj marcaba las ocho y media y apenas había salido el sol cuando comenzaron a llegar los participantes más madrugadores al encuentro. Solos, en pareja, en grupo, incluso en familia, cada uno de los asistentes se inscribieron para formar parte del XXXVI torneo celebrado por el periódico. Un evento que, dejando a un lado el cielo oscuro y las altas probabilidades de lluvia que prometía el ambiente, fue símbolo de celebración para los amantes de este deporte: sus «green» estaban limpios y el césped listo para jugar.
La organización del periódico tenía todo preparado para acoger a sus protagonistas. Formando una fila y siguiendo el orden antepuesto antepuesto por la organización, cada uno de los asistentes se inscribieron al juego, rellenando sus datos personales ante cualquier imprevisto y siendo partícipes, una vez más de uno de los torneos de golf más reconocidos de la temporada en la capital. Eso sí: siempre cumpliendo con las medidas protocolarias de higiene recomendadas desde el regreso del torneo tras la cuarentena y haciendo un uso obligatorio de la mascarilla. Según fueron apuntando sus nombres en la ficha, recibían una bolsa con regalos de bienvenida obsequiada por el periódico y se dirigían al photocall para hacerse la foto de rigor con la que podían demostrar que habían estado en el partido.
Es tradición que los jugadores vuelvan a sus hogares repletos de regalos. A su llegada, se les obsequió con el tradicional polo de LA RAZÓN, esta vez blanco con la frase «Torneo de Golf LA RAZÓN» bordado en azul marino, unos animados y originales calcetines ofrecidos por Jimmy Lion y un spray hidroalcohólico de Álvarez Gómez. Además, para completar su equipo de juego, les facilitaron tres bolas de Srixon, una crema solar protectora de Heliocare, de Cantabria Labs, para el cuidado de su piel en los días de viento y sol, y una botella de Agua en Caja para estar totalmente hidratados durante la competición.
Dieciocho hoyos, un hotel de 4 estrellas, una escuela y unas espectaculares instalaciones hacen que el Encin Golf Hotel sea considerado como uno de los mejores campos de golf de Madrid. Inaugurado en 2011, en apenas una década de vida ha sido cuna de algunos de los partidos más categóricos del país, pues sus instalaciones son elegidas por los profesionales gracias a poseer una de las mejores canchas de práctica a nivel nacional, con más de 100 puntos de tiro y unas vistas inmejorables a los Santos de la Humosa en Alcalá de Henares. Además, su excelente ubicación es un punto a favor de los aficionados, pues está a tan solo 20 minutos del centro de Madrid, haciendo la estancia más amena, interactiva y con posibilidades de disfrutar de la capital en familia, más allá del deporte. Ocio y turismo se unen en una experiencia maravillosa para los viajeros que compaginan conocer nuevos lugares con este deporte.
Un juego limpio
Sus inmejorables calles, sus cuidados «green» son la base de unas instalaciones respetuosas con el medioambiente. El entorno del Encin Golf Hotel invita a querer volver. El tiempo, el césped… Todo estaba a favor del juego: «Los jugadores hemos tenido que apechugar con nuestros errores e imperfecciones sin una mala disculpa que llevarnos a la boca en condiciones tan inmejorables», aseguraba Mauro Vitoria, participante de la competición.
Pasear por el campo en plena competición es sinónimo de paz, concentración y relajación. Contemplar cómo los jugares se centran en el juego solo llama a querer saber más sobre el reporte. ¿Dónde caerá la bola? ¿Conseguirán
sobrepasar los lagos y llegar al «green» sin acumular golpes? Sin duda, quedaban minutos para saber las respuestas.
Cuidado del medioambiente
Todo destaca en el campo del Encin Golf Hotel. Su número de búnkers es uno de los puntos fuertes, pues entre sus calles pueden apreciarse una docena de ellos, cuando es complejo que se unan más de seis en una sola. Jugadores como Mauro Vitoria, quien pisaba por primera vez sus jardines, que dó asombrado por el cuidado y las facilidades que da este lugar. «Afortunadamente, la arena no se había apelmazado por las lluvias de días anteriores y el ‘‘wedge’’ entraba fácilmente como una cuchilla entre la arena y la bola», confesaba el participante.
Puestos a destacar, sus «greens» también resaltaba sobre lo demás. Limpios, verdes y difíciles, convertían el juego en una experiencia placentera en la que no podías saber dónde iba a caer la bola. «Más que caídas eran verdaderos recorridos de Montaña Rusa», detallaba Vitoria.
El Encín Golf trata de satisfacer las necesidades más actuales de sus usuarios, y la reducción del impacto medioambiental es uno de ellos. Este deporte se juega directamente en la naturaleza y por ello las instalaciones de este centro cumple con la política de calidad de medioambiente, con el fin de cuidar detallada y exquisitamente la naturaleza de la que se compone.
Ya no quedaba nada y los nervios se notaban en el ambiente. Se acercaba el comienzo de la competición y a la hora acordada todos los jugadores estaban situados en sus tees, divididos en equipos y hoyos, preparados para comenzar una jornada divertida y dispuestos a vivirla como si fuese su primera competición: con ganas e ilusión. Dejando el resto a un lado, lo importante era disfrutar del intenso y esperado día en el Encin Golf Hotel.
«Limpios, verdes y difíciles, sus ‘‘greens’’ convertían el juego en una experiencia placentera»