La Razón (Madrid) - Especiales
La cooperación universidad-empresa, una alianza necesaria
La colaboración entre ambas suele centrarse en la movilidad laboral y en proyectos de I+D para facilitar la empleabilidad y transferir el conocimiento
ElEl 40,7% de la población adulta española tiene estudios superiores, un porcentaje altísimo que produce un desajuste entre los puestos de trabajo y la cantidad de graduados que el sistema ofrece: España es el segundo país de la Unión Europea (UE) con mayor tasa de egresados universitarios en situación de desempleo. Los graduados superiores españoles tienen, además, el dato más alto de temporalidad de la
UE, según las conclusiones del último informe de la Fundación CYD (Conocimiento y Desarrollo). «Es, además, el único país del sur de Europa que sigue sin recuperar la tasa de empleo y de paro de los graduados superiores de antes de la pandemia», explica Montse Álvarez, miembro del gabinete técnico de esta fundación presidida por Ana Botín y constituida por empresas privadas, universidades y la Cámara de Comercio de España, con el fin de hacer realidad la cooperación entre universidad y empresa. Una cooperación necesaria no solo para facilitar el acceso al mercado laboral de los jóvenes, sino también para impulsar el necesario flujo de investigación y conocimiento y generar empleo y bienestar en la sociedad.
«Desde las universidades, con el objetivo de mejorar la empleabilidad de sus graduados, sería conveniente colaborar más estrechamente con el sistema productivo español, incluso en el diseño de los planes de estudios, la realización de más y mejores prácticas en empresas e instituciones, fomentar la formación universitaria, así como una mayor relación entre la formación profesional y la formación universitaria, estableciendo pasarelas que faciliten la transición entre diversos niveles e itinerarios de aprendizajes», añade Montse Álvarez.
El informe también concluye que la universidad debe ofrecer las competencias que la sociedad requiere y reforzar su relación con la empresa para favorecer la incorporación al mercado laboral, para lo que es imprescindible contar con un sistema más ágil y adaptado a las necesidades. En los últicionales mos años ha aumentado la colaboración entre las universidades y el sistema productivo. La forma más habitual es la movilidad laboral de estudiantes de últimos cursos o recién graduados, que son contratados directamente por las empresas para hacer periodos de prácticas. Dependiendo de las necesidades de la compañía y de la capacidad y comportamiento de los estudiantes, existe la posibilidad de que pasen a formar parte de la plantilla al finalizar su estancia de prácticas.
Otra línea común de cooperación, sobre todo en el sector industrial, es en materia de I+D, a través de proyectos nacionales o internay internay de contratos de investigación para el desarrollo de productos y de mejora de procesos. Hay casos en los que el vínculo es tan estrecho que la empresa desarrolla y comercializa el prototipo que ha sido investigado y definido en la universidad. También es de destacar la participación de empleados de la compañía en estudios, docencia y actividades de investigación. Más del 50% de las empresas encuestadas por el Proyecto EMCOSU de la Cámara de Comercio de España habían colaborado en este campo. Asimismo, es importante subrayar la cooperación con incubadoras para el desarrollo de nuevos negocios, con la creación de más de 25 startups en los últimos años.
Según el Informe CYD 2021/22, en 2020 disminuyó globalmente la financiación privada de la I+D universitaria en España (7%) con respecto al año anterior, aunque se observa un ligero aumento en el caso de las universidades privadas. «El nivel de financiación en la I+D universitaria por parte de las empresas no ha recuperado los valores de 2010. Es una recuperación lenta y se está produciendo
«Es necesaria más relación entre la FP y la universidad, con pasarelas de transición entre distintos niveles»
más bien en las universidades privadas. Sería deseable una mayor participación de las empresas en la I+D de las universidades públicas, que son las que ejecutan mayoritariamente la I+D del sector de la educación superior», destaca Ángela Mediavilla, responsable del gabinete técnico de la Fundación CYD. La proporción de investigadores en las compañías (38%) continúa siendo inferior al promedio de la UE-27 (55%). Mientras, en los países de la OCDE considerados, la cuota femenina apenas ha aumentado entre los años 2011 y 2019, pasando de un 22,76% a un 23,54%. En España, en 2019 se situaba en un 31%.
La distancia entre España (31%) y el promedio de los países de la OCDE (49%) en cuanto a empresas innovadoras es patente. Además, a ello se suma que las universidades y los organismos públicos de investigación no son los socios preferentes de las empresas para la cooperación en actividades innovadoras. El Informe CYD anima a reforzar las colaboraciones entre universidades, agentes del sistema productivo y la sociedad en general para impulsar la transferencia de los resultados de investigación. Al respecto, Mediavilla explica que «para fomentar la colaboración universidad-empresa como instrumento por medio del cual impulsar la competitividad del sistema de ciencia, tecnología e innovación, es preciso mantener y seguir apostando por aquellos programas establecidos para este fin, tales como las ayudas Torres Quevedo y los programas de doctorados industriales, entre otros».
En lo que sí destacan las universidades españolas es en la concesión de patentes con empresas privadas y en su contribución al desarrollo regional, de acuerdo con el ranking internacional U-Multirankm, en el que participan 76 universidades españolas y 2.201 centros de otros 96 países. Sin embargo, están a la cola en la creación de spin-offs, en titulaciones en otro idioma y en profesorado extranjero. Además, la universidad española destaca por su contribución al desarrollo regional, pues el 73% de los centros universitarios se incluyen en los grupos de mayor rendimiento en relación con el porcentaje de estudiantes que realizan prácticas en la región donde han realizado sus estudios de grado.