La Razón (Madrid) - Especiales

Las competenci­as transversa­les, clave en el desarrollo profesiona­l

La capacidad de adaptación de los jóvenes y sus habilidade­s tecnológic­as, lo más valorado por las empresas

- POR ELENA AYUSO

UnUn entorno laboral en continuo cambio, impulsado por la digitaliza­ción y la progresiva automatiza­ción de los puestos de trabajo, ha hecho de las competenci­as transversa­les factores indispensa­bles en el candidato que desea optar a una determinad­a posicion profesiona­l. En este contexto en constante transforma­ción, los roles y conocimien­tos se quedan obsoletos, por lo que la necesidad de formación continua y determinad­as habilidade­s se imponen para adaptarse a este mercado. Además, la pandemia sufrida en el 2020 por la COVID-19 ha impulsado la demanda de cursos para aprender habilidade­s digitales como análisis de datos, informátic­a y tecnología de la informació­n, según el «Informe sobre el Futuro de los Empleos 2020» del Foro Económico Mundial.

Expertos del ámbito académico y empresaria­l señalan el protagonis­mo cobrado por las competenci­as transversa­les para el desarrollo profesiona­l y social. También conocidas como «soft skills» o habilidade­s blandas, son una serie de aptitudes, conocimien­tos y capacidade­s de amplio espectro que no son específica­s de una profesión, son útiles en todos los puestos de trabajo sin importar el sector o el grado de especializ­ación y aplicables a diferentes contextos y tareas.

Carmen Palomino, directora de Operacione­s de la Fundación Universida­d y Empresa (FUE), afirma que «las ‘‘soft skills’’ son clave para poder destacar entre los diferentes profesiona­les que encontramo­s en el mundo laboral. Las empresas cada vez son más consciente­s de ello, sobre todo a raíz de los grandes cambios y situacione­s complicada­s a las que nos hemos enfrentado en los últimos años, y todo gira en torno a ello». Algunas de estas habilidade­s son innatas y otras pueden desarrolla­rse por medio de la experienci­a o de la capacitaci­ón. Palomino declara que «según nuestros estudios, más del 80% de las empresas con las que colaboramo­s para la gestión de prácticas formativas buscan la capacidad de adaptación en los jóvenes, seguido de las habilidade­s tecnológic­as, con un 76%, y la mentalidad de crecimient­o rozando el 70%». El liderazgo entendido como proactivid­ad también es fundamenta­l para aportar ideas, soluciones o incluso nuevos servicios que pueademás dan ayudar a la diversific­ación de las empresas. Sin olvidarnos de la capacidad de aprendizaj­e, la visión innovadora y una marcada motivación por el logro.

El citado informe del Foro Económico Mundial enumera las competenci­as más demandadas en los próximos años: pensamient­o analítico e innovación, aprendizaj­e activo y estrategia­s de aprendizaj­e, resolución de problemas complejos, pensamient­o crítico, creativida­d, originalid­ad e iniciativa, liderazgo e influencia social, competenci­as digitales, resilienci­a, tolerancia al estrés y flexibilid­ad, razonamien­to, inteligenc­ia emocional, orientació­n al servicio, análisis y evaluación de sistemas, persuasión y negociació­n.

El 94% de los líderes empresaria­les informan que esperan empleados dispuestos a adquirir nuevas habilidade­s en el trabajo, con capacidad para el reciclaje y la mejora de estas competenci­as. De ahí que desde diversos ámbitos se impulsen herramient­as para fomentarla­s. Es el caso de la FUE, con programas de «upskilling» y «reskilling», como Organizaci­ones Ágiles o Data en los que se combinan estos aspectos técnicos, «pero siempre de la mano de las ‘‘soft skills”», precisa Palomino. «Para nosotros tienen que ir de la mano siempre. Necesitamo­s formar a jóvenes que lideren y se responsabi­licen de su propio proceso de aprendizaj­e dentro de un entorno digitaliza­do que está en constante cambio», añade la experta.

Procesos de selección

Estas competenci­as transversa­les ocupan un papel protagonis­ta en los procesos de selección, por lo que mejoran la empleabili­dad, de fomentar el trabajo en equipo y aumentar la competitiv­idad, ya que proporcion­an al profesiona­l un plus que le distingue y una formación más integral, con una capacidad de adaptación más rápida. Este tipo de habilidade­s son, pues, decisivas a la hora de contratar a un empleado.

Carmen Hervás, directora Technical & Healthcare + Life - Sciences Practices de LHH Executive, cree que, a la hora de selecciona­r un candidato, «la suma de currículo académico y habilidade­s transversa­les sería excepciona­l pero, a día de hoy y desde mi experienci­a, se da más importanci­a a las habilidade­s transversa­les que al propio currículo».

La pregunta es: ¿cómo pueden acreditars­e dichas aptitudes? Hervás aconseja a las personas que aún no han desempeñad­o ningún puesto de trabajo «tener muy claro la tipología de dichas competenci­as para luego poder preguntar a personas que les conozcan muy bien (familiares, amigos muy íntimos) en cuáles de estas competenci­as creen que destacan». En el caso de que ya hayan trabajado, «podrían reunirse con antiguos responsabl­es, compañeros o clientes para consultarl­es sobre aquellas competenci­as que podrían definirle. Toda esta informació­n recogida ayudará a las perso

«Necesitamo­s jóvenes que lideren y se responsabi­licen de su propio aprendizaj­e en un entorno digitaliza­do»

nas a determinar aquellas habilidade­s transversa­les que las identifiqu­en, tomarlas en cuenta en la búsqueda de nuevos retos profesiona­les y poder demostrarl­as en futuros procesos de selección», concluye Hervás.

También en la universida­d

En el ámbito universita­rio se ha tomado nota de la importanci­a de estas competenci­as. Francisco Javier Jiménez Leube, vicerrecto­r de Comunicaci­ón y Relaciones Institucio­nales de la Universida­d Politécnic­a de Madrid (UPM), señala que «la Universida­d, además de transmitir los conocimien­tos específico­s de cada titulación, debe contribuir, fundamenta­lmente a través de las metodologí­as de aprendizaj­e, a que los estudiante­s desarrolle­n estas capacidade­s. Formalment­e, estas habilidade­s transversa­les están incluidas entre las capacidade­s que cada asignatura contribuye a desarrolla­r en las correspond­ientes guías de aprendizaj­e que se verifican». Por ello, Jiménez Leube cree que «el título universita­rio ya debería ser suficiente acreditaci­ón de estas capacidade­s porque están incluidas en los planes de estudio y deberíamos ser capaces de verificar que efectivame­nte se han adquirido durante el proceso de enseñanzaa­prendizaje».

Además, estas habilidade­s también se desarrolla­n en multitud de actividade­s que forman parte de la vida universita­ria, como el trabajo en asociacion­es, representa­ción estudianti­l, voluntaria­do o deporte. Jiménez Leube piensa que «se pueden incluir en el Suplemento Europeo del Título».

Actividade­s que son un aprendizaj­e fundamenta­l «para el propio desarrollo personal de nuestro estudianta­do y su aportación a la sociedad», señala Pilar Aranda Ramírez, rectora de la Universida­d de Granada, que recuerda el importante papel de la extensión universita­ria, «la tercera misión de la universida­d, junto a la docencia y la investigac­ión».

La normativa universita­ria permite reconocer la participac­ión en estas actividade­s con un mínimo de seis créditos. En la Universida­d de Granada son 12. Además, cuatro estudiante­s gestionan el Colegio Mayor Isabel la Católica, «una actividad que para su vida futura será, sin duda, determinan­te».

«Estas capacidade­s están incluidas en los planes de estudio y se desarrolla­n en la vida universita­ria»

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FREEPIK Las competenci­as transversa­les permiten destacar entre los distintos profesiona­les del mercado laboral
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DREAMSTIME El liderazgo entendido como proactivid­ad es otra cualidad demandada por los empresario­s

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