La Razón (Madrid) - Especiales
Innovación e investigación, más que números para la región
AndalucíaAndalucía está siendo ya observada con interés como un motor de innovación, de investigación y de emprendimiento. Nuestra tierra siempre ha sido un referente en cuanto a creatividad, imaginación e innovación y siempre se ha configurado como un claro escenario donde la ciencia y la investigación han sido las monedas de cambio hacia un futuro radiante.
El impulso incansable hacia la I+D en 2022 marcó un hito en la historia de la región. La inversión de 1.890,6 millones de euros no solo fue un incremento financiero, sino un testimonio del compromiso inquebrantable con la excelencia científica. Esta asignación no se trata simplemente de números; representa un giro en el enfoque estratégico, una apuesta decidida por cultivar un ecosistema científico robusto y vanguardista en Andalucía.
Somos la tercera comunidad autónoma en inversión en I+D+I público-privada. Representamos aproximadamente el 10% del peso dentro del espectro español. Esa inversión en I+D en Andalucía supone un incremento del 11,03% con respecto a 2021, más del doble de la tasa de crecimiento experimentada en ese ejercicio, en el que se registró un montante de 1.703 millones y una evolución positiva del 4,7%. Esa subida es, además, la mayor desde el año 2007. Esa partida se traduce en 187,9 millones de euros más en relación con 2021 y en 411,15 millones más con respecto al ejercicio 2018, lo que representa un alza del 27,8% desde el inicio de la anterior legislatura.
Pero no podemos conformarnos. Desde la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía pretendemos crecer más. Pero necesitamos que crezca también la inversión privada. Este fue uno de los objetivos que nos marcamos al inicio de la legislatura y lo estamos consiguiendo. En el año 2022, el alza experimentada por el ámbito privado se cuantifica en un 14,41%, lo que nos acerca más a la media de las regiones más destacadas en este ámbito. Es verdad que mucha investigación y mucha innovación se hace en Andalucía, pero que, sin embargo, se factura en otras comunidades autónomas, fundamentalmente Madrid,
Cataluña, Valencia y País Vasco. Y esto tenemos que revertirlo para que lo que se hace en Andalucía se facture en Andalucía.
Esta política de inversión no es un acontecimiento aislado, sino un fruto maduro de una visión del Gobierno andaluz que se ha gestado a lo largo de los últimos años. Desde el inicio de la legislatura de Juanma Moreno en 2019 se ha forjado un camino de crecimiento continuo en la esfera científica. Cada euro invertido es una semilla plantada en el terreno de la investigación buscando cosechar frutos que no solo beneficien a la región, sino que también posicionen a Andalucía como un referente nacional e internacional en innovación y desarrollo.
El apoyo no se limita solo a unas cifras espectaculares. Los ocho millones de euros destinados a contrarrestar los estragos de la sequía son un claro ejemplo de cómo la ciencia y la innovación pueden ser un aliado en la lucha contra los desafíos medioambientales, demostrando la capacidad de la investigación para encontrar soluciones prácticas a problemas que afectan directamente a la población.
La visión estratégica de la Consejería para fortalecer la formación y el talento investigador con una proyección de 78 millones de euros en 2024 no solo es una asignación presupuestaria, sino también un manifiesto que busca poner a Andalucía a la vanguardia del conocimiento. Esta inversión en capital humano es una apuesta por el futuro, un aliciente para impulsar el crecimiento y la competitividad en el ámbito científico a largo plazo.
El ascenso vertiginoso de 28.518 profesionales dedicados a la investigación y desarrollo en la región alcanzando una cota histórica es un barómetro del despertar científico. Pero tampoco este incremento es solo un número; es la confirmación palpable del creciente interés y compromiso con la ciencia en Andalucía.
En consonancia con esta visión, la propuesta de establecer una política de clústeres empresariales es un movimiento táctico. Esta iniciativa no solo busca fortalecer agrupaciones estratégicas, sino también generar un ecosistema propicio para la colaboración y la innovación.
Las subvenciones previstas para principios de 2024, sumadas a un presupuesto de 264 millones de euros destinados a apoyar la investigación, consolidan el compromiso inquebrantable con los investigadores andaluces. Estas acciones no solo son un respaldo financiero, sino una señal inequívoca del apoyo continuo hacia el progreso científico y tecnológico de la región.
Al igual que sucede en la innovación, las mejoras conseguidas deben consolidarse y convertirse en el preludio del futuro. Para seguir impulsando la innovación y la investigación en Andalucía, es esencial no solo mantener el ritmo, sino también trazar nuevos horizontes y estrategias.
Una táctica fundamental es diversificar los sectores estratégicos. La inversión no solo debe enfocarse en áreas tradicionales, como la salud o el medio ambiente, sino también explorar campos emergentes como la inteligencia artificial, la biotecnología o las energías renovables. Y en ello está poniendo todo su empeño el Gobierno andaluz. Esto permitirá a Andalucía liderar la vanguardia de la innovación en diversos frentes, garantizando una posición de liderazgo en el panorama científico.
La Consejería de Universidad, Investigación e Innovación se ha erigido como el catalizador de una silenciosa pero cada vez más palpable revolución científica y tecnológica en la región, donde cada esfuerzo, cada inversión y cada logro no solo son testimonios de un cambio real, sino los cimientos mismos de una Andalucía que se afianza como epicentro del conocimiento.
«El ascenso de 28.518 profesionales dedicados a la investigación ha alcanzado una cota histórica»