La Razón (Madrid) - Especiales
Otro año preocupante para el SNS
ElEl año 2023 concluye con una situación francamente preocupante para el Sistema Nacional de Salud (SNS). ¿Por qué lo creo así? Me explicaré con ejemplos.
El primero es que solo en 2023 han pasado por el Ministerio de Sanidad tres ministros, sumando un total de seis desde 2018 y haciendo de la inestabilidad institucional una constante arraigada en el Paseo del Prado 18 desde que Pedro Sánchez es presidente del Gobierno. Además, tras las elecciones autonómicas de mayo, la actual ministra, Mónica García, deberá consensuar medidas con 13 representantes del PP en el Consejo Interterritorial y existen serios escollos para que eso suceda –como su repulsa a la colaboración público-privada– que serán complejos de solventar.
Otra muestra representativa son las listas de espera quirúrgicas. Con datos oficiales de junio, hay más de 800.000 personas esperando para ser operadas en el SNS, lo que supone el dato más abultado desde que se unificaron los registros en 2003. Es negativa también la demora superior a los 600 días que padecemos los españoles para acceder vía cartera pública de prestaciones a innovaciones terapéuticas validadas desde la Agencia Europea de Medicamentos. Y cabe citar además que siguen sin materializarse especialidades médicas como la de Urgencias; que Atención Primaria mantiene problemas de recursos; que la carencia de especialistas médicos sigue vigente; que está pendiente la actualización de normativa vertebradora como el Estatuto marco; que no se ha materializado el plan con la industria farmacéutica innovadora por valor de 8.000 millones de euros comprometido en 2022, ni se ha impulsado un baremo de daños sanitarios, ni una norma que impida fraudes publicitarios en el sector; que las medidas de la Comisión de Reconstrucción del Congreso de los Diputados de 2020 no han sido plenamente implementadas…
Las expectativas no mejoran el panoramaconsiderando,porejemplo,queel«Plan Presupuestario» para 2024 remitido por el Gobierno a Bruselas recorta la inversión en Sanidad en términos de porcentaje de PIB, que seguimos sin tener un modelo de financiación del SNS coherente con las necesidades reales y que Muface tiene muy complicada su supervivencia si no ve mejorada su dotación presupuestaria.
2023 podría haber sido un buen año para nuestra Sanidad por la presidencia de turno del Consejo de Europa o la disponibilidad de los fondos europeos derivados de la Covid-19, pero la realidad es tozuda y por mucho que Sánchez lo afirme, España no «está más fuerte [ahora] que hace cinco años». No lo está en general y no lo está, especialmente, en Sanidad.
No albergo esperanzas en que García revierta esta situación, pues su inexistente experiencia de gestión, su activismo de «marea blanca» y los acuerdos de Gobierno alcanzados por el PSOE con Sumar, nacionalistas e independentistas para sostenerse en La Moncloa invitan a esperar muy poco de utilidad real para el SNS.
Ojalá me confunda, pero si 2023 ha sido preocupante para el SNS, 2024 se atisba también lleno de curvas peligrosas.
«España no está más fuerte ahora que hace cinco años»