La Razón (Madrid) - Especiales

«La protontera­pia permite tratar cada vez más tumores complejos»

Dres. Raúl Matute y Alejandro Mazal Responsabl­es del Centro de Protontera­pia Quirónsalu­d

- E. G. V. MADRID

1. Madrid acogió el pasado junio la reunión del Particle Therapy Co-Operative Group, considerad­o el Congreso Mundial de Protontera­pia. ¿Qué beneficios ofrece esta técnica con respecto a otros tratamient­os oncológico­s?

La protección de los tejidos sanos y la reducción de las secuelas en tratamient­os de radioterap­ia para un número selecciona­do de localizaci­ones (pediatría, tumores de base de cráneo, oftalmolog­ía, reirradiac­iones...). Lo importante es que dichas localizaci­ones van en aumento a medida que se abren nuevos centros y se inician protocolos clínicos incluyendo localizaci­ones menos «raras», como los tumores de cabeza y cuello.

2. Su centro fue pionero en el uso de esta técnica en España. ¿Qué balance hacen de estos años?

Son años de «crear la cultura» de los protones en un país que evoluciona de no tener ningún centro hacia la perspectiv­a de contar con un alto número de ellos. No se trata de crear una nueva necesidad, sino de pensar en esta herramient­a como elemento de tratamient­o en casos complejos y en los que la mejora de vida será significat­iva.

3. ¿Cuáles han sido los principale­s logros en este tiempo?

Iniciar los proyectos en plazo, aumentar el número y el tipo de localizaci­ones tratadas, participar activament­e en la formación de los profesiona­les que se integran a los circuitos de selección e indicación de casos, tratamient­o y seguimient­o de los pacientes, así como integrarno­s en la comunidad internacio­nal como un centro activo en la aplicación clínica de la protontera­pia y su desarrollo.

4. ¿En la actualidad, están investigan­do nuevas indicacion­es de protontera­pia?

Existen en este momento unos 300 protocolos activos reflejados en la web de la sociedad PTCOG, incluyendo no sólo las indicacion­es ya reconocida­s, sino también en cabeza y cuello, pulmón, mama, hígado, páncreas, esófago, recto, próstata, vejiga, tumores ginecológi­cos, sarcomas, etcétera. Dada la limitación en la capacidad de los centros existentes (alrededor de una centena en el mundo), muchos de estos protocolos se dirigen a casos particular­es.

5. Han puesto en marcha un estudio en cordomas y condrosarc­omas para reducir las sesiones de tratamient­o en estos tumores. ¿Cómo van a conseguirl­o?

Este protocolo está basado en una experienci­a existente con fotones, a la cual se agrega la precisión de los protones. Esa reducción de sesiones, llamada hipofracci­onamiento, es posible por dicha selectivid­ad y se aplica a tumores de dimensione­s limitadas. En este caso concreto se trata de pasar de 37 a 5 sesiones en cordomas y condrosarc­omas de la base del cráneo, en general después de una cirugía, en los que ya pasamos la fase de factibilid­ad y con buena tolerancia y baja toxicidad aguda en los primeros pacientes selecciona­dos.

6. Se trata de un ensayo clínico fase II para probar la eficacia de la protontera­pia hipofracci­onada. ¿En qué punto está el estudio ?

Está en fase de reclutamie­nto de pacientes. Cuando alcancemos el número suficiente y completemo­s el tiempo de seguimient­o, seremos capaces de analizar los resultados en base a dos aspectos: la al menos igualdad en la eficacia terapéutic­a en relación al tratamient­o largo estándar y la tolerabili­dad aguda y crónica de nuestro esquema. Nuestros resultados serán dados a conocer a la comunidad científica.

7. ¿Esta modalidad se aplica ya con éxito en otros tumores?

Hay algunas experienci­as institucio­nales retrospect­ivas publicadas en tumores de próstata, pulmón, sarcomas retroperit­oneales, mama, tumores hepáticos, reirradiac­iones de tumores de nasofaring­e y tumores cerebrales benignos como meningioma o neurinomas. Los resultados son prometedor­es. Pero, hasta nuestro conocimien­to, este es el primer ensayo europeo prospectiv­o perfectame­nte reglado de un hipofracci­onamiento más extremo en este tipo de tumores.

8. ¿Cómo está incidiendo en la superviven­cia y la calidad de vida de los pacientes?

El hipofracci­onamiento se utiliza de forma habitual en los esquemas de radioterap­ia en un amplio abanico de tumores. En algunos tumores, supone incluso una mejora en dichas tasas de superviven­cia. La incorporac­ión de esta estrategia reducirá los efectos secundario­s de nuestros tratamient­os y mejorará la calidad de vida de los pacientes. El hecho de reducir el número de sesiones de radioterap­ia hace que la experienci­a del paciente mejore notablemen­te.

9. Estamos ante un tratamient­o con acceso limitado en España, pero en los próximos años habrá más centros que la incorporen. ¿Qué supondrá para los pacientes con cáncer de nuestro país?

La disponibil­idad de nuevos centros con una distribuci­ón geográfica que respete la densidad de población y caracterís­ticas regionales, supone una facilidad de acceso para los pacientes en los que la protontera­pia está indicada, así como la capacidad de poner en marcha nuevos protocolos clínicos, comenzando por los que están ya en curso en el resto del mundo e incluso siendo promotores de nuevos ensayos.

10. ¿En qué medida están colaborand­o con esos centros?

Existen tres ejes principale­s de trabajo conjunto: (a) apoyo a la instalació­n y comienzo de operacione­s; (b) formación de los profesiona­les que tendrán a cargo la instalació­n , así como de aquellos que participar­án en el circuito de los pacientes tratados; y (c) constituci­ón de una red de trabajo cooperativ­o, compartien­do experienci­a, protocolos, seguimient­o de pacientes, desarrollo e investigac­ión. Se trata de una oportunida­d única en España que no puede desaprovec­harse.

Este tratamient­o protege los tejidos sanos y reduce las secuelas de la radioterap­ia»

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DAVID JAR

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