La Razón (Madrid) - Especiales
El autoconsumo supera un año difícil y se renueva como alternativa
LA ADOPCIÓN DE ENERGÍAS RENOVABLES SE RALENTIZÓ EN 2023 Y CAYÓ UN 27% FRENTE AL AÑO ANTERIOR, PERO CUBRE YA EL 3% DE LA DEMANDA ELÉCTRICA
ElEl término de autoconsumo surgió como una necesidad imperiosa de generar energía y producir electricidad en los lugares aislados en los que la electrificación suponía un alto coste de conexión a la red eléctrica general. Impulsado por el avance de las nuevas tecnologías y el abaratamiento de ciertos componentes, como es el caso de las placas solares, el avance tecnológico ha propiciado que cada vez sea más factible el uso de energías renovables en detrimento de las tradicionales, muy especialmente al usar la modalidad de fotovoltaica.
Con el paso del tiempo se han afianzado este tipo de instalaciones, tanto a nivel residencial como en instalaciones industriales, debido a que su implantación permite ahorrar costes de forma considerable, y al hecho de que la inversión realizada tiene una amortización a corto y medio plazo. A esto se le une el aliciente de que se utiliza una energía limpia y renovable que no contamina y que no tiene un impacto negativo en el medioambiente, al no emitir gases de efecto invernadero como sí hacen los combustibles fósiles. De hecho, las renovables han evitado el vertido de cerca de 3,7 millones de toneladas de CO2 de forma acumulada y 1,4 millones de toneladas en el ejercicio correspondiente a 2023.
Se reducen las instalaciones
No obstante, la realidad, según los últimos informes, es el dato que indica que en el pasado 2023 se registró una disminución del número de instalaciones y de potencia anual generada frente al año anterior. En 2022 se dieron varias circunstancias que propiciaron su mayor adopción, como fueron los altos precios del mercado eléctrico y la financiación en las instalaciones, fruto de las subvenciones otorgadas por el Gobierno y los fondos europeos pertenecientes a NextGenerationEU concedidos por la Unión Europea. Esto animó a particulares y empresas a lanzarse a producir su propia energía.
Una vez que la factura de la luz se moderó a principios de 2023 y que la financiación llegó a su fin, las instalaciones de renovables volvieron a ralentizarse hasta el punto de que cayeron un 27% con respecto al récord establecido el año anterior. Así, podemos destacar que las instalaciones residenciales que se llevaron a cabo en 2023 ascienden a un total de 111.795 hogares, con una potencia media generada de 4,7 kW, muy por debajo de los 217.248 que se alcanzaron el año anterior. En el área empresarial, la cifra fue de 15.509 instalaciones, también muy por debajo de las 23.096 que se realizaron el año anterior, pero con la ventaja de que el tamaño de los proyectos fue de mayor envergadura, pasando de los 70 kW a los 90 kW de media.
Esto muestra una tendencia creciente y positiva entre las empresas españolas que se animan a adoptar el uso de renovables en sus procesos de producción y funcionamiento. Sin embargo, seguimos estando lejos de la proporción de potencia de autoconsumo instalada en el resto de países avanzados, que elevan la media en torno al 48% a nivel mundial, frente al 20,9% que hemos logrado alcanzar en España.
Evolución de la potencia
El informe anual del autoconsumo fotovoltaico publicado por APPA Autoconsumo nos permite extraer datos relevantes, y comprobamos que se manejan destacadas cifras en lo que se refiere a megavatios instalados. Y es que España ha sido testigo en los últimos años de un crecimiento notable, pasando de los apenas 207 MW que se generaron en 2018, a los 7.133 MW (7,1 GW) que hemos alcanzado a finales de 2023, la suma total del parque instalado a lo largo de todos estos años. Esto supone el equivalente al 3% de la demanda eléctrica que utilizamos a nivel nacional.
Algunos la han comparado con la generación eléctrica que producen las centrales nucleares de nuestro país. Pero resulta difícil equipararlas ya que las placas fotovoltaicas dependen de las horas de sol, mientras que las nucleares funcionan las 24 horas del día.
Eliminación de barreras
Las cifras mencionadas ofrecen datos halagüeños de cara a cumplir el objetivo de poder alcanzar los 19 GW de instalación fijados para el año 2030, cifra que se ha propuesto alcanzar el Gobierno con el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Pero para llegar a su cumplimiento, el autoconsumo debe superar diversas barreras.
Además de los costes ya mencionados de instalar energías renovables, donde una inversión media asciende a los 7.000 euros, el autoconsumo tiene hoy en día barreras regulatorias y técnicas que frenan su adopción. No tiene sentido que las instalaciones con excedentes no puedan verter a la red los excedentes de energía producidos y no autoconsumidos, desperdiciando gran parte de esa energía renovable.
Tampoco se fomenta el hecho de que el consumidor que genera energía obtenga un extra que le permita recuperar a corto plazo su inversión, más allá de los sistemas de almacenamiento a los que se puede recurrir si desea aprovecharla. Como resultado, el pasado año se desaprovecharon 1.642 GWh de electricidad, el equivalente al 0,7% de la demanda que no se vierte a la red. Con un precio medio del mercado eléctrico situado en los 87,10 euros el MWh, el valor estimado en pérdidas asciende a los 130 millones de euros.
Como consecuencia, para avanzar en un mayor número de instalaciones es necesario eliminar ciertas restricciones actuales relacionadas con los excedentes de energía. Las organizaciones también demandan simplificar más las gestiones administrativas y actualizar la normativa eléctrica que sigue siendo tediosa y diferente en función de cada comunidad autónoma.