QUE NO LE FALTEN SUS “ZAPAS”
A LUIS GARCÍA FRAILE, COMO DECORADOR DE INTERIORES, LE PRIVAN LOS DETALLES. AL REVÉS QUE EN SU ARMARIO, REPLETO DE BÁSICOS Y ALGUNA PRENDA HEREDADA
Solo con echar un vistazo a su Instagram verás que, además de la decoración, a Luis García Fraile le priva el dulce. #gorditofeliz es el hashtag que usa para celebrarlo todos los domingos. Ahora lo entendemos. Aunque no te lo creas, llegó a pesar 105 kilos por un problema de salud. Controlada la enfermedad, Lucho (para los amigos) es un tipo sano, elegante y uno de los arquitectos de interiores más solicitados del país. Su estudio LGF Spaces va como un tiro. “Me sigo poniendo algunas cosas de entonces. De los 16 a los 21 años engordé porque padecí diabetes de tipo 2. Hay ropa de esa época que no conservo, claro, pero otra mucha sí”, dice. La camisa vaquera es su imprescindible –“queda chapó con chinos, con traje… y que no me falten las zapas, por favor”. Pantalones verdes y un buen traje también encontrarás en su vestidor, “como el que llevo hoy, bien entallado, de Suit Supply”. De su padre, el periodista José María García, heredó una cazadora de cuero que guarda como oro en paño y de su hermano, un abrigo: “Me gusta heredar ropa. Me fascina ese rollo que tienen las prendas cargadas de historia”. Casi tanta como la chupa vaquera que acaba de jubilar por otra porque se le caía literalmente a trozos. Todo un clásico.
“Me gusta heredar ropa. Me fascina ese rollo que tienen las prendas cargadas de historia”