SMOKE ON THE WATER
…o el primer riff que aprendieron a tocar muchos novatos a las seis cuerdas del mástil de una guitarra. Una frase sencilla y efectiva que dio forma a una de las canciones más clásicas y recordadas del rock, un tema con una curiosa historia de fondo
Corría 1971 y la banda de Ian Gillan y Ritchie Blackmore se disponía a grabar el que sería uno de los álbumes más recordados de Deep Purple, Machine Head. Iban a hacerlo en el Casino de Montreaux –para huir de los altos impuestos británicos– utilizando el estudio móvil de tecnología extraordinaria de los Rolling Stones.
En la víspera de la grabación, el 4 de diciembre, actuaban en el teatro del Casino Frank Zappa & The Mothers. Deep Purple se quedaron a ver el concierto, cuando a algún tarado no se le ocurrió otra cosa que disparar con una pistola de bengalas al techo del local, provocando un incendio en el que ardió el casino entero.
Zappa en un principio intentó llamar a la calma, pero tuvo que acabar estampando una maciza Gibson contra un gran ventanal porque muchas de las salidas estaban bloqueadas. Por allí pudo salir mucha gente. Las llamas se habían extendido con una enorme rapidez. El casino quedó destruido por completo.
Como consecuencia del siniestro, Deep Purple, afortunadamente ilesos, tuvieron que buscar otro sitio para grabar su disco –en el teatro Le Pavilion, que estaba cerrado y, cuando les desalojó la Policía, en el Grand Hotel– y allí registraron Smoke on the Water, una descripción realista del incendio. Humo y fuego sobre el agua del lago Lemán.
Con música de Blackmore y letra de Gillan, desarrollando el título que días antes había soñado el bajista Roger Glover, nació esta canción, que pasó a convertirse en uno de los mayores hitos de la carrera de Deep Purple y, por ende, del rock clásico de los años 70.
A partir del gran éxito de este tema, el quinteto consolidó un fuerte vínculo con la ciudad suiza, que honró a Smoke on the Water con un monumento en la orilla del lago.