Esquire (Spain)

Bernd Schuster

UN TIPO QUE HA JUGADO EN EL BARÇA, EL REAL MADRID Y EL ATLÉTICO SOLO PUEDE SER MUY BUENO. Y EL ‘ÁNGEL RUBIO’ FUE UNO DE LOS MEJORES DEL MUNDO EN LOS 80 Y 90

- TEXTO ANA PÉREZ FOTOGRAFÍA PEPE CASTRO

MI PRIMER RECUERDO CON UN BALÓN es de cuando me regalaron uno que era más grande que yo, con tres o cuatro años. A partir de ese momento empecé a jugar a todas horas; en la guardería, en el colegio… Porque entonces en los equipos se empezaba a los 10 años. Yo empecé a los 8, porque falsificar­on mi edad para que pudiera jugar antes.

MI OBSESIÓN POR EL FÚTBOL ha ido a menos con la edad, pero creo que para un niño que quiere ser futbolista y llegar lejos, como yo, es indispensa­ble, hay que dejar muchas cosas por el camino. Cuando mis amigos se iban de fiesta yo me quedaba en casa porque tenía la convicción de que era lo que tenía que hacer para conseguir mi objetivo. Y ya de profesiona­l fui a tope, sabía que tenía que dedicarme a esto al cien por cien, sin distracció­n alguna.

MI MADRE ERA DE UN PUEBLO de la Alemania Oriental y en Navidad y en verano pasaba temporadas allí. Sin embargo, yo nunca noté las dificultad­es que sin duda había a mi alrededor. Allí estaba con mi familia, tenía grandes amigos con los que jugaba todos los días y me encantaba ir. No se podía comprar lo que quisieras en una tienda, como en Augsburgo, donde residíamos, pero no era algo que yo viviera como un problema. Prefería ver la parte positiva a los inconvenie­ntes, una actitud que me ha ayudado mucho a lo largo de mi vida.

MI PADRE NO VINO NUNCA A VERME JUGAR y nunca me expresó sus sentimient­os. Era algo que de joven nunca me importó, pero con el tiempo y la perspectiv­a, sí me hubiera gustado saber si estaba orgulloso de mí o no.

MI IDEA NUNCA FUE SALIR DE ALEMANIA, la Bundesliga era una gran competició­n y mi sueño siempre fue jugar en el Bayern de Múnich. Pero ellos no quisieron pagar lo que pedía el Colonia y el Barcelona, sí. Yo no sabía mucho de la liga española, porque antes no había tantos equipos en la Copa de Europa, ni se jugaban tantos partidos. No sabía ni una palabra de español pero no pensé en nada, no me preocupaba nada, solo quería jugar al fútbol y ya está. Ahora no volvería a vivir en Alemania, me encanta el estilo de vida de este país.

LA ÉPOCA EN LA QUE MÁS HE DISFRUTADO JUGANDO fue en el Real Madrid, porque nos juntamos un equipo de jugones. Los dos años con Michel, Martín Vázquez, Hugo Sánchez, Gordillo, Butragueño… Fueron estupendos porque jugábamos como niños. Nadie se quejaba, siempre había risas y bromas. Ese fue el secreto de la Quinta del Buitre y de los 108 goles que metimos aquel año. Disfrutába­mos del fútbol como nadie, y se notaba.

ME SORPRENDE CÓMO SE EXPRESAN LOS JUGADORES DE AHORA en las redes sociales. Ha cambiado la forma de pensar; que se expongan tanto y que todo el mundo sepa dónde están y lo que piensan en cada momento no me gusta mucho. Creo que todo esto distrae del juego.

NEYMAR ES EL PURO EJEMPLO DE QUE HA CAMBIADO LA COSA, ya no se defienden unos colores o a una afición. Nosotros incluso viajábamos con los aficionado­s, pero ahora la distancia es abismal. Estos chicos cogen una avioneta y se plantan en la otra parte del mundo en su día libre. Eso en nuestra época era impensable, pero no solo por dinero, sino porque no se nos pasaba por la cabeza. Ahora lo importante es el dinero, la fama… Eso hace que se les vaya la olla.

LA COPA DE EUROPA ME TRATÓ MUY MAL. En mi primer año en la Bundesliga tuve la suerte de llegar a la final y se nos fue por un gol. Como yo era joven, pensé que tenía tiempo, pero en esa época no se llegaba tan fácil a una final de la Copa de Europa, porque solo la jugaban los campeones de liga. Después, cinco años más tarde, llegué de nuevo a la final, con el Barcelona en Sevilla, y la perdimos por penaltis. Y ya no pudo ser, me fui al Madrid y nos frenó aquel Milan que era como una pared.

EL MUNDIAL TAMPOCO LO GANÉ, PERO FUE CULPA MÍA. Mi generación, la del 59-60, sí lo ganó. Fueron campeones del mundo en el Mundial del 90 en Italia. Yo tenía que haber estado allí, pero por cabezón no estuve [renunció a la selección con 23 años por motivos familiares].

AHORA QUIERO DISFRUTAR DE LA VIDA, de mis hijos pequeños de 6 y 9 años, de mis amigos, del deporte… pero de otra manera. He renunciado a muchas cosas por mi profesión y ahora me toca disfrutar. Aunque me ha costado, Elena [su segunda mujer] me ha ayudado mucho. Es más joven y su energía compensa mi parte alemana, la que no puede evitar tenerlo todo planificad­o a un año vista.

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