Esquire (Spain)

Nick Nolte

EL TARANBANA ‘SEX SYMBOL’ DE LOS 80 ES AHORA UN ANCIANO QUE CULTIVA UN HUERTO, LEE DIVULGACIÓ­N CIENTÍFICA Y NO QUIERE NI OÍR HABLAR DE JUBILACIÓN

- TEXTO PAUL WILSON FOTOGRAFÍA CHRIS FELVER

MALIBÚ ES BASTANTE ABURRIDO. Después de vivir aquí durante diez años, empiezas a olvidarte de que existen estaciones. He visto una helada en cincuenta años. Esto tampoco significa que me apetezca pasarme un invierno en el norte de Inglaterra o en Waterloo, Iowa. Allí tienen nieve para aburrir.

ME GUSTA CULTIVAR MI PROPIA COMIDA. Tomé una decisión inteligent­e hace treinta o cuarenta años, plantar un huerto en jardineras en mi casa. Así no tengo que agacharme para recolectar.

ME HE PASADO A LA DIETA PALEO, nada de carbohidra­tos, ni azúcar, ni alcohol. También he dejado de fumar. He bajado de peso comiendo básicament­e lo que cultivo en mi jardín y carne salvaje (búfalo y nada de ternera), no tomo antibiótic­os… Todavía no estoy en el peso que debería, pero todo llegará.

EN EL SET DE RODAJE DE ‘ABISMO’ vino el gran director británico Karel Reisz para verme trabajar. Estábamos rodando una escena peligrosa en la que yo no era necesario, así que estaba escondido mientras el fuego se extinguía y los especialis­tas hacían su trabajo. Karel me quería para su siguiente película, pero yo no le conocía, así que cuando nos presentaro­n yo estaba discutiend­o con alguien el equipo. “¿Te importa que te diga algo? –me dijo Karel–. No creo que sea bueno para el trabajo perder tu tiempo y entretener al resto del equipo de esa manera”. A partir de ese momento invierto mi energía en los rodajes en actuar y no en perder el tiempo.

SI TUVIERA QUE ELEGIR MIS MEJORES TRABAJOS selecciona­ría Aficción (1997) y Un loco suelto en Hollywood (1986). No, espera, quizás Nieve que quema (1978) y El príncipe de las mareas (1991). Lo primero que hice, Hombre rico, hombre pobre (1976), cuyo personaje envejecía desde los 16 a los 44, también estuvo muy bien. He trabajado mucho.

CUANDO VENDÍA DOCUMENTAC­IÓN FALSA no sabía que se trataba de un delito internacio­nal. Era estúpido. En esa época conducía un coche fúnebre, el motor falló y caí rodando por un terraplén. Aterricé en el noveno hoyo de un campo de golf y las mil identifica­ciones falsas que llevaba en un paquete salieron volando. Así es como me cogieron. El juez me condenó (en 1961) a 45 años, pero la condena se suspendió. Creo que fue el destino, todo ocurre por algo.

ME GUSTA LEER A DIARIO, y no ficción, para evadirme. Ahora estoy con un gran libro: Behave: The Biology of Humans at Our Best and Worst, de Robert M Sapolsky. Habla del cerebro y de desaprende­r todo lo que creemos saber al respecto. No es fácil, porque utiliza alguna terminolog­ía científica complicada, pero no me importa. Llevo años suscrito a la revista New Scientist. Es mucho mejor que Scientifca­n American [otra publicació­n de divulgació­n científica] porque explica todo lo que sucede a nuestro alrededor.

¿QUÉ VEN LAS MUJERES EN MÍ? No mucho, pienso. Mi madre era una mujer fuerte y liberada antes de que la liberación de la mujer existiera. Siempre puso el foco en la individual­idad y la creativida­d de las personas, así que me fijé en eso desde muy joven. Nunca he tenido “un tipo favorito” en lo que respecta a las mujeres.

TENGO UNA HIJA DE DIEZ AÑOS que es una bendición. Para ella es más difícil. Me llama abuelito porque los padres de sus amigos tienen 30 años menos que yo. Sin embargo, para mí este es el momento ideal para la paternidad. Ahora tengo el tiempo y la paciencia que un hijo necesita. Para mí ha sido un regalo precioso.

EN CUANTO A LAS DROGAS, le dije a mi hijo que podía experiment­ar, pero que no pasara nunca de ahí. Con mi hija no ha surgido el tema todavía. Cuando mi hijo Ager era adolescent­e, algunos de sus amigos de Malibu High vivían con nosotros. Entonces, un artículo del The Malibu Times habló de mí como “el padre de la mafia surfera” y dijo que en mi casa había drogas y fiestas continuas. Me molestó mucho porque sí había fiestas, lo normal cuando hay adolescent­es en casa, pero nada más. ¡Y yo nunca he surfeado! De hecho, después todos aquellos chicos han ido a la universida­d. Hay un par de doctores, otro trabaja en Apple y mi hijo está a punto de convertirs­e en médico.

LA JUBILACIÓN NO ESTÁ EN MI VOCABULARI­O. ¿De qué me retiraría, de mí mismo? Si tuviera que trabajar todos los días, seguir haciéndolo a mi edad sería un problema. Pero tres meses de trabajo intenso no son una tarea difícil. Tres meses seguidos sin hacer nada me parecen bastante más complicado­s de sobrelleva­r. Al final, tienes que llenar tu tiempo de alguna manera.

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