ABARCAS MENORQUINAS
El origen de esta sandalia está en la maravillosa isla de Menorca. Su terreno pedregoso y hostil requería de un calzado resistente pero cómodo y flexible para los campesinos y labriegos de la zona. Por esta necesidad nació la abarca. Si bien, en su origen, su fabricación era únicamente a base de piel de ganado e hilo encerado cosido a mano, en el siglo XX algún iluminado (no sabemos quién, pero espabilado debió de ser) las moderniza incorporando una suela de caucho procedente de neumáticos viejos de automóviles. Mayor flexibilidad, mayor adherencia, mayor comodidad… Reciclaje puro y duro de calidad, vaya. En los 60, su uso exclusivo entre trabajadores se extiende a todo el mundo y, con ello, se multiplican los materiales, los colores, los estampados…. Su revalorización llega cuando se populariza entre personajes ilustres. Entre otros, la Familia Real Española, asiduos visitantes del archipiélago balear en verano.