Esquire (Spain)

CARLOS SAINZ ARRANCA... ¡Y CÓMO!

EN SU PRIMERA TEMPORADA CON LA ESCUDERÍA RENAULT, EL PILOTO MADRILEÑO SE HA CONSOLIDAD­O COMO UNO DE LOS MEJORES DE LA PARRILLA DE LA FÓRMULA 1. NORMAL PARA UN TIPO QUE YA HACÍA TROMPOS A LOS DOS AÑOS

- TEXTO: ANA PÉREZ FOTOGRAFÍA: CÈSAR NÚÑEZ

Hace más de tres años, Carlos Sainz (Madrid, 1994) terminó su primera carrera como piloto de Fórmula 1 con muchas incidencia­s. De hecho, estuvo a punto de no salir a la pista de Melbourne por un problema en el motor que al final se solucionó. “¿ Te imaginas que hubiera escuchado por la radio un ‘Carlos, trata de arrancarlo’?”, bromeaba después. Tres temporadas más tarde, se encuentra en su año de consolidac­ión, en el que ha conseguido recortar distancias con los primeros.

“Ahora mismo hay tres equipos por encima del resto: Red Bull, Ferrari y Mercedes. Y luego estamos nosotros, aunque esta distancia en la F1 es un mundo y, hoy por hoy, un pódium es casi imposible. A no ser que pase algo como lo de Bakú y que en ese momento estemos ahí para aprovechar­lo”, dice. Se refere al GP de Malasia, donde una carrera de locos dejó fuera de juego a algunos pilotos clave y él consiguió la mejor puntuación de este año: un quinto puesto. Pero Carlos es realista: “Esta temporada sería muy buena noticia seguir estando ahí y siendo el cuarto equipo de la parrilla. Lo demás es cuestión de trabajo y confanza. Y yo confío mucho en mis posibilida­des y creo que, en cuanto el coche se adapte más a mi forma de conducción y yo me adapte mejor a él, la clasificac­ión va a mejorar. Todo llegará, no hay prisa”.

TODA UNA ESTRELLA

Estamos frente a él en una entrevista en petit comité que ha convocado uno de sus patrocinad­ores, la frma relojera Bell & Ross, en la joyería Rabat de Barcelona, justo antes del GP de España. Su aparición tiene ya tintes estelares. “Carlos solo estará una hora en total en este acto”, nos indica la organizaci­ón. Así que nosotros tenemos solo quince minutos para hablar con él. Enseguida aparece, rodeado de gente, y se sienta frente a nosotros. Saluda educado, está en casa y, aunque sabe que su presencia causa expectació­n, parece relajado.

¿Cuál es tu primer recuerdo frente a un volante?, le pregunto: “Un coche de batería que me regalaron a los dos años, con el que me encantaba hacer trompos por casa y al que le gastaba la batería continuame­nte. Así que estaba todo el día cargando. También tengo muchos recuerdos del primer kart que me regaló mi padre, con tres o cuatro años, con el que me llevaba a rodar en un circuito cerca de Torrejón”, dice.

A pesar de su talento y de sus propios méritos, es inevitable que su padre aparezca en la conversaci­ón. “Él no me ha enseñado a conducir. Pero desde que me subí a ese kart se dio cuenta de que tenía talento y me gustaba mucho, así que me ha apoyado siempre. Lo que sí me ha enseñado es a tener la actitud correcta hacía este deporte, la competició­n y ganar, que es lo importante aquí”, asegura. Cuando habla del campeón del último París Dakar su orgullo es evidente, pero también se deja entrever cierto pique sano entre ellos. “¿ Quién conduce mejor de los dos? Pues en rallies mi padre y en F1 yo. Aunque estoy seguro de que si mi padre hubiera tenido el entrenamie­nto ade- cuado se habría acercado bastante a los tiempos de un corredor de F1”, dice dándole un respiro ‘al viejo’.

Y continúa: “Las categorías y la forma de conducción son muy diferentes, pero tengo la suerte de tener un campeón del mundo en mi casa. Y puedo aprender mucho de él, como también lo hago de otros como Rafa Nadal o Fernando Alonso”, asegura.

¿ Lo mejor que ha aprendido de él? “El consejo más valioso que me ha dado mi padre es que uno nunca consigue nada si no se sacrifca, si no da el máximo y si no le gusta lo que hace. Hay que tener cuidado con esos chavales de 12 o 13 años, que sus padres quieren que sean campeones a toda costa”, dice.

A menudo, la Fórmula 1 se ha considerad­o un deporte de élite y los rallies, una competició­n más humilde. Algo con lo que Carlos no está de acuerdo: “Los pilotos que estamos en F1 somos tan humildes como cualquier otro. Venimos todos del karting, de levantarno­s a las seis de la mañana, movernos con una furgoneta y ser nuestros propios mecánicos”, apunta con gesto serio.

FUTURO PROMETEDOR

En los últimos meses se está hablando mucho de su futuro, si seguirá en 2019, si volverá a Red Bull… Pero él parece estar a otra cosa: “Cuando me pongo el casco y voy a 300 km/ h es imposible pensar en mi futuro. Pienso en cada curva y en la decisión que tengo que tomar en cada momento. El futuro, si ganas y haces las cosas correctas, se decide por sí mismo”, asegura. Y cuando le pregunto cuál sería el podio de sus sueños, responde: “Este año un pódium ya sería un sueño, pero, puestos a pedir, estaría yo arriba del todo y me gustaría compartirl­o con Fernando Alonso y Hamilton, por ejemplo”, termina.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain