A TOPE CON LAS REDES PARA ENROLLADOS
Os tenemos calados. Es colgar un vídeo de recetas y lo pincháis hasta desgastar el play. Tantas veces lo habéis visto que a estas alturas seguro que ya hacéis los California Rolls con los ojos cerrados. ¿Y el XXL?, ¿alguno se ha atrevido? ¡Venga, valientes!
Críticas, peticiones, piropos y cientos de ‘likes’. Así nos gusta, que nos sigáis a todas horas
i tuviéramos que sacar una lección hoy, sería: adopte la tecnología y experimente con los nuevos medios. Afortunadamente, Emile Berliner inculcó en nuestra empresa el espíritu de innovación. DG siempre ha sido pionera: primera captura de una sinfonía completa en 1913, primer sello en grabar en cinta magnética a partir de 1946, primera producción industrial de CD en 1982, primer sello clásico con tienda propia a finales de la década de 1990... Y esta es la misma fuerza motriz que hizo que DG adoptara el streaming: primer sello clásico solo de flauta que representa la fuente del río, te recuerda dolorosamente que la tecnología restringía la grabación a unos cuatro minutos por lado. El concepto de un álbum en el que un artista lleva al oyente en un viaje de una hora simplemente no existía. Irónicamente, cien años después, la prevalencia de las listas de reproducción conduce a un nuevo ecosistema de pistas únicas.
Ecatálogo más rico consiste en lo que hoy en día se considera música clásica. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que cuando Kreisler y Mascagni grabaron sus propias piezas era música contemporánea. En el espacio digital actual, las fronteras entre los géneros se han vuelto borrosas, con listas de reproducción como “Estudio intenso” o “Piano relajante”, y la gente está más abierta a descubrir la música sin prejuicios. El compositor de formación clásica Max Richter, por ejemplo, fascina a los aficionados a la electrónica y a la música minimalista.
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