NUEVOS TIEMPOS
IWC HA APROVECHADO LA CELEBRACIÓN DE SU 150.º ANIVERSARIO PARA PRESENTAR SU NUEVA MANUFACTURA. ES INNEGABLE LA INFLUENCIA DE LA ESTÉTICA FUNCIONAL DE SUS RELOJES EN LAS ROTUNDAS FORMAS DEL NUEVO EDIFICIO
Hay quien se regala una moto para su cumpleaños y quien prefere darse un homenaje en forma de nueva manufactura. Así lo ha hecho IWC, la frma relojera que acaba de inaugurar centro de producción a las afueras de Schaffhausen, una pequeña ciudad suiza que se encuentra en la frontera con Alemania. El edifcio es imponente, con una fachada de cristales negros de 2.200 metros cuadrados de superfcie, protegida por una estructura portante de acero de 840 toneladas de peso. Su belleza recuerda mucho a la estética limpia y funcional de sus relojes. El edifcio tiene un valor especial para su joven director general, Christoph Grainger-herr. Primero, porque es el proyecto más importante desde que es el máximo responsable de IWC; y, segundo, por la formación como arquitecto del propio Grainger-herr. Es él quien ha fjado el concepto original del edifcio y apostado por una imagen contemporánea. La manufactura es el símbolo de una nueva etapa en IWC, en la cual puede presumir de ser una de las pocas casas en Suiza capaces de fabricar los movimientos y cajas de sus relojes en un mismo edifcio. Es un importante salto de calidad en una frma que vivió una profunda crisis a fnales de los años 70 para emerger como uno de los actores principales de la escena relojera de las últimas décadas. Pero la celebración del 150.º aniversario de la frma no ha quedado en el estreno de este famante edifcio: IWC también presentó a comienzos de este año una completa colección, Aniversario, compuesta por un total de 28 referencias inspiradas en modelos de sus líneas clásicas. Todas tienen en común el juego cromático con el azul y el blanco en sus esferas.