RUGIDOS DE CAMBIO
LA NUEVA BERLINA DE PEUGEOT, EL 508, SE ERIGE COMO EL BUQUE INSIGNIA DEL FUTURO DE LA MARCA. SU ASPECTO, TANTO POR DENTRO COMO POR FUERA, ES UN ‘MIX’ DEL DE LOS ÚLTIMOS CONCEPTOS DEL FABRICANTE FRANCÉS POR ANA PÉREZ
El Peugeot 504, lanzado hace ahora 50 años (en 1968), fue el último Peugeot –antes del nuevo 508– en lucir la designación del modelo sobre el logo de la marca en el frontal. Y no es casualidad. La berlina de fi nales de los años 60, diseñada por Pininfarina, fue el inicio de una nueva era para la casa. Fue la primera, entre otras cosas, en ataviarse con los faros de forma trapezoidal, a los que se bautizó como “los ojos de Sophia Loren” y que marcaron una época. Ahora la nueva berlina de Peugeot, el 508, también ha nacido con esta vocación de revulsivo. No en balde es llamativamente más baja, al más puro estilo de los coupés de antaño y con un frontal agresivo que supone un gran cambio de aspecto, en la línea del Exalt y el Instict, los dos últimos concept car de la marca. En este caso sus ‘ojos’ son achinados, gracias a los led alargados que enmarcan el frontal del vehículo; tiene un interior a la altura tecnológica de la época que le ha tocado vivir (con su sistema i-cockpit® ) y una gama de motores inicial, con tres diésel y dos gasolina, que completará en 2019 un híbrido enchufable.