Moda olímpica
A pocos meses de Tokio 2020, diseñadores de todo el mundo compiten por crear los uniformes de los atletas de élite de su país. Una carrera que comenzó hace muchos años
La carrera de los diseñadores por vestir a los deportistas de élite no nació ayer.
Corría 1936 cuando un joven Jesse Owens, dejaba al mundo boquiabierto en Berlín. Se había antes acercado por allí, como el que va a comprar pan, un tal Adolf Dassler. Este joven alemán se presentó al estadounidense y le entregó un par de zapatillas para que las usara en todas las modalidades en las que competía.
Owens aceptó. A caballo regalado... El atleta acabó colgándose cuatro medallas de oro.
Más tarde, pasada la Segunda
Guerra Mundial, ese mismo alemán, Adolf Dassler, crearía la marca Adidas. Mientras, su hermano, Rudolf Dassler, haría lo propio creando Puma.
Adidas y Puma se convirtieron en dos gigantes. En los siguientes Juegos Olímpicos, en
Londres en 1948, Puma suministraba zapatillas a todo el equipo de fútbol de República Federal Alemana.
En aquel entonces, el equipo olímpico italiano competía con chándal de lana tejido y diseñado por Giorgio Oberweger y
Ottavio Missoni, ambos miembros del equipo. Es lo que hoy se denominaría atleta multidisciplinar: lo mismo te teje un chándal que te corre una maratón.
Eran tiempos en los que ponerse ropa de lana para hacer deporte a nadie le chocaba, aunque sí debía de picar. Pero no
tardaría mucho en aparecer
POR GONZALO ROLANÍA
la tela sintética, y los Juegos Olímpicos de Melbourne, en 1956, estarían marcados por eso.
ALARDES PATRIîTICOS
Llegó 1976. En lo deportivo, una exhibición del norteamericano Bruce Jenner (más tarde padre de Kendall y hoy Caitlin).
En lo extradeportivo, el uniforme que vestía, realizado por el modisto de la intelectualidad neoyorquina Roy Halston.
Halston partía la pana en NuevaYork con sus fiestas en el Studio 54 y decidió que era el momento de diseñar los uniformes del equipo de EEUU. Montreal 76 será recordado por ser el primer año en el que un reconocidísimo diseñador tomase esta iniciativa. Lo hizo de modo
‘gratuito’ en un acto de solidaridad y patriotismo. EEUU estaba inmerso en una crisis financiera, e intentaba recuperarse de la vergüenza del Watergate y los efectos desmoralizadores de la guerra de Vietnam. El alarde patriótico no amainó cuatro años más tarde, cuando Reagan pisaba la alfombra del despacho oval de la Casa Blanca: el equipo olímpico americano vestiría de
Levi Strauss en los Juegos
Olímpicos de Moscú.
Si Nixon dijo de Reagan que podía ser un buen presidente siempre y cuando la gente no le confundiera con un cowboy, podíamos decir lo mismo de los atletas estadounidenses, que se presentarían en los Juegos Olímpicos de invierno de Sarajevo, en 1984, con sombrero blanco, sherling jacket, botas de vaquero, camisa de cuadros, suéter de lana y, por supuesto, jeans. Desconocemos si los atletas llevaban también una Smith & Wesson guardada bajo el brazo, pero algunos americanos lo echaron en falta, seguro. Meses más tarde, las competiciones de Los Ángeles se harían llamar los Juegos del Patrocinio, ya que, oficialmente, se daba esa oportunidad. Sería en la década de los 90 y principios del 2000, cuando varias marcas sirvieran como licenciatarios y proveedores de
uniformes olímpicos, incluidos JC Penney, Tommy Hilfiger, Adidas, Reebok y Polo Ralph Lauren.
Esta última, en 2008, fue la que firmó un contrato con el Comité Olímpico Estadounidense para convertirse en el “proveedor oficial del equipo olímpico de EEUU”. El del Bronx le metió su sello y convirtió a un equipo de atletas en estudiantes de la Ivy League y en niños y niñas pijas de los Hamptons saliendo de sus clubs de náutica.
LOS JUEGOS DE LA MODA
Ralph, que arrasa por donde pasa, abrió brecha. Si Los Ángeles 84 fueron los Juegos del Patrocinio, Londres 2012 se convertirían en los Juegos de la Moda. Giorgio Armani se encargó de diseñar el uniforme oficial del equipo italiano bajo su marca Ea7. Por su parte, Stella McCartney colaboró con Adidas para crear la ropa deportiva oficial del equipo de Gran Bretaña, una alianza que duraría muchos años más. En Francia, Hermès se involucró en los diseños del equipo francés y la marca de ropa masculina de Nueva Zelanda, Rodd & Gunn, vistió a su equipo local con un diseño vintage como guiño a los Juegos Olímpicos de Londres de 1948. 2012 será también recordado por la aparición del ‘hombre más rápido del mundo’: Usain Bolt llevaba uniforme de Puma diseñado por Cedella Marley, la hija de Bob. Incluso la pequeña San Marino se subió al carro de los diseñadores y Salvatore Ferragamo diseñó los uniformes de los atletas del microestado montañoso al norte de Italia. Lo de 2012 se convertiría en la tónica general en los siguientes Juegos Olímpicos, en Río de Janeiro, donde Christian Loboutin nos asombró a todos con sus fabulosos diseños para los uniformes del equipo cubano de 2016. El gigante sueco H&M, que ya se había sumado a esta iniciativa en los Juegos Olímpicos de
TOKIO SOSTENIBLE
invierno de Sochi 2014, le cogía el gusto y repetía vistiendo al equipo sueco en Río 2016.
EQUIPACIîN POSBREXIT
Pero ya estamos en 2020, y si el coronavirus nos lo permite, este verano se celebrarán unos nuevos Juegos Olímpicos en Tokio. Sí sabemos quién diseñará los uniformes de Italia: Giorgio Armani, que no va a dejar pasar la oportunidad de un desembarco en el país nipón. Stella McCartney pasará el testigo a su compañero Ben Sherman –un gran exponente del brit pop, adorado por mods y rockers casi por igual, que ha permanecido latente durante décadas entre la juventud británica–, quien será el encargado de vestir al equipo. Poco se ha desvelado del diseño en sí, que todavía no se ha presentado. Lo único que sabemos es que será un uniforme no europeo, gracias brexit, y se inspirará en los Juegos Olímpicos de 1964, también celebrados en Tokio. No será la primera vez que Ben Sherman trabaje en el diseño del vestuario del equipo británico.Ya lo hizo en Atenas 2004.
Parece que en esta nueva edición los discursos de Greta Thunberg han hecho mella: la sostenibilidad estará muy presente. No es que los asistentes vayan a ir en catamarán, no. Nos referimos a los outfits entre los atletas.Ya lo ha manifestado así la firma japonesa Asics, que vestirá a los equipos olímpicos y paralímpicos de Japón con ropa reciclada. Con su proyecto Asics Reborn Wear (ARWPJ), tendrá el objetivo de recolectar artículos de ropa deportiva donados por personas de todo el país, promoviendo la sostenibilidad y la promoción deportiva, y por qué no decirlo, dándole un carácter innovador a estos juegos.
Y Nike ha diseñado el uniforme de EEUU, algo muy futurista y tecnológico, como corresponde a los tiempos.