CUANDO LA MEMORIA COCINA EL FUTURO
EN EL CIGARRAL DEL ÁNGEL, IVÁN CERDEÑO LE DA UNA MARAVILLOSA VUELTA Y VUELTA A LA TRADICIÓN CULINARIA CASTELLANA, ALUMBRADO DESDE EL CIELO TOLEDANO POR UNA ESTRELLA MICHELIN. NADIE DUDA DE QUE VENDRÁN MÁS
Cierra los ojos. Imagina que tu abuela, esa que siempre ha guisado como dios y que hace unas croquetas de escándalo, se marca un stage de un año en un tres estrellas Michelin. Pues así es como vas a comer en El Cigarral del Ángel: productos de toda la vida, tocados por la sabia mano de Iván Cerdeño. Porque aquí no hay nada raro en la despensa. Cerdeño abre sus puertas cada día y la llena con todo lo que en ese momento corra, vuele o crezca por las inmediaciones de su cigarral toledano: liebres, corzos, berros, legumbres, huevos, ajos, caracoles... Esta materia prima pasa después por sus fogones y sale emplatada con un gusto exquisito y vanguardista, para dar forma a una carta viva y de proximidad, un concepto que ya por manido ha perdido valor, pero que Cerdeño lleva a rajatabla con la única licencia de lo que viene del mar, porque, a día de hoy y pese al cambio climático, a Toledo no llegan las olas. Si te acercas hasta allí, hazlo con tiempo para pasear antes por la finca, una propiedad alucinante a orillas del Tajo, donde también se celebran eventos, sobre todo bodas. Ojo, porque, si no estás casado, te van a entrar ganas. Al margen del menú de mediodía (45 €), el restaurante ofrece tres propuestas de degustación diferentes (70, 90 y 130 €), con el maridaje aparte. Y la bodega esconde joyas nacionales e internacionales con unos precios más que razonables. Si vas desde Madrid, la mejor opción es el AVE. En 25 minutos te plantas allí y a la vuelta te echas una cabezadita. Y acéptanos un último consejo: llévate a tu abuela. Lo va a disfrutar igual que tú y puede que pruebe unas croquetas de jamón mejores que las suyas: las campeonas de España en la última edición de Madrid Fusión.