Joël Dicker
El autor que dio vida a Harry Quebert vuelve con otro thriller en el que promociona el uso irresponsable y adictivo de la lectura sin otro objetivo que el de evadirse de la realidad. No podía llegar en mejor momento
Hablamos con el escritor que volverá a adueñarse de tus tardes este verano. Esta vez con El enigma de la habitación 622.
El enigma de la habitación 622, la nueva novela de Joël Dicker (Ed. Alfaguara), empezó un caluroso día de verano de 2018 en su despacho en Ginebra frente al lago Lemán. El reto era ir desentrañando el misterio que rodeaba el asesinato de un banquero en el Hotel Palace de Verbier. Dicker no tenía un plan. Nunca lo tiene. Va escribiendo y deja que la propia historia sea la que le lleve hasta el asesino. Bueno, sí tenía un plan: “Pasármelo bien”, confiesa sin rastro de postureo una tarde de este extraño mayo en el que hablamos tranquilamente, de confinada a confinado, por FaceTime. La verdad es que después de haber colocado dos novelas, La verdad sobre el Caso Harry Quebert y La desaparición de Stephanie Mailer, en las listas de los más vendidos de todo el mundo, Dicker sigue pareciéndose más a tu vecino del quinto que a una estrella editorial.
ESQUIRE: Otra vez un protagonista escritor, pero este tiene tu edad, vive en Ginebra y se llama como tú. Eres como Hitchcock, que siempre acaba saliendo en sus películas...
JOËL DICKER: Me encanta el juego de saltar de la realidad a la ficción y que el lector no sepa bien qué es verdad y qué no. Es maravilloso cuando en un libro te metes en la mente del escritor, así que aproveché ese recurso para hacerme también protagonista. A ratos puede ser confuso, pero forma parte del juego. ESQ: Claro, y el protagonista es un escritor rico y de éxito al que persiguen mujeres guapas mientras vive grandes aventuras. Huele a ‘wannabe’...
JD: ¡Ja, ja, ja! Mis amigos me toman el pelo porque no hay nada más lejos de la realidad. Soy un tipo con una vida muy aburrida que se pasa el día escribiendo en su despacho.
ESQ: No das el perfil de escritor atormentado que escribe para huir de sí mismo.
JD: Tuve una infancia normal y vivo una vida convencional. No escondo ningún tormento en mi interior. Escribo de la misma manera que leo, para pasar un buen rato. No soy de dramas.
ESQ: ¿Qué novelas son las que deberían gustarte según el algoritmo de Amazon? JD: Ninguna. No compro libros en Amazon por principio. Soy un gran defensor del librero. El algoritmo de Amazon te recomienda pizza si te gustan los espaguetis y por eso te ofrece tiramisú de postre. Nunca te sacará de tu zona de confort. Algunos de los mejores libros que he leído no los habría comprado jamás si no me los hubiera recomendado mi librero.
ESQ: Creo que fue así, por el boca a boca, como se coció el éxito de La verdad sobre el caso Harry Quebert.
JD: Sí, fue una apuesta personal de mi editor, Bernard de Fallois, que llamó uno a uno a su red de amigos libreros franceses para recomendarles que leyeran mi novela.Yo era un desconocido de 26 años por el que nadie daba un duro. ESQ: ¿Y este thriller es un homenaje a él? JD: Sí, murió hace tres años y quería escribir sobre él antes de que empezaran a borrarse los recuerdos. Quería darle las gracias por haber sido mi luz. Soy escritor gracias a él.
ESQ: ¿Ya has llegado donde querías?
JD: Ser escritor no es como ser médico o abogado.Yo no he estudiado una carrera, nadie me ha dado las herramientas para ejercer una profesión. Lo mío es un camino solitario. Aunque mucha gente me vea como un autor consagrado, lo cierto es que solo han pasado diez años desde mi primera novela.Tengo 35 años y todavía estoy descubriendo en qué consiste esto de ser escritor.
ESQ: Dices que creas tus historias igual que como nosotros las leemos, capítulo a capítulo sin saber el final. ¿Escribirlas es igual de adictivo que leerlas?
JD: Mira lo que me pasó en Francia hace unas semanas. A los tres días de haber empezado a firmar ejemplares en las librerías, llegaba gente para felicitarme porque se lo habían leído ya. Incluso me preguntaban que para cuando tenía pensado el próximo. Pero ¡si me ha costado dos años de trabajo! Me perturba, y a la vez me encanta, claro, que la gente devore mis libros así.
“Escribo libros de la misma manera que los leo: para pasar un buen rato”
“Soy un gran defensor del librero. El algoritmo de Amazon te recomienda espaguetis si te gusta la ‘pizza’ y por eso te ofrece tiramisú de postre. Nunca te sacará de tu zona de confort”