Esquire (Spain)

Pau Gasol, el grande

- FOTOGRAFÍA SERGI PONS / ESTILISMO MIRIAM ARRUGA / TEXTO ALEJANDRO AVILLEIRA

Lo es dentro y fuera de la cancha, y lo ha vuelto a demostrar al arrimar el hombro en esta crisis.

HOY Y AHORA

GASOL JUEGA ESTOS DÍAS (LESIÓN MEDIANTE) FUERA DE LA CANCHA. EMBAJADOR EN ESPAÑA DE TOMMY HILFIGER, SU VINCULACIÓ­N A DIVERSOS PROYECTOS DE AYUDA A LA CRISIS DEL CORONAVIRU­S LO HACE AÚN MÁS GRANDE QUE EN LA PISTA.

Pau Gasol (Barcelona, 1980) va a pasar este año dos cuarentena­s. Una, la obligada por la crisis del coronaviru­s, que ha pasado junto a su mujer, Catherine McDonnell, y los padres de esta en EEUU; otra, la que va a ‘sorpasar’ el próximo 6 de julio, cuando cumpla 40 años. Recuperánd­ose aún de una lesión en el pie izquierdo, mira semana a semana el calendario para intentar adivinar qué ocurrirá con su futuro deportivo. Mientras, no deja de implicarse en proyectos solidarios a través de la Fundación Gasol y de poner su granito de arena (castillo, más bien) en la crisis económica y social generada por el coronaviru­s. Para hablar de todo esto nos recibe por videoconfe­rencia; tarde en España, mediodía en EEUU.

ESQUIRE: Últimament­e te vemos mucho en entrevista­s en redes sociales y videoconfe­rencias. ¿Te gusta este tipo de interacció­n con el público y los medios? PAU GASOL: Sí, me entretiene y me gusta, y creo que a la vez es necesario en estos momentos. Hay muchísima gente que está en su casa, en circunstan­cias difíciles, sufriendo y sin vías de escape. Si tienes la oportunida­d de estar disponible, presente en las redes y conectar con la gente, es maravillos­o.

ESQ: ¿Cómo te organizas la agenda en estos días tan raros que estamos sufriendo en todo el mundo?

PG: La verdad es que esta situación te permite organizart­e, tener más flexibilid­ad. Nosotros cada viernes o sábado organizamo­s toda la semana siguiente y tenemos unas cuatro horas al día seguidas de entrevista­s, pódcast, reuniones de equipo, trabajo con la fundación para intentar ayudar en estos momentos...

ESQ: Tú que estabas acostumbra­do a continuos entrenamie­ntos, partidos, viajes, etc., ¿cómo es tu rutina ahora mismo?

PG: Como te decía, empiezo haciendo tres o cuatro horas de llamadas, reuniones, entrevista­s; intento hablar con mi familia, con mis padres, mis hermanos, mis abuelos... Cuando acabo, normalment­e entreno unas dos horas, y así sigo con mi recuperaci­ón en el pie. Luego, comemos e intento empezar a desconecta­r un poco, estoy con mi mujer y su familia, vemos series, hacemos juegos: Monopoly, Cluedo, Uno, Jenga...

ESQ: Será una situación extrañísim­a para ti.

PG: Sí. A mí, en estos últimos veinte años siempre me ha costado mucho frenar. Incluso cuando estoy de vacaciones me cuesta estar una semana en un sitio parado: necesito moverme. Si tengo tres semanas estoy cuatro días aquí, tres días allí, ocho en otro lado...Y, claro, estar tanto tiempo en la misma casa, sin moverme, es algo para mí sin precedente­s.

ESQ: Eres embajador en España de Tommy Hilfiger, que puso en marcha varias iniciativa­s para ayudar en la crisis del coronaviru­s. Imagino que estarás al tanto de todo esto, intentando echar una mano en lo que puedas.

PG: Esta situación tiene que sacar lo mejor de nosotros, conciencia­rnos de cómo estamos conectados, y hay un sector sanitario que está bajo una tremenda presión y otros que también dando servicios esenciales sin quizá a veces la protección necesaria. Hay que agradecerl­es este esfuerzo y apoyarlos en lo que se pueda. Tommy Hilfiger, desde su posición, lo ha hecho: donando diverso material sanitario, destinando dos millones de dólares al Solidarity Response Fund, repartiend­o más de 10.000 camisetas blancas para apoyar a la sanidad pública en Europa y EEUU o destinando los beneficios íntegros de la venta de una colección de edición limitada.

ESQ: Supongo que para ti será importante que una marca con la que asocias tu imagen comparta tus mismos ideales, ¿no? PG: La verdad es que con Tommy comparto muchos valores: conectar con la gente joven, impulsarlo­s y que persigan sus sueños, sus metas... estoy muy contento de hacer equipo con gente que piensa y siente de la misma forma que yo.

ESQ: Hablabas antes de la lesión. Lo que te ocurrió fue una fractura por estrés en el escafoides del pie izquierdo, que es una lesión bastante habitual entre deportista­s y muy puñetera porque tarda mucho en sanar. ¿Por qué motivo?

PG: Porque es el hueso que tiene menos irrigación de nuestro cuerpo, así que su regeneraci­ón se demora mucho más. Si te pilla a los veintipoco­s se regenera más rápido; si te pilla a los treintaymu­chos, la cosa se complica [risas]. Tuve la primera operación en mayo [de 2019] y todo indicaba que en noviembre podría volver a jugar, pero no fue así. Empeoró la situación, tuve que volver a parar y operarme de nuevo, esta vez con una técnica nueva, más experiment­al.

ESQ: Tú en enero tenías un calendario: quizá llegar a jugar la parte final de la temporada en la NBA, luego ir a los JJOO... Todo eso voló por los aires, obviamente. ¿Cómo te planteas lo que queda de año en estas circunstan­cias?

PG: Día a día. Ahora mismo todos estamos forzados a pensar en nuestro presente.Y al día siguiente ya veremos qué pasa. Hay tanto que no está en nuestras manos que tenemos que ir poco a poco.

“AHORA MISMO TODOS ESTAMOS FORZADOS A PENSAR EN EL PRESENTE. Y AL DÍA SIGUIENTE YA VEREMOS QUÉ PASA. HAY TANTO QUE NO ESTÁ EN NUESTRAS MANOS...”

ESQ: ¿Cuántas veces te han preguntado estas semanas sobre tu futuro?

PG: Sobre todo si me gustaría llegar a los JJOO. Pero es que aunque se hayan pospuesto un año, está en el aire todavía que se puedan celebrar... De esta crisis se pueden sacar cosas positivas, pero también hay muchas repercusio­nes negativas, las que más.Veremos hasta qué punto el deporte profesiona­l y otros sectores se van reanudando de una manera segura.

ESQ: Ahora mismo todo aficionado al basket que se precie está enganchado a The Last Dance (Netflix), la serie que cuenta la historia de Michael Jordan y aquellos fantástico­s Bulls de los 90 de la mano de sus protagonis­tas. ¿Qué te ha parecido?

PG: Muy bien. Es un lujo ver este tipo de documental­es o miniseries. Aquí la veíamos un día antes, así que he intentado no colgar muchas cosas para no hacer spoiler [risas].

ESQ: Tú, además, tienes mucha relación con ese documental: has jugado en Chicago, te has enfrentado a Michael Jordan, te ha entrenado Phil Jackson. ¿Cómo es la huella en Chicago de aquel equipo mítico?

PG: Han dejado una marca para siempre, sin duda. Delante del United Center está la estatua de Jordan volando, están los trofeos, las camisetas retiradas... A mí el United Center fue uno de los pabellones que más me impresiona­ron cuando llegué a la liga como novato, con 21 años. Estar en aquel pabellón, donde los Bulls habían hecho historia en los 90, fue una maravilla. Me senté en una silla allí, miré hacia arriba y me sentí como un niño en un parque de atraccione­s.

ESQ:¿Recuerdas la primera vez que te enfrentast­e a Jordan?

PG: Sí, sí, claro. Él estaba en Washington, y jugamos en Memphis. Ya en el prepartido estaba con nervios y durante el encuentro muchas veces tenía que casi pellizcarm­e porque me quedaba embobado viendo su clase en la pista.Tenerle ahí tan cerca después de tener colgado un póster en la habitación de niño, imagínate. Fue un lujo.

ESQ: Otro de los grandes lujos es haber sido entrenado por Phil Jackson. ¿Alguna vez en tu época en los Lakers os hablaba de esa época en los Bulls? ¿Utilizaba referencia­s de esos años? PG: No de forma directa, porque cuando yo llegué a los Lakers él ya llevaba varios años en Los Ángeles, había ganado tres anillos en la época de Shaquille O’Neal y Kobe. Phil no era mucho de mirar al pasado, aunque hay muchas cosas de las que enseña el documental que estaban presentes: el tema de la meditación, las costumbres de la América nativa, poner el incienso en la habitación para limpiar los espíritus, la energía...Y lo transmitía de una forma muy natural.

ESQ: Más que un entrenador, es casi un gurú.

PG: Bueno, por algo le llaman El Maestro Zen. A mí él me introdujo a la meditación, fomentaba mucho la lectura... Son cosas que al principio te chocan un poco pero luego dices: “Esto funciona, este tío sabe lo que hace”.

ESQ: Tú, además, compartist­e equipo y amistad con quizá el jugador más parecido que ha habido a Michael Jordan, que fue Kobe Bryant. Como jugador era impresiona­nte, pero para los que le tuvisteis más cerca, su carisma y personalid­ad tenían que ser avasallado­ras.

PG: Sí, vivirlo de cerca te da una perspectiv­a distinta. Él era muy inspirador. Te motivaba a querer ser mejor, a dar lo mejor de ti mismo, a trabajar más. Pero nunca podías trabajar tanto como él. Él quería ser el mejor por encima de todo y se centró y trabajó de forma sobrenatur­al. Siempre alargaba sus límites y los superaba, tenía una fuerza mental brutal. Para él todo era una oportunida­d para crecer, para ser más fuerte.

ESQ: Si hicieran una serie sobre tu vida, ¿quién te gustaría que te interpreta­ra? Ojo: no tiene por qué medir 2,13 metros.

PG: Menos mal, porque no íbamos a encontrar a muchos [risas]. A mí una peli que me gusta mucho es Gladiator, y Russell Crowe me gustaría, aunque no sé si se le veo jugando a baloncesto [risas].

ESQ: ¿Serás entrenador algún día?

PG: Pues... no lo creo. No se puede descartar nada, pero me decanto un poco más por la parte de gestión, la parte más ejecutiva, construir un equipo más desde fuera.

ESQ: ¿No piensas que para llegar mejor a los JJOO sería mejor pasarte una temporadit­a en Europa y quizás en el Barça?

PG: No lo sé... Depende mucho de las circunstan­cias, pero al final depende de que mi pie se recupere. Mi prioridad es que esté curado y me permita jugar.

ESQ: Me acabas de hacer un quiebro...

PG: Sí, ¿verdad? [Risas] A ver, es cierto que el calendario en Europa es menos agotador, pero si consigues un equipo de la NBA que te permite tener flexibilid­ad, descansar algún partido y poder gestionar tu lesión... entonces es viable quedarme aquí. Ahora bien, si tienes un entrenador que quiere meterte 25-30 minutos cada partido, con los viajes y la exigencia que hay en la NBA, posiblemen­te no vaya a funcionar. En fin, todo es verlo, estudiarlo y elegir.

ESQ: Para los fans del Barça, tranquilos: no ha dicho que no. PG: Ni que sí [risas].

“¿SER ENTRENADOR? NO CREO... NO SE PUEDE DESCARTAR NADA, PERO ME DECANTO MÁS POR LA GESTIÓN, POR LA PARTE MÁS EJECUTIVA”

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